El siguiente mes es una auténtica locura, nuestros padres se vienen a casa para cuidar a Pablo, hemos tratado de insistir en que no es necesario, que yo puedo encargarme, pero con mi propios entrenamientos y partidos, no llego. Mi hermano cada día está peor, se confirmó la rotura y le han dicho que por lo menos diez meses, nadie se atreve a hablarle de si podrá recuperar el nivel que tenía. Por lo que cada día se muestra más enfadado con el mundo, sigue acudiendo a terapia, pero ahora mismo es normal que la rabia y frustración dominen su vida, su trabajo consiste en no desahogarse contra nosotros, y la verdad es que lo está consiguiendo, pero se está sumiendo en una tristeza permanente. A lo cual se suma que Pedri viene menos porque están nuestros padres y desde que se lesiono de nuevo, mi hermano le dijo que se fuera a Canarias para pasar las Navidades con la familia. Nosotros hemos decidido quedarnos los cinco en Barcelona estas Navidades, Pablo no tiene ganas de fiesta y en el pueblo todos le estarían preguntando, además tiene que mantener reposo.
Ferran se marcha a Valencia, por lo que tras el último partido, me voy a su casa, necesito un poco de tranquilidad, en mi casa ahora hay demasiado ruido constante. Tengo las llaves de su casa para poder ir a estudiar tranquila, así que estoy estudiando cuando lo escucho llegar. Me abraza por detrás besándome la cabeza desde arriba y yo levanto la cara para que me bese los labios, es apenas un roce de labios, pero últimamente su presencia es de las pocas cosas que me calman, tengo los sentimientos a flor de piel, me gustaría hacer más por mi hermano, pero no puedo y eso me tiene todo el tiempo sintiéndome impotente.
- Hola - dice besándome de nuevo.
- Hola - le devuelvo el saludo cariñoso.
- ¿Te quedas? - me pregunta como todos los días.
Siempre le digo que no porque siento que tengo que estar con mi familia y en especial apoyando a mi hermano, pero hoy he decidido ser un poco egoísta y aprovechar el último día de Ferran antes de irse a Valencia.
- ¿Me invitas? - le digo mirándolo desde la silla.
- No necesitas invitación, ya lo sabes - me dice.
- Me quedo - le digo y sonríe inmediatamente.
- ¿Puede ser que haya llegado antes Papa Noel y no me he enterado? - bromea.
- ¿Me pongo un lazo? - bromeo de vuelta.
- ¿Tu cuerpo cubierto solo por un lazo? ¿Dónde firmo? - dice cogiéndome en brazos y dejándonos caer en el sofá.
- Podemos negociarlo - le digo tratando de sonar sugerente.
- Me encanta negociar contigo - dice besándome el cuello.
A veces, cuando echo la vista atrás pienso que no llevamos tanto tiempo juntos, son apenas unos meses, pero se siente como una vida, siento que nos conocemos más que muchas parejas con matrimonios de años, con solo una mirada ya sabe lo que estoy pensando. Realmente nunca hemos definido que somos una pareja, pero es que tampoco siento que tengamos que hacerlo, simplemente lo sabemos, como también sabemos que no queremos que se sepa públicamente. Ya no se trata de no ser el centro de atención por ser su pareja, porque ya me conoce todo el mundo por mi propia carrera, es simplemente por nuestra privacidad e intimidad.
Nos seguimos besando tanto tiempo que me quito las bragas completamente empapadas, en cuanto Ferran lo nota, se arrodilla frente a mi y comienza su exploración entre mis piernas usando sus labios y su lengua. La primera vez que hizo esto sentí vergüenza, al igual que la primera vez que se lo hice yo, pero ahora se siente como lo más natural del mundo. Busco en su pantalón su cartera y saco lo que un día me confeso que tenía siempre ahí por si acaso, rasgo el envoltorio con los dientes ya que mis manos tiemblan por la anticipación. Agarro la mano que descansa sobre mi abdomen y tiro hacia arriba, en nuestra señal de que quiero que suba y sus ojos se abren completamente cuando ve lo que tengo en la mano, nunca hemos llegado a este punto, por lo que conozco cual será su siguiente pregunta:
- ¿Estás segura? - me pregunta.
- Completamente - le contesto.
Lo empujo al sofá para poder colocarme sobre él, me levanto un poco para que se pueda poner la protección y nos besamos, tanto tiempo que se me olvida todo lo demás, a veces pienso si besar a otra persona se sentirá tan adictivo, porque con Ferran nunca es suficiente. Sé que es un momento de máxima unión más allá de lo físico, por lo que me aparto ligeramente de él y lo miro fijamente, mientras con mi mano lo guío y desciendo sobre él. Cierra los ojos dejándose llevar por la sensación por lo que me detengo, hasta que los vuelve a abrir, en esa mirada hay una intimidad que no sé si sería capaz de alcanzar con alguien más. En ese preciso instante soy consciente de que soy capaz de darle todo de mi a Ferran, y que si destruye esa confianza, me destruirá a mi en el camino. No me doy cuenta de que se me han escapado algunas lágrimas hasta que él me las besa una a una.
Cuando he bajado por completo, la sensación es incomoda hasta que me acostumbro, pero nada realmente doloroso, apoyó mi frente en la suya, cerrando los ojos, y puedo notar cómo contiene la respiración. Comienzo a moverme sobre él, pero me cuesta encontrar el ritmo, por lo que él me guía con las manos en mis caderas.
- Te toca - le digo cuando he conseguido encontrar el ritmo.
- Menuda deportista de élite que ya se ha cansado - me susurra en el oído bromeando.
- No me he cansado - le contesto mordiéndole ligeramente el lóbulo de la oreja. - Pero esto es un trabajo en equipo, así que te dejo formar parte.
-Me gusta formar parte - dice mientras me sujeta las caderas y comienza a moverse debajo mio, aumenta mucho más el ritmo y yo no puedo contener los gemidos inesperados.
Se siente demasiado bien, cierro los ojos incapaz de enfocar la vista en nada, solo concentrada en las sensaciones generadas entre nuestros cuerpos. Lo conozco lo suficiente para saber que los jadeos que está haciendo indican que está muy cerca, y antes de que me plantee siquiera facilitarme la llegada, noto sus dedos en mi punto más sensible, en apenas unos segundos todo explota en mi interior, mucho más profundo que otras veces. Cuando me contraigo siento como eso determina que él termine y lo siento dentro lo que resulta una sensación curiosa.
Me coge en brazos y me lleva hasta la cama, mientras yo dejo mi cabeza sobre su hombro, noto como se deshace de la protección por el camino a la habitación. Me hago una bolita en la cama y él me abraza siendo la cuchara grande, me besa el pelo y yo noto como se me cierran los ojos del sueño.
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Se merece intentarlo
FanfictionNia es la hermana de vida de Pablo (Gavi), no conoce otra vida que La Masia y el fútbol es su futuro. Pero, ¿es su sueño?