45. Carbón

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POV NIA

Cuando vuelven los chicos de entrenar, nos encuentran a Keyne y a mi durmiendo en la hamaca bajo la sombra del árbol, me estoy tomando en serio lo de descansar. Mi hermano me echa agua en la cara, despertándome de una forma muy agradable, menos mal que Lamine me ha quitado al bebé porque con el susto se podría haber caído. Me levanto rápidamente y corro a atrapar a mi hermano, me subo encima de él, le quito el móvil, asegurandome de que no se moje, y luego, lo empujo a la piscina. Cuando sale viene corriendo a abrazarme para mojarme y yo me dejo atrapar para no tener que estar todo el día mirando por encima del hombro porque siempre hay revancha con él.

- Me muero de hambre - se queja Lamine.

- Hay que alimentarlo que está creciendo el niño - bromea Pedri.

- ¿Has comido? - me pregunta Ferran abrazandome con la toalla para secarme.

- No, Keyne sí, pero yo os estaba esperando - le respondo.

- Por eso está tan dormido - comenta Lamine ya que su hermano no se ha despertado con todo el ruido que hemos hecho.

- ¿Se ha ido Ana? - me pregunta mi hermano.

- Sí, hace rato, ¿por? - le pregunto.

- Le he traído la camiseta firmada que me pidió.

- No me ha dicho nada - le explico.

- Porque la quería firmada por nosotros - dice bromeando.

- Le dará vergüenza pedírsela a las verdaderas campeonas - me burlo de él.

- Temporada nueva, eso ya no cuenta - dice mi hermano picado como siempre.

- Somos las vigentes campeonas, puedes decir lo que quieras, pero la realidad es la que es - lo sigo picando.

- Pero la camiseta nos la ha pedido a nosotros - sigue.

- Bueno - termino resignada, porque es una realidad, da igual lo que ganemos en el femenino, siempre seguimos en segundo plano.

- ¿Podemos comer ya? - pregunta Lamine.

- Sí, vamos - digo y mi hermano me abraza demostrando que era una broma, pero tras la broma hay una realidad que sigue doliendo.

Comemos entre bromas y risas, en estas ocasiones queda patente la familia que hemos formado en estos últimos años. Cuando terminamos de comer, Pedri y mi hermano se quedan recogiendo, mientras Lamine se va a dormir con su hermano, Ferran me dice que tengo que cambiarme que nos vamos a un sitio y despierta todo mi interés.

Reconozco el camino, vamos a la protectora con la que colabora Ferran, pero no entiendo el motivo de tanto misterio, pero no me importa, me encanta venir aquí. Durante toda la vida me han encantado los animales, en especial los perros y gatos, pero nunca he podido adoptar porque mi vida es un viaje constante, aunque Ferran también y ha conseguido que funcione, contratando a gente.

- Quiero que conozcas a alguien - me dice y yo enseguida adivino a qué se refiere.

- ¿En serio? ¿Un hermanito? - le pregunto entusiasmada con la idea y me sonrie.

- Vamos - me indica cuando sale la encargada de la protectora.

- Hola - me saluda y yo sigo con mi sonrisa ilusionada al devolverle el saludo.

- ¿Ya se lo has dicho, no? - le pregunta a Ferran.

- Algo así - le responde.

- Pues vamos - nos guia.

Al entrar a la zona de juego, me enamoro, hay diferentes perros, pero el que me roba el corazón es uno que parece una mezcla de pastor alemán o pastor belga, que tiene unos ojos negros preciosos

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Al entrar a la zona de juego, me enamoro, hay diferentes perros, pero el que me roba el corazón es uno que parece una mezcla de pastor alemán o pastor belga, que tiene unos ojos negros preciosos. En cuanto nos acercamos viene corriendo moviendo la cola, y yo me arrodillo para poder acariciarlo mejor, se acercan más perros, pero yo siento una conexión especial con este.

- Si no lo veo, no lo creo - dice la encargada.

- ¿Qué pasa? - me giro confundida.

- Ferran dijo que este perro es especial, le recordaba a ti - me explica.- Pero la conexión que acabáis de tener la he visto pocas veces.

- ¿Veníamos a por él? - le pregunto a Ferran y él asiente en respuesta.

- No ha tenido una vida fácil - me explica la encargada.- Lo encontramos junto a la madre y varios hermanos, todos muertos por deshidratación e inanición, él fue el único que sobrevivió, pero costó mucho conseguir que saliera adelante - me quedo sin palabras.

- Tiene pocos meses, entre 4 y 6, pero no se puede saber con exactitud - me explica Ferran.

- ¿Se llevarán bien? - le pregunto preocupada por el perro que ya tiene Ferran.

- Ya se han conocido y todo bien - me tranquiliza.

- Nos vamos a casa, pequeñín - le digo al perro que no se ha separado de mi ni un segundo y me lame la mano contento.

- Nos vamos a casa - me confirma Ferran.

Nos dan todas las indicaciones necesarias y en menos de una hora, estamos de vuelta a casa, entramos directos al jardín con el cachorro para que se relacione con su nuevo hermano. No está en la casa de Ferran por lo que confiamos en que no sienta que invaden su territorio, lo huele, pero enseguida se aleja sin prestarle demasiada atención, pero el pequeño lleva otra idea porque corre a jugar con él. Poco después salen todos a conocer a la nueva incorporación de la familia y nos dan el primer susto, ya que Roma se lanza a la piscina y el pequeño lo sigue automáticamente, se nos para el corazón porque no sabe nadar, pero enseguida sale a la superficie nadando como si lo hubiera hecho toda su vida.

- ¿Cómo se llama? - pregunta Pedri.

- Lo llamaron Carbón por el color, pero podemos cambiarle el nombre - nos dice Ferran.

- Carbón - pruebo a llamarlo y se gira enseguida dándose por aludido.- Me gusta.

- Carbón - lo llama mi hermano como un niño pequeño emocionado, consiguiendo que el perro salga de la piscina y se ponen a jugar juntos.

- Bienvenido a la familia - le digo cuando se acerca a mí corriendo.

Poco después le colocamos el arnés y nos vamos a pasear con los dos por la urbanización, para ver qué tal se comporta, nos sorprende lo bien que se llevan.

Y con esta nueva incorporación a la familia, seguimos dando pasos en nuestra familia. 

Se merece intentarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora