4. Caída libre

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En febrero la caída libre no para, desde el mundial no ha parado la campaña de odio hacia mi hermano, los comentarios sobre su soberbia y mal comportamiento con sus compañeros no cesan, lo cual es completamente falso. Los abogados del club nos han insistido en dejarlo pasar, pero a Pablo le sigue afectando. 

Y a todo ello, se le suma la lesión de Pedri, estaba en la consulta poniéndome al día con algunas cosas cuando lo trajeron en la camilla. Con la universidad y los entrenamientos en el primer equipo no llegaba, y trataba de utilizar cualquier minuto para poder hacerlo. Estaba pálido, el dolor le distorsionaba el rostro, quería acercarme, pero sabia que tenia que dejar actuar a los profesionales y que yo todavía no estaba en ese nivel, conocía los limites.

Nia - dijo Pedri, estirando la mano hacia mi.

Todos se giraron hacia mi y el responsable máximo del equipo medico asintió dejándome acercarme, no lo dude y corrí a sostener su mano. Enseguida note como apretaba mi mano por el dolor y fue entonces cuando vi su pierna derecha, no había visto cómo fue la lesión, pero no tenía buena pinta. Nadie le decía nada, por lo que trate de darle las respuestas que podíamos, y le explique el procedimiento que íbamos a llevar a cabo, no tendríamos respuestas hasta hacerle todas las pruebas, por lo que no podíamos aventurarnos con un diagnóstico. La angustia seguía ahí, pero al menos sabía lo que le estábamos haciendo y sobre todo lo que haríamos a continuación, y ya lo había vivido en otras ocasiones.

Perdí la noción del tiempo, pero los calmantes le estaban haciendo efecto, ya no tenía tanto dolor cuando oímos gritos en la puerta de la consulta. Pedri me miro y ambos reconocimos la voz de Ferran y de mi hermano preocupados, asentimos al mismo tiempo en un gesto silencioso para que saliera a tranquilizarlos.

- Chicos, lo están atendiendo, no podéis entrar - les indique al salir por la puerta.

- Nia - corrieron hacia mi - ¿cómo está? - pregunto mi hermano desesperado.

- El dolor está remitiendo, los calmantes están haciendo efecto, pero todavía no sabemos nada. - me escuchaban atentos - Ya está muy nervioso no necesita vuestros gritos para inquietarse más, ir a ducharos y en cuanto podáis verlo os aviso.

- ¿Te quedas con él? - me pregunta Ferran, ante lo cual asiento.

- Dile que estamos con él - me pide mi hermano.

- Se lo diré, pronto lo llevaran a hacer las pruebas, necesitará su móvil y algo de ropa ¿me lo podéis traer? - les digo mientras les aprieto la mano a ambos, no pudiendo abrazarlos en el lugar dónde estábamos.

Asienten más tranquilos y se marchan rápido con un objetivo, cuando vuelvo a entrar están preparando a Pedri para llevarlo a la clínica y hacer las demás pruebas. Me permiten ir con él en la ambulancia, así que recojo mis cosas y salgo a buscar las cosas de Pedri. Ferran ya está fuera con todo.

Pablo se está duchando para ir a la clínica lo antes posible - me explica ante mi pregunta silenciosa.

Lo entiendo - admito - en cuanto pueda hablar por teléfono os llamamos.

Gracias - nos despedimos y yo asiento.

Cuando llega Pablo a la clínica ya sabemos los resultados: lesión en el recto anterior del muslo derecho y en el tendón de la corva, se prevé una recuperación larga por lo que Pedri ya conoce esta lesión, lo que lo ha dejado destrozado. Cuando entran en la habitación, Pablo corre a abrazarlo y Pedri se rompe todavía más, por lo que salgo de la habitación dándoles privacidad. Me sorprende que Ferran sale detrás de mi y cuando nos miramos nos entendemos sin necesidad de decir nada, necesitan estar solos. Se sienta en la sala de espera apoyando la cabeza entre las manos, yo me siento junto a él y lo acerco a mi abrazándolo.

Se merece intentarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora