33. Por ti

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POV NIA

Estoy muy cansada, por lo que me siento en el asiento trasero junto a Ferran y me apoyo en él, aunque él ha dormido incluso menos que yo, pero él podrá dormir a partir de mañana y yo no. Noto su cabeza sobre la mia cuando el conductor nos indica que hemos llegado, ha sido casa una hora, pero se ha sentido como un suspiro. Despierto a Ferran y entramos en una finca muy grande, cuando él sale e introduce un código en el panel de la entrada.

Bajamos todo del coche, ya que me iré directa a Rozas que no queda tan lejos, según me ha dicho Ferran, es bien entrada la noche cuando dejamos las maletas en la habitación. La maleta me la han traído mis padres de Palacios, por lo que me meto directa a la ducha para poder meterme a la cama lo antes posible. No he prestado demasiada atención a la casa, pero lo poco que he visto me parece espectacular.

- Siento arruinar el plan - le digo a Ferran por encima del sonido del agua de la ducha. - Pero no soy persona, necesito dormir.

- ¿Qué plan? Nuestro mejor plan ahora mismo es dormir o entraré en coma - me dice con una voz de ultratumba que me dice que está agotado.

- Ven, anda - le indico que entre a la ducha y lo hace, pero sin ningún tipo de diversión en los ojos, de hecho, está luchando por mantenerlos abiertos. - Hueles a alcohol desde aquí - le digo.

- Se nos ha ido - admite.- Aunque me he controlado bastante para no tener resaca mañana.

- Tomate algo por si acaso - le digo mientras le masajeo el pelo, algo que ya sé que le encanta.

- Definitivamente me voy a quedar dormido de pie - se queja.

- Vale, listo, a la cama - le digo, dándole una toalla para que se seque, la coge y me da un beso en la mejilla antes de hacer lo que le he dicho.

Me seco el pelo y me meto en la cama, quedando dormida al instante.

Al día siguiente me despierto a media mañana, me voy a investigar la finca y encuentro la piscina, por lo que me cambio y me relajo nadando, mientras Ferran sigue durmiendo. Me pongo a tomar el sol y me quedo dormida de nuevo, cuando me despierto estoy bajo la sombrilla y huelo comida en la cocina. Me acerco siguiendo el rugido de mi estómago que ya no recuerda cuando fue la última vez que comió. Veo a Ferran preparando la mesa, y varias bolsas de comida de un restaurante que quería probar en la encimera.

- Te has despertado antes de lo que pensaba- me dice y yo me acerco dándole un beso de buenos días o tardes.

- ¿Qué tal estás? ¿Has podido descansar? - le pregunto.

- Creo que no había dormido tantas horas seguidas en años - me dice.

- ¿Dolor de cabeza?

- No demasiado.

- Me muero de hambre, no recuerdo haber comido nada en Berlin, ni en Madrid.

- Mañana te van a amonestar en las pruebas médicas - me indica algo que yo ya sospechaba, pero llevo mis informes médicos por lo que no podrán hacerlo. - Has perdido demasiado peso, aunque no demasiada masa muscular.

- No te preocupes, está controlado - le tranquilizo.

- Confío en ti - me dice.- Aprovecha y come antes de que te pongan a dieta proteica.

- No me lo recuerdes, primera regla de nuestro día de vacaciones: no hablar del final de las vacaciones.

- Segunda regla: nada de relojes, ni de horario - aporta.

- Me encanta esa regla.

- Tercera regla: fotos - me dice y yo lo miro sin entender.- No tenemos prácticamente ninguna foto juntos, quiero fotos.

Se merece intentarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora