POV NIA
El 19 de noviembre de 2023 no lo olvidaré nunca, era domingo, jugábamos el Clásico por la mañana en casa, estuvimos increíbles, cinco a cero en el marcador, el vestuario era una absoluta fiesta. Nos fuimos a comer juntas para celebrarlo y llegue a casa tarde, muy cansada, pero absolutamente contagiada de la energía del equipo.
Pedri viene a casa a las ocho de la tarde, juega la selección y no nos gusta ver los partidos solos, nos ponemos al día tirados en el sofá. No sé que me pasa, pero estoy demasiado cansada, el partido ha sido extenuante, pero no tanto, apoya mi cabeza en las piernas de Pedri tratando de no dormirme, pero parece ser que no lo consigo. Me despierto cuando ya llevamos cuatro minutos de partido porque Pedri se emociona con el gol de Le Normand y me mueve sin querer, me incorporo y decido quedarme sentada para aguantar despierta. Nos llega el empate y en el minuto veintitrés de partido, Pablo recepciona con el pecho y comienza a cojear, en el momento que lo ponen en primer plano, lo sé. Se levanta el pantalón y veo su rodilla, el dolor en su cara, son el ligamento y el menisco. Se retira del campo con la cara desencajada de dolor, entre lágrimas, porque él también lo sabe, ese dolor es muy característico, se siente la gravedad, algo dentro de mi, me dice que es rotura. Todos conocemos esta lesión en el fútbol, y lo peor es que todos sabemos lo que significa, hay tantos nombres que han visto como su carrera se acababa con una lesión como esta, que es la nube oscura que siempre tratamos de evitar.
No soy consciente de que Pedri y yo nos hemos levantado, acercándonos lo máximo posible a la televisión, estamos agarrándonos la mano tan fuerte que duele, veo como le cae una lágrima por la mejilla, él también es consciente de lo que conlleva la lesión. Ninguno de los dos somos capaces de hablar, yo solo corro a por mi teléfono, llamo a todos mis contactos del equipo médico de la selección, hasta que uno me contesta.
- ¿Cómo está? - le pregunto sin contemplaciones, sabe que es mi hermano.
- Le hemos puesto calmantes porque tiene mucho dolor - me explica.
- ¿Es rotura? - le pregunto directa.
- Sabes que sin hacerle pruebas no podemos estar seguros.
- ¿Es rotura? - le insisto.
Se queda en silencio y ya no necesito que me conteste, aunque termina haciéndolo.
- Parece rotura - me confirma y yo me dejo caer en el sofá.
- Por favor, necesito que le digas que estoy de camino - le digo poniéndome en movimiento.
- Se lo digo - me asegura.
- Muchas gracias por todo - le digo profundamente agradecida.
- Nada, un abrazo - me despido y cuelgo el teléfono.
Pedri se acerca corriendo con mi abrigo y mi bolso.
- Tenemos que irnos, el AVE nos sale en media hora - me dice y yo no le hago preguntas.
Le entrego un gorro de mi hermano para que no nos reconozcan y unas gafas falsas, siempre me sorprende lo eficaces que son las gafas para que la gente no te reconozca.
Durante el camino he hablado con nuestra familia, estaban muy nerviosos así que les he comprado los billetes de ave, porque no quería que condujeran así y ya van de camino, llegarán poco más tarde que nosotros. También estaba pendiente de las redes para saber si daban alguna actualización sobre su estado, y he visto que Ferran ha marcado un gol en la segunda parte dedicado a mi hermano, mostrando su camiseta. Ese momento me lleva al límite y estoy a punto de romperme, pero sé que no puedo hacerlo, Pedri está destrozado, mi familia también y sé que Pablo estará hundido, yo tengo que mantenerme en pie.
Cuando entramos al hospital, Pedri se queda en un segundo plano para que no le reconozcan y cuando me indican donde está, ambos nos dirigimos rápidamente.
Entramos en la habitación y veo a mi hermano tumbado con el brazo sobre la cara, lo aparta cuando escucha la puerta, en el momento en que nos ve es cuando se permite romper a llorar. Corro hacia él y lo abrazo, se recuesta sobre mi pecho dejando salir todo el sufrimiento, ninguno sabe qué decir, así que preferimos no decir nada.
Veo que Pedri está al otro lado de la cama sujetándole la mano, y por primera vez desde que he entrado en la habitación me fijo en Ferran, lo miro y me devuelve una mirada que me alivia por un segundo. Mi hermano se aparta un poco de mi, y se gira hacia Pedri, mientras él se acerca y apoya su boca en la frente de mi hermano, dejandole suaves besos mientras lo abraza.
Aviso a mi familia de que estoy con él, hacemos videollamada para que lo vean, pero mi hermano no quiere hablar, así que me salgo fuera a hablar con ellos. Cuando termino la llamada, me apoyo contra la pared y cierro los ojos, tratando de mantener bajo control mis emociones. Escucho la puerta a mi lado y sin abrir los ojos ya sé que es Ferran, conozco su perfume, me giro hacia él abriendo los ojos y cuando me mira, me dejo caer en sus brazos sin importarme quién nos pueda ver. No duda ni un segundo, me abraza para reconfortarme mientras yo escondo mi cara en su cuello, sin poder evitar que algunas lágrimas escapen de mis ojos.
- Ojalá no supiera todo lo que sé sobre lesiones - le confieso.
- No tienes que decir nada, para eso están los médicos, no es tu responsabilidad - me lee como nadie y sabe por dónde va mi cabeza.
- Me van a preguntar - le explico.
- Puedes repetir lo que hayan dicho los médicos - me anima.
- A mi me gustaría saberlo - le digo una verdad ineludible.
- A mi también - termina resignando entendiendo mi punto.
- Me alegro que estés aquí - admito.
- Siempre voy a estar para vosotros - me asegura.
- Ha sido un gesto muy bonito - hago referencia a la dedicatoria de su gol.
- Era lo que sentía, teníamos que ganar por él, tenía que haber valido de algo.
Entramos de nuevo en la habitación y veo que Pablo se ha quedado dormido entre los brazos de Pedri, por lo que no hacemos ruido y nos sentamos en el sofá de la habitación, me apoyo en el pecho de Ferran y él me abraza enseguida. Y es así como nos encuentran nuestros padres horas después, sé que nos harán preguntas más adelante, pero de momento solo corren a ver a Pablo, por lo que Pedri se aparta dejándoles espacio. Se deja caer en el sofa y yo lo cojo la mano en señal de apoyo.
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Se merece intentarlo
FanfictionNia es la hermana de vida de Pablo (Gavi), no conoce otra vida que La Masia y el fútbol es su futuro. Pero, ¿es su sueño?