"LOS ROSTOV"

9.5K 1K 441
                                    

AVISO; Recuerden que los extras son fuera de la historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

AVISO; Recuerden que los extras son fuera de la historia. Estos son regalos míos porque las quiero y las aprecio. Espero que lo disfruten.

MAVIE

Cassian hacía pequeños círculos en mi vientre; la bebé se movía en cuanto percibía cómo su padre le hablaba dulcemente todas las noches. Marie sentía el suave roce de su voz, y para ella era una necesidad sentirla cada noche. Hacía lo mismo con las gemelas, y por eso las niñas son muy apegadas a él, igual que ahora nuestra pequeña Marie.

—Bebé, estoy algo celosa.

Se detuvo y volvió a mirar mi rostro, llenándome de besos.

—Vida mía, no estés celosa, te amo.

—Es que ya no me tocas como antes. ¿Es porque estoy fea y gorda?

—No estás fea, amor; solo llevas otra vida aquí —tocó mi vientre—. Nuestra pequeña Marie.

—¿Y si te cansas de mí? —las hormonas comenzaron a hacer efecto—. ¿Y si ya no me deseas y consigues a otra mujer?

—No vuelvas a decir eso, Mavie Rostov. Para mí no existe otra mujer; tú eres mía y yo tuyo, en esta vida y en las que siguen. Te amo. Vida mía, eres solo tú, y siempre lo serás.

—¿Lo prometes, bebé?

—Con hechos lo haré.

—¿Me vas a querer toda vieja y con arrugas?

—Te voy a besar cada una de esas arrugas.

—Cassian...

—Te amaré aún más a tus cincuenta años.

—Tú serás más viejo.

—Pero sabroso, señora Rostov.

—Todo mío, bebé —lo besé—. Mío.

—¿Y si follamos?

—No, bebé. La niña puede nacer en cualquier momento.

—No decías lo mismo con las gemelas—hizo un puchero—Deseo mis tetas.

—¡Cassian Rostov!

Sentí la primera contracción al mismo tiempo que cayó un trueno. Sostuve el brazo de mi esposo mientras las contracciones regresaban.

—¿Vida, qué sucede?

—La niña, Cassian... viene Marie.

—Vamos, amor, ya soy todo un profesional.

—Cállate, quiero anestesia, por favor. Requiero anestesia.

—Mavie, está lloviendo y no vamos a llegar al hospital. Abre esas piernas, iré por toallas calientes y vamos a pujar, te guste o no.

—Te odio tanto.

—Lo sé, siempre me lo demuestras dándome otro "yo" —me besó, el muy desgraciado—. Esta también tendrá los ojos grises.

"El Abogado de la Mafia" { 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨; 𝟏 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨✅}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora