¿Qué ocurrió con Kazuma? El secreto de Ves Ves

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Usagi no supo qué hacer en el momento, así que se quedó estática al lado del grupo de Koga mientras buscaba una manera de seguir a Soma de cerca, pues tenía miedo de que hiciera alguna tontería.

Gracias al cielo recordó una antigua táctica que aprendió de Marín, y pensó en aquel salto como si aún estuviera entrenando en el Santuario: dio un par de pasos atrás para impulsarse, tal como lo hizo cuándo Marín la hizo saltar un gran acantilado con una caída a la muerte asegurada, y dio un salto enorme, más grande de los que estaba acostumbrada, cayendo de pie al aterrizar en el suelo.

Después de recuperarse del impacto, y haber evitado la lava hirviente que impedía el paso al resto de acompañantes de Koga, se echó a correr en la misma dirección que Soma.

Sin embargo, por suerte o por desgracia, llegó justo cuando Soma expandió su Cosmos por todas las ruinas de Fuego...

Al hacerlo, pudo sentir que su Cosmos estaba lleno de ira y odio, algo que a Usa no le agradó en lo absoluto: ella sabía que esas no eran buenas emociones cuando un caballero peleaba contra su enemigo.

Trató de acercarse a donde estaba Soma, pero su Cosmos ardía con tanta intensidad que le fue imposible acercarse siquiera un paso más de donde estaba ante la abrasadora sensación de que ardería en fuego si daba un paso más.

Sólo después de que Soma atacara a Sonia, y de que ella lo atacara de vuelta y lo debilitara, el Cosmos de Soma se apaciguó un poco, Usagi pudo entrar al sitio dónde estaban combatiendo.

Pero escuchó algo de parte de Soma que le heló la sangre al haberse acercado a ellos dos lo suficiente para saber de qué estaban hablando.

—La Cruz del Sur... ¿¡Me vas a decir que lo olvidaste!? El caballero de Plata, Kazuma de la constelación de la Cruz del Sur ¡Quién mató a mi padre fuiste tú, maldita!—Escuchó decir, casi gritar, a Soma.

Aquella noticia dejó a Usagi en shock —¿Qué estás diciendo Soma? ¿... Kazuma está... muerto...?—Dijo ella.

Soma entonces se giró a mirar a Usagi, recién dándose cuenta de que ella estaba ahí, aunque ella no estaba escondiendo su Cosmos como para que no la hubiese notado antes.

Usa estaba tan aturdida que sintió cómo le temblaban las piernas, retrodeció con las piernas sintiéndose cómo gelatina, apoyó su costado contra la pared más cercana que tenía, sus piernas no podían dejar de temblar y estaba cubriendo la mitad de su rostro con una mano, incrédula de lo que acababa de escuchar.

—Kazuma, no... no puede ser...—Murmuró en shock y enseguida, para negar la realidad que Soma claramente sabía mejor que ella, encendió su comunicador para localizar el de Kazuma...

Estaba ahí mismo, en las ruinas, y frente a ella, entonces miró en la muñeca de Soma y lo vio: el comunicador de Kazuma estaba en la muñeca de su único hijo.

"¿Cómo fue que no lo noté antes? En Palaestra alguien mencionó al padre de Soma y... ¿Cómo le diré esto a Ves Ves?" Pensaba Usa, mientras las lágrimas empezaban a acumularse en la esquina de sus ojos rojos.

Las lágrimas no se hicieron esperar para empezar a derramarse.

Ella miró hacia el suelo, sintiendo náuseas ante la noticia, un cúmulo de emociones negativas se arremolinó en lo más profundo de su ser, y finalmente, presa de sus propias emociones, dio un terrible y desgarrador grito de dolor, mientras trataba de contener sus lágrimas de forma desesperada.

Entonces, cegada por el dolor acumulado ante las acciones de Marte y su ejército, miró a Sonia con odio.

—Tú... A Kazuma... Vas a pagar por esto... ¡Me las vas a pagar!—Soltó, emanando su terrible, enorme y poderoso Cosmos sin ninguna restricción.

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