5: Yo quiero ser la consentida del profesor

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Hermy y Jenny no supieron como reaccionar en ese momento… Adrián estaba tras ellas con unos libros y ellas estaban obstruyendo la entrada a la red flu de chimeneas.

-¿Me permiten? – Señaló la entrada y las dos casi brincaron, dejándole el paso libre, Adrián les miró seriamente… Al menos Hermione no pudo resistir esa mirada, enrojeció de vergüenza, tal vez  el pensaría que eran un par de muchachas bobas

Por un momento ella pensó en alejarse de inmediato, pero su cuerpo se paralizó, quería respirar pero parecía que su sistema se había detenido, maldecía ¿Cómo era posible que le afectara tanto la cercanía de ese hombre?

Claro que por el otro lado, Adrián se demoraba en tomar los polvos flu que estaban a un costado de la chimenea, mirando de reojo el cuerpo de la castaña, sus cabellos largos, ondulados, con ese color del chocolate azucarado, añoró ver de nuevo el tono de sus ojos, pero se contuvo, deseoso de que algo ocurriera y pasó…

-¡Oiga profesor! – Se adelantó la descarada de Jenny

-Dígame señorita

-El profesor Sidney nos iba a dar una asesoría sobre una de las materias, ya sabe, no se si usted lo podría hacer

-¿A quienes?

-Somos seis… poquitas…

-¿Y a que hora les había dicho Sidney? – Preguntó como quien no quiere sin dejar de mirar a Hermy, quien permanecía mirando al suelo como contando hormigas.

-Eh… ¿Te acuerdas de la hora Hermione?

-¿Eh? ¿Qué? ¡No! – Respondió confundida

-Creo que a las seis de la tarde…

-Si, pero solo en mi oficina en el centro…

-Sid… digo… el profesor Sidney dijo que una hora diaria por dos semanas, pero digo, con unos cuarenta minutos que nos de, es suficiente

-Muy bien, mañana les digo – Se metió en la chimenea no sin antes mirar por unos segundos a Hermione, desapareció en un fugaz revuelo de fuego mágico y chispas multicolores

Y fue cuando el mágico hechizo desapareció y Hermy reaccionó

-¡Oye! ¿Qué pretendes? El curso es solo para ti y los otros, yo no lo necesito

-Lo siento – Sonrió con descaro – Tendrás dos semanas para conquistar a ese mango, ya que si no lo haces tú, lo haré yo

-No iré

-¡No seas tonta! Te andas muriendo por él y sin embargo no haces nada por estar a su lado, ahora mismo estabas ahí como estatua, como si fueses retrasada

-¡Pues no podría ni mirarle a la cara! Es demasiado guapo

-Ese es tú problema, hace cinco minutos solo hiciste el papel de imbécil, ni siquiera lo mirabas y mira que es todo un papacito

-¡Merlín! ¿Quieres que este dos meses viéndolo? No podría soportarlo, no podré hacerlo, su sola presencia me pone inquieta, tendré que dejar estas clases Jenny

-¿Bromeas? ¿Y dejar que otra te lo quite? ¡Hasta yo podría hacer mi intento! Y no quisiera ver tu cara de decepción cuando sea yo u otra quien salga de su brazo ¡Piénsalo bien! Te estoy dando chance de que seas tú quien se lo quede

-No… yo no… no lo quiero… quédatelo tu, a mi no… no me importa, prefiero seguir así, ocultando mis sentimientos

-¡Eres una tonta! – Chilló Jenny – Yo se que el idiota ese de Weasley te rompió el corazón cuando después de que le demostraras tus sentimientos los desechara al final de la guerra pero… ¡Pero de veras yo no se que pasa contigo! Deberías disfrutar de la vida, darle vuelo a la hilacha, probar todo tipo de cosas…

Mi Pasión Por La ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora