53. Décimo

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POV PABLO

Salen los médicos media hora más tarde, cada minuto se ha llevado la cordura de todos los que esperábamos en la puerta y se ha instalado un silencio, que se rompe con el sonido de la puerta al abrirse.

La médica que sale se queda sorprendida al ver toda la gente que está esperando, notamos su desconcierto al no saber a quién hablarle, por lo que Ferran y yo nos acercamos.

- Hemos conseguido estabilizarla, tenía todos los valores por los suelos, se la van a llevar al hospital porque aquí no podemos hacer nada más - nos explica.

- ¿Corre peligro su vida? - pregunta Ferran.

- Las próximas 24 horas serán decisivas - nos indica y la angustia vuelve más fuerte.

Nos indica a qué hospital se la llevan, no nos dejan ir con ella ya que pueden tener que intervenir en la ambulancia, nos vamos a por los coches. Las chicas vuelven al campo, ninguna tiene la mente en el partido, pero ya no les dan más tiempo para volver, nos piden que las mantengamos informados con lo que nos digan y Fermin las tranquiliza al respecto.

Escuchamos como todo el estadio corea el nombre de mi hermana cuando las jugadoras vuelven al campo y yo pienso en la hipocresía de todos los que han permitido que llegará hasta este extremo la situación.

Eric lleva en su coche a Ferran y Fermin nos lleva a los demás en el suyo, creo que son los únicos que están en condiciones para poder conducir. Cuando llegamos al hospital, nos informan de que está en la UCI, sigue estable, pero si no consiguen subirle los valores puede tener una parada.

Llamo a mi madre y le informo de todo lo que nos han dicho, ya están de camino en el AVE. Les hemos insistido a los chicos en que no hacía falta que se quedarán, que los mantendríamos informados, pero nadie se quiere mover de aquí hasta saber que mi hermana está bien. Ferran está completamente desolado, no habla, ni siquiera se mueve, su mente se ha ido muy lejos, a un lugar muy oscuro. Eric se acerca a ofrecerle de todo, pero solo niega con la cabeza, cuando suena su teléfono, lo mira, se levanta y se lo entrega a Pedri, que lo mira y contesta al ver que es la madre de Ferran. Apenas escucho la conversación, pero por lo poco que he captado, estaba muy preocupada por Nia y quería saber cómo estaba, Pedri la tranquiliza y le explica lo que sabemos.

No sé cuanto tiempo ha pasado, supongo que varias horas, no nos hemos movido demasiado, suena el teléfono de Lamine y cuando contesta a su madre, rompe a llorar como un niño, al verlo, todos nos rompemos, dejando salir el dolor. Fermin abraza a Lamine, que habla como puede con su madre y Pedri me contiene, mientras intenta controlar sus propias lágrimas. Ferran sigue impertérrito, no sé si realmente está calmado, o es que ya no se permite sentir nada.

Cuando llegan mis padres ya está anocheciendo, Fermin se ha encargado de ir a por bocadillos para todos y hemos comido sin ganas, menos Ferran que ha agradecido el bocadillo, pero ni siquiera lo ha probado. Mi padre me abraza y yo me rompo de nuevo, noto como le tiemblan las manos, no recuerdo haber visto nunca a mi padre así, mi madre corre a hablar con los médicos, que le dicen lo que ya sabemos, no hay mejoría, pero tampoco ha empeorado, la han tenido que inducir al coma para que su cuerpo pueda recuperarse.

Mis padres insisten a todos para que se vayan, pero todos se niegan, creo que todos tenemos la sensación de que si nos vamos algo malo pasará. Finalmente Eric lleva a Pedri y Fermin se lleva a Lamine, ya que mañana hay partido fuera. Pedri ha estado intentando convencer al entrenador de no ir, a Ferran ni siquiera le ha importado eso, finalmente consigue convencer al entrenador, pero solo podemos faltar Ferran y yo. Yo no juego todavía por lo que no soy una gran pérdida y Ferran no está en condiciones de nada, acepta pagar la multa que le pongan sin darle importancia a la cifra.

- Yo me quedo - le dice Pedri a Eric cuando se ofrece a llevarlo a casa.

- No, espera Eric - le pido, cojo a Pedri de la mano y nos apartamos a una esquina de la sala privada en la que estamos. - Tienes que ir a descansar, está aquí toda mi familia, no estoy solo - apoyo mi frente en su hombro tratando de que entienda mi punto.

- No voy a poder dormir, mi mente va a estar aquí con vosotros - me explica.

- Lo sé, pero al menos estarás en la cama y tu cuerpo descansará, por favor - no śe lo que ve en mis ojos, pero termina asintiendo y me abraza.

- Te quiero, todo va a salir bien, cualquier cosa me llamas - yo solo alcanzo a asentir, mientras me besa la cabeza y se aleja para acercarse a Ferran.

- Hermano, me tengo que ir, pero está aquí toda la familia de Nis, no estás solo, todo va a salir bien - Ferran solo asiente y le devuelve el abrazo a Pedri cuando este se lo da.

Esa noche no sucede nada, ni la siguiente, ni las ocho siguientes, todos sentimos que hay algo que los médicos no nos están contando, pero ellos aseguran que no. Ferran está junto a ella sujetándole la mano, no se ha movido ningún día, tan solo para irse a duchar y cambiar de ropa, que lo viene a buscar Eric, lo máximo que ha estado fuera del hospital ha sido una hora. Está agotado, no duerme, ni come, ni habla, solo se queda mirándola, esperando que algo cambie en la pantalla, le han penalizado con multas por los entrenamientos y los partidos que se ha perdido, pero nada le importa, tan solo que mi hermana vuelva a abrir los ojos.

Acabo de entrar por la puerta, es el décimo día, mis padres se han ido a descansar un poco, solo están Aurora y Ferran en la habitación, mi hermana mirando el móvil y Ferran sujetándole la mano a Nia, mirando cada centímetro de su cuerpo para comprobar si hay algún cambio.

- Nils, estoy aquí, tranquila, abre los ojos, amor - dice de repente Ferran, Aurora y yo nos miramos sin entender nada.- Venga, campeona, que tú puedes - me fijo en la mano que está sujetando Ferran que se mueve ligeramente, apretando más.

- Vamos Nini, estamos aquí, tú puedes, muéstranos esos ojitos preciosos - le suplico.

- Vamos peque, tú puedes - le anima Aurora.

Y en ese preciso momento mi hermanita pequeña, abre sus ojos y creo que nunca he visto algo más bonito, noto las lágrima rodar mi cara, pero solo puedo sonreír, poco creo que había perdido la esperanza.

- Bienvenida - le dice Ferran con la voz más ronca de lo habitual por la emoción y lo veo sonreír tras tantos días de verlo perdido. 

Se merece intentarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora