"Extra" ¿Dulce o truco?

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Cassian

Tenía que llegar a casa lo más rápido posible. Mi mente iba a mil por hora y mi corazón pesaba como una roca en el pecho. Necesitaba hablar con Mavie, detenerla antes de que fuera demasiado tarde. No podía dejar que se fuera, no podía imaginarme un mundo sin ella.

—¡Tony, acelera el maldito auto!

—Señor Rostov, créame, estoy tan preocupado como usted.

El auto apenas se detuvo cuando ya estaba fuera, corriendo hacia la casa, subiendo las escaleras de dos en dos. Mi respiración estaba entrecortada, cuando llegué a su habitación, la vi: Mavie estaba de espaldas, empacando en silencio.

—¿Qué estás haciendo? —logré decir. No se giró inmediatamente, pero sus manos se detuvieron.

—Me voy, Cassian —dijo, con una calma que me destrozaba por dentro—. No puedo seguir con esto.

—No... no te vayas —me acerqué rápidamente, desesperado, poniéndome entre ella y la maleta—. Mavie, por favor, no puedo vivir sin ti. No sé cómo hacerlo.

—Cassian, es tarde —murmuró, dándome una sentencia—. Esto no tiene solución.

—No, no es tarde. Todo tiene solución. Solo dime qué hacer... lo que sea, pero no te vayas.

—Quiero el divorcio, Cassian Rostov—El mundo se me vino abajo cuando la escuché decir esas palabras. —. Me llevaré a los niños. Esto se acabó.

—Mavie, no... —la voz se me atascaban en la garganta—. No puedes hacer esto.

—Lo estoy haciendo por nosotros, por los niños. No podemos seguir así.—sus manos seguían firmes en las asas de la maleta.

—Te lo suplico, Mavie, no me abandones. No me quites a mis hijos. No me quites tu amor. —No lo pensé dos veces. Me arrodillé frente a la puerta, bloqueando su salida, la desesperación me consumía.—Haré lo que sea, cambiaré lo que sea, no me dejes.

—Cassian... —susurró matándome en un solo paso—.Lo nuestro terminó.

—No... no ha terminado. Aún podemos arreglarlo, lo sé. —Apreté mis manos contra el suelo, rogando, desesperado—. Por favor, Mavie, por favor. Es mi culpa todo es mi culpa. Vamos a hablarlo bebé, no me hagas esto.

—Adiós Cassian Rostov—soltó mis manos de su maleta y se fue llevándose mi vida con ella.

—¡Señor Rostov, señor! —Tony me sacudió, despertándome de mi pesadilla.

—¡Mavie, no me dejes! —grité al abrir los ojos.

Estaba sudando frío, con el corazón en un puño. Un maldito sueño que casi me mata de la angustia.

—No me diga que estaba soñando con la señora Mavie. Qué mala suerte la de ella, ni en sus sueños lo deja en paz —comentó.

—Cállate, imbécil —le lancé la almohada—. Estoy aquí durmiendo en el sótano contigo, por tu culpa, mi esposa me dejó fuera de la habitación. Si no fuera por ti, estaría con ella ahora mismo.

—Ah, claro, la culpa siempre es mía.

—¡Lo es! Si no le hubieras dicho a Mavie que esa rubia intentó besarme, estaría durmiendo con ella. Menudo hablador.

Flashback

Prensa

Estar rodeado de mediocres no es una opción, es un castigo. Las luces de las cámaras me daban directamente en los ojos. Estos pobres diablos, estaban para escucharme, para saber qué tengo que decir, porque soy mejor que cualquiera de ellos. No es ego, es un hecho. Lo saben, aunque les duela.

"El Abogado de la Mafia" { 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨; 𝟏 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨✅}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora