Se merece intentarlo

19. Victorias

POV Nia

En Noviembre todo se pone patas arriba, la derrota del Clásico aún pesa, y los resultados posteriores no son los esperados. Lo único bueno es la incorporación de Pedri frente a la Real, parece sentirse en forma incluso en partido.

No puedo ir a verlos al campo porque juegan en el campo de la Real y yo al día siguiente tengo partido, por lo que tengo que verlo desde la pantalla de la televisión en casa. En el minutos 57 salen Pedri y Ferran al mismo tiempo, lo que pones en el campo al mismo tiempo que a mi hermano, lo cual me emociona, porque temía no volver a verlos juntos jugando. Aunque el momento fue muy emotivo para mi, el partido no fue lo que se esperaba, la Real dominó y el gol de Araujo fue una salvada de último minuto, que no se correspondía con el desarrollo del encuentro.

POV Pablo

Cuando llegamos al vestuario el ambiente es contradictorio, hay alegría por la victoria, pero todos somos conscientes de que no hemos hecho un buen partido, en especial el mister que no tarda en hacérnoslo saber. Mientras, no dejo de observar a Pedri, ha sido increíble poder verlo otra vez en el césped, poder jugar juntos, pero me preocupa mucho que se haya resentido demasiado. Me pilla mirándolo por lo que me sonríe, y yo me derrito, supongo que incluso me pongo rojo porque sonríe más todavía. Noto como Ferran le da un codazo porque está sonriendo demasiado mientras el míster nos está echando la bronca y se le borra rápido la sonrisa, yo miro para abajo para disimular la mía.

En el trayecto de vuelta a casa, me siento con Balde, delante llevamos a Pedri y Ferran y detrás a Fermin y Lamine, que ya van dormidos. Escucho a Ferran hablar en voz baja por teléfono, no me sorprende nada cuando veo en la pantalla a mi hermana, por el tono de voz tan meloso ya sabía que tenía que ser con ella con quien hablaba, es tan feliz con ella que se le nota hasta en la voz. Veo que ya debe de estar en la cama, mañana tiene partido y le gusta descansar bien, de hecho, probablemente si no fuera por su nueva tradición de hablar con Ferran tras cada partido ya estaría durmiendo. Por lo que puedo escuchar de Ferran y los gestos que le veo hacer en la pantalla deben estar comentando el partido, mi hermana tiene una visión de juego espectacular, de hecho es mucho mejor que nosotros, aunque nunca lo admita, por lo que es muy buena analizando errores y aciertos. Muchas veces cuando teníamos que hacer visionado de un partido en casa para analizarlo al día siguiente con el equipo, lo veiamos en mi casa para que ella lo viera y nos diera su visión. Sé que Ferran la admira mucho como profesional, y sobre todo le tiene mucho respeto porque es muy honesta en sus comentarios, no trata de dulcificarlos, y es justo lo que Ferran necesita.

- Cotilla - escucho la voz de Pedri que se ha girado atrapandome mirando a Ferran.

- Pillado - admito y le sonrío diciendole todo lo que no puedo con palabras.

Coloco mi mano sobre su respaldo en un gesto casual y él roza sus dedos con los mios fingiendo estirarse en el asiento, me concentro en nuestros dedos, deseando llegar a casa junto a él.

- ¿Estás bien? - le pregunto preocupado.

- Sí, sorprendemente estoy bien, cansado pero bien - dice entrelazando nuestros dedos, demostrando que necesita tanto estar solos como yo.- Tenía miedo - admite, lo que no se había atrevido a decir en voz alta hasta ahora, aunque no hacía falta.

- Se ha sentido bien volverte a ver en el campo, el mundo merece verte ahí, eres un increíble - me sincero.

- Si no he hecho nada - se queja.

- No digas eso, porque sabes que no es verdad, para ser el primer partido tras tanto tiempo has estado muy bien.

- Gracias, pero me hubiera gustado hacer más - se culpa.

- Como a todos, pero tenemos que consolidarnos, tenemos que ser mejores.

- Tengo ganas de llegar a casa y no darle más vueltas.

- Yo también - le digo apretandole la mano, para dejarme caer sobre mi asiento, fijandome que Balde ya está dormido.

POV NIA

El ambiente en el vestuario es una fiesta, llevamos un comienzo de temporada espectacular, somos imbatibles, pero los ocho goles que le hemos metido hoy al Sevilla ha sido demasiado. No tenemos que andarnos con falsa modestia, hemos estado increíbles, dominando todo el tiempo, he jugado la mayoría del partido y anotado dos goles. No soy especialmente competitiva, pero ver como el equipo se esfuerza y celebra es contagioso.

Cuando salgo, voy con Patri porque he venido sin coche hoy, y me va a acercar a casa de Ferran. Las chicas son muy respetuosas ya que saben que no me gusta hablar mucho de mi vida personal, por lo que no preguntan, saben que hay alguien en mi vida que me hace estar mucho más feliz y dicen que para ellas con eso es más que suficiente.

Me llega un mensaje de Ferran diciéndome que ha venido a buscarme, sonrío emocionada y le digo que estoy llegando al parking que lo veo ahí. Normalmente lo espero fuera, para que nadie nos vea, pero realmente no me importa que Patri lo sepa, por lo que cuando lo veo no me corto al abrazarlo y Patri no hace ningún tipo de comentario, simplemente lo saluda, ya que se han visto en otras ocasiones. Nos despedimos y se va a su coche, mientras yo me subo en el de Ferran, tras los cristales tintados, cuando jugamos nosotras no suele haber tanta gente fuera esperando fotos, pero nunca está de más prevenir.

- Os he estado viendo y estar en el estadio es mucho mejor que en casa, creo que voy a venir a todos a partir de ahora.

- ¿Qué? - me ha pillado por sorpresa.

- Sí, además sois una apuesta segura, siete de siete - se refiere a los siete partidos que hemos jugado y ganado.

- No hace falta - le digo.

- Lo sé, pero quiero, no es solo por ti, es que sois un gran equipo y se disfruta mucho al veros.

- Las chicas son increíbles, hacen algunas cosas que tengo que ver la grabación en casa para poder creerlo. Me siento tan orgullosa de poder jugar con ellas - admito.

- Me encanta oírte hablar así, ver que ya lo empiezas a disfrutar - me mira a través del retrovisor y noto como ha estirado la mano mientras estamos parados en un semáforo, acariciandome la pantorrilla.

- Sí, sé que sigue sin ser el sueño de mi vida, pero se siente bien poder ayudarlas a conseguir los suyos - cuando lo digo me doy cuenta de la verdad que hay en mis palabras, es cierto, se siente bien.