POV NIA
Durante el partido por la medalla de bronce contra Alemania, me quedo en el banquillo, los médicos lo han recomendado y yo no he hecho ningún esfuerzo por contradecirles. Se ha lanzado el comunicado de que por un golpe durante los entrenamientos no puedo participar, por lo que no voy vestida para jugar, con el pelo suelo puedo ocultarme mejor la cicatriz.
Sigo con mareos y dolor de cabeza, pero ya son mucho más leves y esporádicos, pero aún así no me siento bien del todo, solo quiero estar ya en casa tranquila.
El partido es complicado, tras una salida de Cata nos pitan penalti en contra y partimos con una desventaja importante, nos resulta imposible dar la vuelta al partido, hay varios tiros a puerta, pero ninguno entra. Cerca del minutos 90, cuando ya dábamos todo por perdido, pitan penalti a favor de Alexia y todos nos levantamos esperanzados. Veo como habla con Mariona, fingiendo que no saben quién lo va a tirar, pero todas sabemos que la responsabilidad la va a tomar Alexia, es nuestra capitana, es una líder nata, sabe cómo estar para cada una en las buenas y en las malas. Este penalti es decisivo por lo que no va a permitir que nadie asuma esa tarea que puede ser gloriosa o destructora. Lanza el penalti y la portera alemana adivina su tiro, consiguiendo pararlo y con eso terminan nuestras esperanzas.
Cuando pitan el final del partido pocos minutos después, Alexia está destrozada, todas conocemos esa sensación, pensar dónde lo podías haber tirado, qué podías haber hecho, pero no ha hecho nada mal, simplemente la portera también lo ha hecho bien. Me acerco al campo con Irene, ya que no me fío mucho de correr todavía, abrazamos todas a Alexia y tratamos de darle palabras de ánimo, pero en estos momentos nada sirve.
Nos vamos al vestuario todas juntas, tras esperar a las que tenían que dar alguna entrevista, somos un equipo en las buenas y en las malas, ahora sí. Cuando entramos me acerco a Cata y la abrazo sin necesidad de palabras, sé que va a ser la más tocada de este campeonato, siente que no ha estado a la altura y le va a costar mucho recuperar la confianza.
En el viaje de vuelta hay muchos abrazos, pero mucho silencio, nadie quiere decir nada, las palabras no sirven de mucho en estos momentos, teníamos que haber demostrado en el campo y no lo hemos hecho. Voy sentada junto a Salma, escucha música apoyada en mi hombro, lo cual es gracioso porque soy mucho más bajita y se tiene que colocar en una posición muy extraña, pero parece cómoda, aunque su mirada sigue perdida, con culpa.
Llegamos a Madrid y nos despedimos todas, no es la despedida que queríamos, por la puerta de atrás con la derrota a nuestra espalda, pero nos apoyamos de verdad, no son abrazos vacíos. Nos volvemos a Barcelona juntas, pero el silencio sigue siendo el principal protagonista, ninguna quiere hablar de lo que ha pasado, ni queremos abordar la nueva temporada, ni cuando tenemos que volver.
Al llegar veo a mis padres y a mi hermana esperándome, corren a abrazarme visiblemente preocupados, ya me siento segura sin mareos, por lo que estoy tranquila. Me despido rápidamente de las chicas, antes de irme con ellos. Ya en el coche, envio un mensaje al grupo que tenemos:
<< Gracias por todo chicas, ha sido un honor jugar con vosotras y sobre todo conoceros, me quedo con la increíble calidad humana que tenéis, no hubiera podido superar estos días sin vosotras. Sin duda, sois la definición de equipo que todos deberían conocer.>>
Enseguida comienzan a llegarme mensajes de todas, agradeciendo y suscribiendo mis palabras, a pesar de todo, esta profesión me ha permitido conocer a grandes personas.
En cuanto llegamos, mi hermano abre la puerta y corre hacia mí, me abraza levantándome en el aire, yo me sujeto a él, entierro mi cara en su cuello y dejo salir toda la angustia de las últimas semanas. Noto como nuestros padres entran en casa respetando nuestro momento, por lo que nos quedamos abrazados todo el tiempo que necesitamos para curar las heridas de todo lo que ha pasado. Me ayuda a entrar en casa, sin dejar de abrazarme, asegurándose de que no me mareo. Mi madre y mi hermana me ayudan a recoger todo lo de la maleta, son ellas las que hablan, yo me limito a escuchar o a contestar brevemente a lo que me preguntan.
- ¿No vas a venir a casa, verdad, cariño? - me pregunta mi madre.
- Lo siento, mamá, sé que os lo dije, pero necesito estar aquí, no sé cuánto tiempo tendré de descanso, pero necesito volver poco a poco a la rutina - me disculpo.
- Está bien, lo imaginábamos, necesitas quedarte aquí, lo entendemos - acepta.
- ¿Necesitas que me quede, peque? - me pregunta Aurora.
- No, no hace falta, voy a estar bien - la tranquilizo.
- Cualquier cosa, me dices - me pide y yo asiento.
Me abrazan ambas y yo contengo las lágrimas a duras penas, justo en ese momento aparece mi salvador, Ferran aparece en la puerta de mi habitación y yo corro hacia él, mientras mi hermana y mi madre nos dan privacidad. En el momento que él me abraza dejo salir las lágrimas que había contenido con mi familia, él me contiene abrazándome sentados en mi cama.
POV PABLO
Cuando mi hermana sale de la habitación con Ferran, abraza a Pedri en cuanto lo ve y se queda con él un rato, demostrando lo segura que se siente con él y yo no puedo sentirme más orgulloso de haber elegido a la mejor persona. Desde ese momento, noto que mi hermana ha vuelto más afectada de lo que pensaba de estas semanas, se ha vuelto a hacer pequeñita, está todo el tiempo junto a Ferran o a mí, necesitando nuestro contacto para seguir adelante y la única vez que nos hemos alejado los dos porque nos han llamado por teléfono, se ha acercado inmediatamente a Pedri. Con mis padres y mi hermana también ha estado en el sofá, dejándose abrazar todo el rato, necesitando sentirse protegida y segura.
Al día siguiente, mis padres se vuelven a casa con mi hermana, pero antes de irse me piden en numerosas ocasiones que los mantenga informados sobre cómo está Nia, se marchan muy preocupados. No sé qué decirles porque entiendo perfectamente su preocupación y no saben todo lo que yo sé, que todavía los angustiaría más.
Cuando se marchan, cerramos la puerta y veo a la familia que hemos construido en Barcelona, Pedri me sonríe dándome ánimos, sabe mejor que nadie la preocupación que me genera todo lo relacionado con mi hermana; Ferran abrazando a mi hermana y ella agarrada a su costado tratando de formar una sonrisa creíble.
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Se merece intentarlo
FanfictionNia es la hermana de vida de Pablo (Gavi), no conoce otra vida que La Masia y el fútbol es su futuro. Pero, ¿es su sueño?