Aquí podréis encontrar algunas historias cortas sobre algunos de los pilotos de F1.
No soy experta en F1 por lo que pude haber errores y cosas incoherentes, pero espero que les gusten tanto como a mí escribirlos.
Todas las historias han sido fruto...
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(Las conversaciones serán en español, mientras que aquellas en cursivas serán en inglés)
Bela Martínez
Junio 2024 Barcelona, España 📍
Desde que era pequeña había aprendido a adaptarme a nuevos países, a nuevos colegios, a nuevas casas. En definitiva, había aprendido a no cogerle a cada país al que íbamos, sabía que todo se podría acabar pronto. Pero los niños son impredecibles y a pesar de la voz que me decía que no debía, hacer demasiados amigos, todo se fue a la mierda cuando él apareció en mi vida.
Oscar era un niño con luz propia. Su sonrisa era capaz de alegrar a cualquier persona. Y con apenas siete años fue capaz de romper todos mis esquemas.
Llegó a mi vida, después de que nos mudaramos a Melbourne, nos convertimos en vecinos. Y gracias a la amistad que entablaron nuestros padres, nos hicimos amigos. Aquel pequeño se ganó fácilmente mi corazón. Mama decía que se convirtió en mi primer amor. Nunca entendí porque lo decía. Claro que lo quería, siempre venía a jugar conmigo, incluso se aseguró de que nadie se metiera conmigo en el colegio.
Pero paso lo que había evitado desde el primer momento y que el me hizo olvidar. Una nueva mudanza que acabo con mi corazón roto junto a las miles de promesas que nos hicimos. Solo éramos unos críos, que no sabíamos que era el amor, o al menos eso repetía una y otra vez mi padre. ¿O quizás si lo sabíamos? El amor era esos nervios que sentíamos cuando contábamos los minutos para vernos. El amor era esa forma de coger mi mano cuando íbamos a clase. El amor era esa forma de hacer que fuera a jugar con el y con el resto de compañeros de la clase. El amor era esa forma de hacer que olvidará las miles de discusiones que mis padres tenían. El amor era ver películas que no me gustaban por el simple hecho de que a mí si lo hacían. El amor era lo que teníamos Oscar y yo, pero éramos muy pequeños para saberlo.
La separación de mis padres no solo tuvo en mi un terremoto de cambios, si no que me alejaron de él. La única persona con la que me había entendido en mucho tiempo.
Solo éramos unos niños, pero pudimos sufrir lo que era que nos romperían el corazón.
Habían pasado más de quince años desde aquel momento, y aún no había podido olvidar a ese pequeño australiano. Incluso si cerraba los ojos y pensaba en él, aún podía ver aquella sonrisa.
(...)
— Vamos Bela — insistió Marcos desde el pasillo — Vamos a llegar tarde —
— Ya voy pesado —
Marcos era como un rayo de luz en mi vida, supongo que el hecho de haber pasado por una situación muy parecida, hacía que nos entenderíamos y comprendiéramos de una manera diferente. Era solo un año más grande que yo, pero siempre nos habíamos entendido muy bien. Supongo que nos quedaba otra al ver cómo nuestros padres se daban una oportunidad. Marcos era mi hermanastro, aunque nunca nos gusto aquella palabra ya que ambos sentíamos que éramos hermanos con todas las letras.
