51. Soportar

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POV NIA

No quiero soltarlo, pero no creo que esté bien que nos quedemos así para siempre, necesitamos hablar, aunque no me siento capaz de decir nada y mucho menos expresar cómo me siento. Así que no seré yo la que se aparte y dé comienzo a la conversación.

- Nils - dice cuando hemos perdido la cuenta del tiempo que llevamos abrazados en silencio y yo solo puedo negar con la cabeza, no quiero escuchar cómo se despide definitivamente. - Tenemos que hablar.

- No puedo - admito en voz alta. - No puedo escucharlo.

- No me voy - dice y mi corazón se detiene por un instante, me aparto para mirarle a la cara y confirmar si he escuchado bien.

- ¿Te quedas? - le digo con la esperanza filtrándose en mi voz.

- Flick ha dicho que quiere que me quede - dice frustrado, por lo que yo contengo mi emoción.

- ¿No quieres quedarte? - le pregunto cautelosa.

- No quiero estar en un club que somete día sí y día también a la persona que más quiero a su tortura particular - me explica.

- Te prometo que contigo aquí voy a poder soportarlo - trato de tranquilizarlo.

- Pero no tendrías que soportar nada, no deberías pasar por esto, no es justo - dice afligido.

- La vida no es justa - le doy una lección que aprendí hace mucho tiempo.

- Necesito ser completamente honesto contigo - me dice, mirándome a los ojos. - La idea de irme del club sigue aquí - se señala la frente.- Cuando llegue ese momento no quiero repetir lo que pasamos la semana pasada, no puedo seguir sin ti, te necesito en mi vida, a distancia o cómo sea, pero no puedo, ni quiero volver a estar sin ti. Ha dolido demasiado, Nils - cuando me llama así, no puedo contener más la emoción. - Me levantaba viendo tus entrevistas y me dormía volviéndolas a ver para poder verte de alguna manera.

- Fui una cobarde, pero sentí que era lo mejor, no puedo más, estoy agotada - le explico.- Pasar por esto sin ti aquí, no era una posibilidad para mi, quiero creer que cuando llegue el momento en el que te vayas, yo ya sea libre y no tenga que pasar por todo esto. No sé cómo expresarlo con palabras, pero en estos días solo podía pensar en que si estuvieras aquí, solo con que me abrazaras cinco minutos, podría tener esos minutos de paz y podría afrontar el siguiente día, pero sin ti, me dejaba consumir por la oscuridad.

- ¿Qué dice tu psicóloga? - me pregunta preocupado.

- Que mientras no salga de la situación de ansiedad, del foco de estrés, ninguna solución será definitiva. Tenía miedo de volverme dependiente, de agobiarte, e incluso limitarte - le explico.

- ¿Por qué? - me pregunta confundido.

- Porque te pedí que no hicieras algo que tú querías hacer, te prometí que nunca haría eso y que si lo hacía es que ya no te quería bien.

- Yo no quiero alejarme de ti, nunca lo he querido, simplemente no veía otra opción, pero si pudiera jugar aquí con otro club, no tendría dudas - me asegura y yo asiento acallando mis miedos.

- ¿Vas a ser capaz de sentirte cómodo en el equipo? - le pregunto.

- El equipo no tiene la culpa, la decisión vino de arriba y por suerte no me tengo que relacionar con quién la tomó - tal y como lo dice sé que es algo que ya se ha planteado bastante.

- ¿Crees que nosotros podremos superar lo que ha pasado? - le pregunto angustiada.

- No siento que tengamos nada que superar, no discutimos, no me dijiste nada malo, no he tenido un solo mal pensamiento sobre ti en todos estos días, te entendí en todo momento, sé porque hiciste lo que hiciste, no tengo nada que perdonar - me tranquiliza.

- Yo tengo que admitir que sentí que me habías dejado, que me abandonabas, en el fondo sabía que fui yo la que tomé la decisión - le explico y veo cómo le duele. - Pero mi psicóloga dice que es un trauma muy profundo que tengo en relación al abandono, nunca me he sentido completamente merecedora de tu amor, por lo que siempre esperaba que un día te dieras cuenta y te marcharas - el dolor antes mis palabras es demoledor, pero siento que debo serle sincera al respecto para poder avanzar.- Pero eso no tiene nada que ver contigo, viene mi pasado y tengo que trabajarlo día a día, lo hago, lo estoy haciendo, pero no es tan fácil.

- Nunca te abandonaría - me asegura.

- Lo sé - le digo.- Aquí - me señalo el pecho dónde suele estar el corazón.- Pero aquí dentro - le indico mi frente.- Todo es más difícil.

- Estoy aquí - me dice y la felicidad que esas palabras me producen no tienen precedentes.

- Te quiero - le digo acercando mis labios a los suyos, dejando claras mis intenciones, y él acorta la distancia, pierdo la cuenta de las veces que nos besamos, demostrándonos lo mucho que nos hemos echado de menos.

- Te quiero - dice juntando su nariz con la mía, recordando nuestro primer beso.

Nos volvemos a besar, pero mucho más desatados en esta ocasión, dando rienda suelta a todo, nos seguimos besando de camino a mi habitación.

- ¿Cómo vamos? - le pregunto cuando pasamos la puerta de mi habitación y él rompe en carcajadas al oír nuestro mantra particular mientras nos dejamos llevar entre las sábanas de mi cama.


POV PABLO

No puedo evitar sonreír y abrazar a Pedri cuando escucho la puerta de la habitación de mi hermana, seguida de carcajadas.

- La clase - dice tratandose de apartar.

- A la mierda la clase - suelto apagando el ordenador y tirando a Pedri a la cama conmigo, que comienza a protestar hasta que le beso la zona más sensible de su cuello que conozco perfectamente y es su perdición.

- Eso es jugar sucio - se queja.

- ¿Te estás quejando? - le reto.

- ¿Yo? Para nada - me atrae de nuevo hacía su cuerpo.- Juguemos sucio - y le cumplo el deseo.

Se merece intentarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora