Se merece intentarlo

50. Perdida

POV PABLO

Nunca en mi vida me he sentido tan impotente, mi hermana ya no es mi hermana, no la reconozco, parece una muerta en vida. Hace una semana que se fue Ferran a reunirse con los diversos clubes interesados, desde ese día prácticamente no habla, solo se encargar de cuidar de los perros, sale a correr con ellos, juega con ellos, pero siempre con la mirada perdida. A mediados de semana, tuvo que incorporarse al equipo, se le acabaron las vacaciones y le han hecho tantas entrevistas que he perdido la cuenta, cuando vuelve a casa, parece que le hayan robado un pedacito más de vida.

Cree que lo oculta bien, pero he notado como tiene que correr al baño porque su cuerpo no admite la comida, no es la primera vez, pero esta vez me está preocupando mucho más ya que son todas las comidas. Su cuerpo le está pidiendo ayuda, pero ella no sabe cómo ayudarlo y es desolador de ver, Pedri está desesperado, todos los días le pregunta si está bien, si le puede ayudar de alguna manera, pero ella se ha cerrado como nunca antes, completamente hermética y no consigo entrar ni yo.

Ferran está muy preocupado, no habla con ella porque está respetando su decisión, pero está al tanto de todas las entrevistas y se ha dado cuenta de cómo está físicamente, por lo que nos llama todos los días preocupado. No ha sido el único, algunas compañeras del equipo también me han llamado preocupadas por ella y yo no tengo una respuesta que darles. Me estoy planteando llamar a mis padres para pedirles ayuda, pero sé que no conseguirían nada, tan solo preocuparse más.

POV NIA

Vuelvo de correr con los perros, nos metemos en la piscina y ambos me lamen demostrando que notan mi tristeza y que ellos también lo echan de menos. Cada día me cuesta más levantarme de la cama, pero no los puedo dejar solos, no puedo hacer cómo él que nos ha dejado.

A veces me cuesta respirar, nunca me había dolido algo tanto, es tan agudo que se siente físico, como si me hubieran arrancado una parte del pecho. Me había entregado por completo, confiando ciegamente en que nunca me dejaría y me entregué tanto que ya no queda nada de mi que salvar.

Cuando no me estoy revolcando en mi propia desolación, me obligo a ser honesta conmigo misma y en esos momentos, admito que él no me dejó, fui yo quien tomó la decisión, destruyéndonos con ella. No me sentía capaz de soportar una relación a distancia, el mes que estuvimos separados entre la Euro y los Juegos casi me destruye, no podría aguantar toda una temporada.

Salgo de la piscina, dejándome caer en el césped, ambos perros se tumban apoyando sus cabezas en mi abdomen, lo que ya es un habitual en nuestra rutina diaria, saben lo que necesito mejor que yo, su contacto me trae cierta paz. Noto como se levantan ambos rápidamente y me sorprende, por lo que abro los ojos, me incorporo y el corazón se me salta un latido al ver quién está en la puerta.

- Hola - me dice Ferran indeciso y las lágrimas ya están brotando de mis ojos.

Mi cuerpo reacciona solo y sin ser apenas consciente, me levanto y corro hacia él, sé que esto solo me va a hacer más daño a largo plazo, pero solo puedo pensar en la paz que siento en sus brazos.

POV PABLO

Pedri y yo estamos como dos chismosos mirando desde el salón, cuando mi hermana ha corrido hacia Ferran he podido respirar por fin. Ferran ha entrado directo a buscarla, no nos ha dicho nada y nosotros no nos hemos planteado ni por un segundo detenerlo para preguntarle. MI hermana ha mostrado más vida en los últimos minutos que en la última semana, no sé qué querrá decir esto, pero solo espero que sea lo que sea consiga que mi hermana remonte.

- Vamonos - me dice Pedri.

- Quiero saber qué está pasando - le digo honestamente, sin ocultarle nada.

- Ya nos lo dirán - me coge de la mano y tira de mi, pero yo no me muevo.

- Pablo - me insiste, me coge por la cintura y tira de mi.

- Necesito saber que están bien, que van a estar bien, que mi hermana va a estar bien - le digo de golpe tratando de hacerme entender.

- Lo sé, pero ahora tenemos que dejarles solos para que puedan estar bien - me explica y yo me apoyo en su pecho, dejándome arrastrar por él.

Entramos a nuestra habitación, ya no se siente bien decir que es solo mía, enciende el ordenador y yo ya sé lo que significa.

- No, por favor, si realmente me quieres, no me hagas esto, por favor - utilizo todo el drama que soy capaz de pensar.

- Porque te quiero es que lo hago, va, sabes que al final lo pasamos bien - me insiste.

- Tú lo pasas bien porque te acabas riendo de mí - me indigno.

- Me río contigo, no de ti - me dice sonriendo ya.

- Yo no me río - me quejo.

- Eres tan adorable cuando te pones así - me dice mientras se acerca y me besa, lo que consigue que se me olviden las quejas, dejándome que una sonrisa boba.

Y así, consigue convenciéndome para nuestras clases online diarias de inglés, por lo que poco después se está riendo como sabía que haría al escucharme practicar, pero tengo que admitir que yo también me río. Cualquier cosa que haga, con Pedri es mejor, siempre hemos sido así, desde que nos conocimos, siempre con juegos de golpearnos en broma, pero al final siempre buscábamos el contacto y la atención del otro. Ahora tenemos otro tipo de contacto, pero en ocasiones seguimos usando esos juegos y siempre acabamos sonriendo.