42. Canguro

25 2 0
                                    

POV NIA

Cuando se ha ido mi familia y los chicos a entrenar, me llama Lamine, su madre se tiene que ir unos días con su marido ya que ha fallecido un familiar y no quiere que Lamine se quede solo, ni que se haga cargo de su hermano pequeño, está muy frustrado, él ya se siente adulto y no entiendo que no lo es. Así que llamo a su madre y le digo que me hago cargo de los dos, tengo que insistirle bastante porque no quiere que me supongan una molestia ya que acabo de volver para descansar, pero no entiende que cualquier distracción es bienvenida, que lo que no quiero es tener tiempo para pensar.

Poco después voy a su casa, recojo a Keyne y todas sus cosas, la maleta que le ha preparado a Lamine su madre, escucho atentamente todas las indicaciones que me da Sheila, aunque ya he cuidado muchas veces a Keyne y conozco sus rutinas, pero sé que ella necesita explicarlo todo de nuevo, le prometo llamarla para cualquier duda y me despido. Ya es la hora de salir del entrenamiento, así que voy a buscarlo y mientras espero me dedico a jugar con Keyne.

Cuando salen del vestuario los chicos, me ven todos ahí, y sus caras son de confusión, pero en especial la de Lamine.

- Os quedáis conmigo - le digo a Lamine y corre a abrazarme emocionado.

- Gracias, eres la mejor - me dice.- Ya sabes que mi tía es demasiado... - se queda pensando la palabra más adecuada - intensa - contengo la risa porque es cierto que su tía es un torbellino de energía y cuando van a su casa Keyne sale como si le hubieran dado un paquete entero de azúcar.

- ¿Te parece bien? - le pregunto a mi hermano, ya que al final la casa es suya, cuando Lamine se ha adelantado con Keyne en brazos.

- Claro - me asegura.

- Os veo luego - les digo a los tres, pero me quedo más tiempo mirando a Ferran, para que se dé por aludido.

En el coche, Lamine se pone a mirar el móvil y me siento ignorada como las madres de adolescentes.

- No soy tu chófer - me quejo.

- Perdón - levanta la cabeza rápidamente y deja el móvil. - Es Ferxo - dice el mote con el que se refiere a Fermin en privado.- Está preocupado.

- Es incapaz de disfrutar de unos días de vacaciones - digo apenada.

- Está preocupado por el fichaje de Olmo, se ve fuera - me explica.

- ¿Ya está confirmado? - pregunto.

- Prácticamente - me confirma.

- Ha demostrado absolutamente todo en los Juegos, no puede estar fuera - digo frustrada, pero hace tiempo que no comparto las decisiones del Club así que ya no sé qué pensar.

- Eso le digo yo - me responde Lamine.- Pero lo de Linares le dejó muy tocado, se siente en la cuerda floja todo el tiempo.

- Odio todo esto - digo con una rabia que no puedo ocultar y que no pasa desapercibida para Lamine.

- ¿Estás bien? - me pregunta preocupado.

- Sí, es solo que no es justo, me da rabia por Fermin - oculto parte de la verdad.

- No te preocupes, seguro que no se queda fuera, creo que el planteamiento será otro.

- ¿Pedri? - pregunto lo que tanto temo desde que escuche la noticia, se queda callado dándome la razón, pero no queriendo decirlo en voz alta.- Serían imbéciles si dejaran fuera a Pedri, es un espectáculo en el campo.

- Pero las lesiones nos sentencian - dice con una seriedad que pocas veces había escuchado en Lamine, pero que lamentablemente cada vez son más habituales.

Se merece intentarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora