56. Epílogo: FAMILIA

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Diez años después

POV PABLO

Salgo al jardín con toda la comida que ha traído la familia de Pedri, nos va a sobrar comida para una semana, entre que la que han hecho mis padres, la que ha traído la familia de Pedri y la familia de Ferran, podemos dar de comer a toda la urbanización. Mi hermana sale de su casa, hace muchos años que nos cambiamos de casa, tenemos tres casa continuas que se comunican por el jardín, mis padres se vinieron a Barcelona para ejercer de abuelos. 

Veo a mi padre salir con Nina en brazos de su casa, mi hija vive más en casa de sus abuelos que en la nuestra, es la más consentida, con tan solo dos años, es la pequeña de la familia.

- Papá, no encuentro el regalo - me dice Pablo, nuestro hijo de 10 años, aun recuerdo el día que lo fuimos a conocer antes de formalizar la adopción y nos dijeron que se llamaba Pablo, no podíamos creerlo, no le hubiéramos cambiado el nombre, ya que tenía ya cinco años. - Papi me ha dicho que no me podía ayudar que estaba buscando a Pepi - en cuanto nombra el peluche de su hermano, veo la solución.

- He visto a Pepi, dile a papi que yo me encargo de Pepi que él te ayude con el regalo.

- Vale - me dice y se marcha corriendo.

Cada día tengo más claro que algún día seré un buen entrenador, nuestro día a día es puro trabajo en equipo y estrategia. Voy a buscar a Yeray, nuestro hijo de cinco años que no se queda tranquilo si no lleva consigo a su peluche Pepi.

- Papá, lo has encontrado - grita tirándose a mis brazos, lo que más adoro de ser padre es la confianza ciega que tienen en mi, sabe que siempre lo atraparé y a veces pienso que no cumpliré sus expectativas, pero me hace esforzarme y ser mejor por y para ellos.

- Nuestro superhéroe - dice Pedri besándome el hombro al pasar a mi lado con el regalo que Pablo le ha preparado a su prima Gema, que hoy cumple 10 años.

- Yery, han venido Nur y Ona - le dice Pablo y Yeray ya no quiere estar en mis brazos, si no correr a ver a sus amigas, las hijas de Lamine de 4 y 2 años.

Veo a Aina en la puerta del jardín de mi hermana sin animarse a salir, es tan tímida, me recuerda tanto a mi hermana, la adoptaron con escasos meses de vida, pero aún así es muy tímida, es la niña de papá y de su tío favorito, que soy yo.

- Hola - le digo, me mira con desconfianza, pero cuando ve que soy yo, me sonrie automáticamente y a mi se me hincha el pecho.

- Hola - me contesta con sus escasos dientes de cinco años.

- Necesito ayuda, quiero ir a la fiesta de tu hermana, pero me da un poco de vergüenza, quizás si alguien me diera la mano, tendría el valor para hacerlo- me mira varias veces y al final, me da la mano, tirando de mi hacia la fiesta. Lo dicho, es igual a su madre, si alguien necesita ayuda, se preocupará por él antes que por su miedo.

- Aini, ¿vienes a jugar con Lola y conmigo? - le pregunta su hermano Nabil, de 7 años, su mejor amiga es Lola, la hija de Fermin que tiene su misma edad.

- Tio, ¿necesitas que te acompañe? - me pregunta preocupada.

- Tranquila, veo al tío Pedri, él me ayudará - le digo y se va a jugar más tranquila de la mano de su hermano.

- ¿A qué te ayudo? - me pregunta Pedri acercándose sonriendo y yo sonrío en respuesta, da igual los años que hayan pasado, mi corazón se acelera como el primer día.

- A ser feliz, cada día - le abrazo.- Gracias por eso.

- Tú me has enseñado lo que es la felicidad - me dice y aprovecho la cercanía para besarlo.

Se merece intentarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora