6. Te lo prometo

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En julio me prohíben ir en el equipo técnico de la selección femenina al mundial de Australia. Bueno, no pueden prohibírmelo, pero queda bastante claro en las conversaciones con el club. Han conseguido atraparme, me han ofrecido una buena suma de dinero por firmar con ellos una temporada, me negué desde el principio a más de una temporada, cada partido ha sido una tortura, tanta atención, ya todo el mundo sabe mi nombre y mira que no soy ni titular, solo he salido algunos minutos en cada partido. He conseguido evitar las ruedas de prensa, pero aún así ha habido eventos a los que no he podido faltar. La posibilidad de tener independencia económica ha resultado demasiado tentadora. 

Muchas compañeras del equipo han ido convocadas al mundial, por lo que necesitan a gente para el comienzo de la temporada en agosto y tengo que adelantarme asignaturas de la universidad porque para la próxima temporada tendré menos tiempo todavía.

Así que me quedo en Barcelona mientras los demás se van de vacaciones, el único que se queda es Pedri que sigue con la rehabilitación, así que se sigue quedando en nuestra casa.

- Nia - escucho la voz de Pedri llamándome desde la piscina y levanto la cabeza de mis apuntes.

- ¿Qué pasa? - me dirijo a él que está dentro de la piscina, mientras yo estudiaba en una tumbona.

- ¿Puedo hacerte una pregunta? - se muestra indeciso, lo cual me sorprende.

- Claro - digo apartando mis apuntes y prestandole toda mi atención.

- Fermin es tu mejor amigo, ¿verdad? - pregunta y no entiendo muy bien por dónde va la pregunta.

- Sí, ¿por qué? - pregunto.

- ¿Es tan amigo como Pablo? - no entiendo por qué pregunta estas cosas, pero siento que para él es importante por lo que le respondo.

- No es lo mismo, Pablo es familia, siento que podemos discutir, podemos hacer cualquier cosa, pero lo voy a querer siempre, es mi hermano. Hace muchos años nos elegimos como hermanos y daría cualquier cosa por él. - no sé muy bien cómo explicarlo - En cambio, Fermin es mi amigo, de las pocas personas en las que confío plenamente, que siento que me quieren en su vida porque me conoce realmente y le gusto tal y como soy. No sé si me explico.

- Sí, lo entiendo - dice sumido en sus pensamientos - ¿Y cómo sabes que solo es un amigo? - con esa pregunta todas las fichas comienzan a encajar, no se trata de mi, se trata de él y está confiando en mi para tener esta conversación.

- No lo sé, nunca he estado con nadie, ya lo sabes, nunca me lo he planteado ni con él ni con nadie, pero supongo que la diferencia está en lo que te haga sentir esa persona. Si cuando estoy con él siento ganas de escapar del mundo y ser solo nosotros dos, si quiero abrazarlo, si me planteo besarlo, si quiero pasar con él todo el tiempo, supongo que no es solo un amigo. - digo en voz alta lo que no me había atrevido a decirme a mi misma nunca.

- ¿Y por qué no te lo planteas? - esta conversación se está volviendo demasiado profunda, pero él está confiando en mi, merece lo mismo.

- Porque hay que ser muy valiente, y yo no lo soy- digo honestamente - Atreverte a estar con otra persona de cualquier forma es una manera de mostrarte vulnerable, y yo llevo toda la vida luchando contra mi vulnerabilidad, no quiero que me hagan daño.

- ¿Y si sabes que vas a sufrir pero aún así no puedes mantenerte alejado? - pregunta con la mirada perdida.

- Entonces eres más valiente que yo, y vale tanto lo que estás viviendo que compensa todo lo demás y eso es único.

- Pero imposible - dice en apenas en un hilo de voz

- Nada es imposible, siempre hay dificultades y obstáculos, pero si vale tanto la pena, se merece intentarlo. - asiente tras mis palabras y nos quedamos en silencio.

- Creo que tienes que ser valiente y arriesgar - me dice un rato después.

- No aquí - admito.

- ¿Por qué no aquí? - pregunta muy sorprendido.

- Sé que estoy aquí de paso Pedri, no me siento bien en este mundillo, no es lo mio. - su expresión cambia completamente ante mis palabras.

- Pero, todos estamos aquí - dice dolido.

- Lo sé, y ojala dure mucho, pero ambos sabemos cómo funciona esto, cada uno irá a un sitio. - dijo la triste verdad que todos conocemos y tratamos de evitar - Y yo no quiero jugar, no quiero las cámaras, no quiero la atención y el club no me va a aceptar como fisio si no les doy lo que quieren.

- Pero hay mas equipos - dice tratando de animarme.

- Lo sé, pero no puedo imaginar mi vida lejos de Pablo - admito.

- ¿Estás aceptando lo que te pide el club por estar con él? - no puedo responder cuando dice una verdad atronadora en voz alta.- Nia, no puedes hacerte esto - sale de la piscina y se sienta frente a mi.

- No se trata de eso, el club paga mi carrera, el club me ha mantenido todos estos años, se lo debo - digo de manera apresurada queriendo terminar esta conversación.

- No estoy de acuerdo, pero es tu decisión y la respeto. - me abraza y le devuelvo el abrazo agradeciéndole el no presionarme más.

Nos tumbamos a tomar el sol mientras le damos vueltas a la conversación que hemos tenido, agradezco las gafas de sol cuando mis ojos se emborronan por las lágrimas hasta que logro tranquilizarme.

- Pase lo que pase en el futuro, me alegro mucho de poder llamarte amiga y contar contigo porque eres una persona increíble.

- Gracias, yo también me alegro de poder llamarte amigo. 

Volvemos a quedarnos en silencio y consigo el valor para decir.

- Pedri - se gira hacia mí - por favor, no le hagas daño. - Ninguno sentimos la necesidad de decir más, ambos nos hemos entendido.

- Te lo prometo. 

Se merece intentarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora