52. Pulso

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POV PABLO

Estoy viendo a mi hermana jugar, en cualquier momento podré volver a jugar yo, han pasado solo dos meses desde el comienzo de la temporada, no es una pérdida tan grande. Mañana nos vamos todo el equipo porque toca partido fuera, pero hoy podíamos ver al femenino, no solemos poder mucho a lo largo de la temporada, por lo que aprovechamos la escasas oportunidades para apoyar desde la grada.

Mi hermana y Ferran están mejor que nunca, no queda ni rastro de aquella fatídica semana en agosto, nadie lo comenta, es nuestra Voldemort particular, nadie habla del club tratando de ceder a Ferran, ni de la separación posterior, eso nunca pasó o eso nos gusta creer. Ella mejoró, pero los problemas con la alimentación los sigue teniendo, los médicos se muestran preocupados ya que no es un TCA, simplemente su cuerpo no lo admite, ahora le pasa sobre todo con el desayuno. Hace meses que no le hacen más pruebas porque terminaba agotada y no le daban ninguna solución, por lo que ahora está en una especie de tregua con su cuerpo que lo que no acepta lo complementa con sueros y vitaminas, pero le resta mucha energía, en especial en el campo.

Hoy es todavía peor, juegan por la mañana, por lo que su cuerpo no ha ingerido ningún tipo de alimento sólido, pero aún así la sacan de titular, lo que es un habitual esta temporada. Nadie lo entiende porque mi hermana no está en las mejores condiciones y no es capaz de aguantar un partido completo, lo cual saben los médicos, pero aún así la siguen sacando. En los minutos que está en el campo, lo da todo, pero le falta resistencia, su cuerpo no puede seguir el ritmo y resulta doloroso de ver, en especial cuando llega a casa tras los partidos.

También han venido Fermin, Eric y Lamine, estoy comentando una jugada con Fermin y Lamine a mi izquierda, cuando noto que Eric agarra a Ferran para que no salte al campo y Pedri también se levanta. Miro al campo, pero no veo nada fuera de lugar, hasta que enfoco a mi hermana que cae al suelo inconsciente justo en ese momento. Todas las compañeras hacen un círculo a su alrededor para que nadie capte imágenes de mi hermanita inconsciente, los paramédicos corren con la camilla, todo el estadio se ha quedado en un silencio absoluto y solo cuando alcanzo a ver las lágrimas de sus compañeras, me doy cuenta que me he acercado corriendo hasta la parte más baja de la grada. Pedri tira de mi brazo, pero no escucho lo que me dice, solo miro las botas de mi hermana entre los pies de las demás compañeras, notando que su pierna está en una posición extraña.

No puedo moverme, pero noto que a Ferran lo están sujetando para que no salte al campo y deje a los médicos hacer su trabajo. Todos nos están mirando, pero a nadie le importa, corremos hasta la entrada de los vestuarios cuando la meten con la camilla, las compañeras e incluso alguna rival han hecho un cordón a su alrededor evitando que alguien la vea en ese estado.

Saltamos sin importarnos lo que nos puedan decir y nos cierran la puerta de la zona médica en las narices, alegando que los dejemos trabajar, yo sigo bloqueado, pero Ferran está en el suelo destrozado, y solo puede decir:

- Lo sabía, tenía que haberlo parado - repite esas palabras una y otra vez.

Las compañeras de equipo se quedan con nosotros, se niegan a salir a jugar y las rivales lo aceptan, el equipo arbitral permite unos minutos para retomar el juego.

- ¿Tenía pulso? - escucho que le pregunta Fermin a Jana que estaba cerca de los médicos cuando la subieron a la camilla, pero no alcanzo a escuchar lo que responde, cuando me giro a mirarla está llorando en el hombro de Lamine.

Escucho un móvil sonar, pero no soy consciente de que es el mío hasta que Pedri se acerca:

- Gavi, es tu móvil - me dice mientras acaricia mi brazo de manera muy sutil, estoy tan harto de tener que fingir, quiero que me abrace sin preocuparnos porque la gente sepa que somos pareja.

Cojo el móvil, es mi madre, no tengo fuerzas para contestar y lo peor es que no tengo respuestas para las preguntas que sé que me va a hacer. Aún así, acepto la llamada y me alejo para salir del ruido de la puerta llena de gente.

- Mamá - le digo a mi madre sin saber qué más decir.

- ¿Cómo está mi pequeña, Pablo? - dice llorando.

- No sabemos nada, mamá, se la han metido a la zona médica, pero no nos han dicho nada - le digo sin poder ofrecerme más información para tranquilizarla.

- No estaba bien, mi niña no estaba bien para jugar, ¿por qué no la dejan descansar? - sigue llorando desesperada, y yo no tengo respuesta porque tampoco lo entiendo.

- No lo sé, mamá, no lo sé - le respondo.

- Tu hermana está cogiendo los billetes para el primer AVE que haya - me dice.

- En cuanto nos diga algo, yo te llamo - le aseguro.

- Toda la familia está rezando por ella, mi niña es fuerte, mi niña va a salir de esta - apenas entiendo lo que dice porque su voz está completamente desgarrada por la angustia.

- Va a salir, mamá, es la más fuerte - le aseguro, queriendo sonar más convencido de lo que lo hago.

- Cuídala hasta que llegue - me pide.

- Te lo prometo, mamá - le aseguro y termino la llamada.

No puedo contenerlo más, rompiendo a llorar, sin saber si podré cumplir mi promesa o ya es tarde. Me deslizo por la pared, pero antes de llegar al suelo, Pedri me está sujetando y escondo mi cara en su cuello, olvidando cómo se sigue respirando cuando no sabes si tu hermana lo sigue haciendo.

Se merece intentarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora