58: castigos divinos

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Krista no pudo reprimir una lágrima... esa habitación era lo más deprimente que había visto ¡Según ella! era una casa pobre, de pobres (aunque sabemos que económicamente los Weasley estaban mucho mejor, aparte que ya no mantenían a ninguno) no veía la calidez más allá de sus narices, para ella, ese cuchitril era el peor sitio en donde pudiera caer.

Molly había discutido fuertemente con Ron, esa niña aunque en comparativo, era igual de hermosa que Fleur, desde el principio a la francesilla no le había importando los orígenes de Bill y había encajado perfecto con la familia, en cambio Krista, se notaba a leguas que prefería tirarse a un acantilado que vivir ahí.

Ron se había ido con los ojos enrojecidos, su madre había sido dura, pero no hallaba una salida, tenía que acudir a donde los habían casado para anular ese absurdo matrimonio

Odiaba que ella no recordara la "Noche de bodas", el para nada había sido un animal con ella, al contrario, al darse cuenta, había sido cuidadoso, ella había disfrutado en sus brazos, finalmente el era el menos ebrio. Pero era su castigo, había disfrutado a la mujer más hermosa del mundo y que ahora lo odiaba con todo su ser.

-Un mínimo de seis meses - Dijo el juez a Ron - en lo que averiguamos y hacemos el trámite... tenemos que investigar al que los casó esa noche, es obvio que las licencias matrimoniales no se dan a esas horas, mucho menos con los contrayentes en estado de ebriedad, pero la anulación se lleva tiempo pese a todo, así mismo, sus varitas pasarán por un proceso de desencantamiento por el mismo lazo otorgado al momento del enlace.

El pelirrojo imaginó que eso era horrible ¿Duraría Krista seis meses viviendo en su casa? No, sin duda, lo que tendría que hacer era buscar otro sitio para llevársela, una vez separados, ella podría regresar a su casa...

Sin imaginar que en ese momento Nuba Spencer llegaba a casa de Molly Weasley. Ella miró al a recién llegada, alta, hermosa, madura y esa mirada altiva de la cual no podía deshacerse, la hizo pasar con cierto temor que le fuera a hacer un escándalo.

Nuba miró a su alrededor, el ambiente que reinaba, la humildad de la vivienda, nada en comparación con las casas y departamentos en lo que estaban acostumbrados a vivir, llenos de lujos y frías comodidades, siguió a Molly a la cocina, sin esperarla en la sala y se sentó en el comedorcito que ahí había.

-¿Un te o café? - Ofreció Molly

-Un café por favor - Respondió Nuba con discreta sonrisa

-Se que debe estar contrariada por la situación, pero, debo decirle que mi hijo ya se está encargando del asunto y no dude que en cuanto se pueda su hija quedará libre de ataduras, es más, si quiere llevársela...

-No - Negó Nuba - Mi hija y su hijo fueron muy irresponsables al igual que el juez por las condiciones del matrimonio, creo que los dos deben asumir las consecuencias de sus actos, Krista es mayor de edad, sabía lo que hacía

-Pero, ella no está acostumbrada a este ambiente...

-Mi hija tiene que acostumbrarse a lo que su esposo pueda ofrecerle, si bien no se caso por amor, como ya le dije, tiene que asumir la responsabilidad, el matrimonio no es un juego...

-Pero...

-Cuando yo me casé, cometí un error muy grande señora Weasley... no quise asumir mi responsabilidad y me fui tras una ilusión, rompiendo el corazón del hombre que me amaba, debí quedarme con él y separarnos de acuerdo a las leyes y no por abandono de hogar. Mi hija acaba de cometer un error muy grande, igual que el mío, PERO, la diferencia es que yo tenía fortuna propia para mis locuras, ella no, ella tendrá que aprender que no tiene porque copiar mis errores

Mi Pasión Por La ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora