25. Amenazas

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En junio entro en la sala de reuniones con las ideas muy claras, a pesar de haber podido encontrar mi lugar junto a las chicas en el equipo, esto no es lo mio, no es mi sueño y ahora, más que nunca, este club no me representa. Las decisiones directivas a lo largo de la temporada han sido cuanto menos, cuestionables, pero desde que Xavi anunció su salida en el masculino, la directiva ha mostrado su peor cara y estoy lista para irme, no quiero contribuir con todo este negocio. Hemos tenido los mejores resultados posibles durante la temporada, por lo que ya estoy lista para irme, he cumplido con el club y con ellas.

Me sorprende ver solo a Laporta, sin los abogados y el resto de asistentes que normalmente le acompañan, me siento junto a mi representante y noto que está muy sonriente, lo cual que me descoloca ya que les informé de mis intenciones.

- Bienvenidas - dice con ese tono mafioso que me pone los pelos de punta - ¿Queréis tomar algo? - dice señalando los diferentes licores a su lado.

- No, gracias - contesto y comparto una mirada contrariada con mi representante.

- No queremos ofender a nadie, Nia está muy agradecida al club por tantos años, pero ya sabe a lo que hemos venido, así que no tiene mucho sentido dilatarlo más - dice mi representante tratando de resolver la situación lo antes posible.

De repente, Laporta rompe a reír como si lo que acabará de escuchar fuera lo más gracioso del mundo y nosotras no podemos evitar sentirnos incómodas.

- Es curioso que hayas usado la palabra dilatar, porque en tu casa os gusta mucho ese verbo, ¿verdad Nia? - me quedo helada, pero no termino de entender a qué se refiere. - Concretamente a tu hermanito - sigo sin entender a qué se refiere, pero en el momento en que menciona a Pablo mi estomago se retuerce.

Coloca una carpeta frente a mi, abriéndola de forma dramática y mi corazón se detiene al ver lo que hay en su interior, una fotografía de Pedri y Pablo en el coche en nuestra urbanización besándose. Miro las siguientes, son similares, otras en casa de Pedri, son todas tomadas en propiedad privada, invadiendo nuestra intimidad, sé que lo podemos denunciar, eso no es legal y me parece vomitivo que lo esté usando para amenazarme.

- Creo, querida Nia - dice acercándose más a mi - que ha llegado el momento de hablar las cosas en familia, al final, este club somos una gran familia y creo que hay cosas que tenemos que arreglar en casa - dice demasiado cómodo. - Así que si no le importa, señora Martín, podría esperarnos fuera - se dirige a mi representante.

- No me voy a ir a ningún sitio y esto es chantaje - le dice muy firme mi representante.

- ¿Chantaje? - finge sorpresa.- Yo solo le he mostrado unas fotos que quedarían muy bien en el álbum familiar.

- Ella no se va - digo, fingiendo una calma que no tengo en este momento. - Di lo que tengas que decir, pero no se va. Ella si es mi familia, no tú - soy completamente sincera al respecto, María me había apoyado desde el principio, me cuidaba, me entendía y respetaba mis decisiones aunque la pudieran perjudicar.

- Cómo quieras, luego no te quejes - dice sarcásticamente.

- Eres un necio si piensas que me puedes chantajear con esto, estamos en el siglo XXI, la sociedad ha avanzado, no son tan retrógrados como tú - lo digo muy convencida, pero a quién pretendo engañar, en el fútbol masculino no ha avanzado, si se filtraran estas fotos mi hermano y Pedri serían señalados de por vida.

- No te lo crees ni tú - me dice completamente crecido. - Pero aunque así fuera, la sociedad nunca aceptaría esto - pone frente a mi una nueva carpeta, y la abre con mayor dramatismo que la primera.

- Son informes de doping de Pablo y Pedri, mensajes amañando partidos, incluso informes de un accidente en el que se indica que mi hermano conducía bajo los efectos de alcohol y drogas, choca contra un coche familiar y se dió a la fuga.

Se merece intentarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora