54: Gracias por romperme el corazón

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Xeno miraba fijamente a los muchachos… azoradamente ¿Cómo que su hijita se había casado? Ella sostenía sus manos mientras le había dicho todo lo que había pasado y como es que había terminado casándose con Sidney, que todo había sido tan rápido que ni pedida de mano…

-Esto es… esto es… es que no me lo puedo creer Luna, tú eres mi niñita…

-Ya crecí papá, ahora soy una mujer casada… Amo a Sidney y quiero envejecer con él, formar una familia, espero que eso no te moleste…

-No cariño, es solo que no te puedo imaginar que ya tienes… esposo – Y su mirada se dirigió a Sidney, quien estaba de pierna cruzada, en una pose totalmente sofisticada, con ese aire de príncipe y supo de inmediato que era un muchacho pudiente y no un cualquiera

-No se preocupe señor Lovegood, amo a su hija y haré todo lo posible por hacerla feliz y que lleve una vida tranquila, ni le haría daño ni dejaría que nadie se lo hiciera

-¡Ah! Eso me alegra mucho… alguien que pueda proteger a Luna, aunque ella es lo suficientemente valiente, no dudo que siempre es bueno que tenga en quien apoyarse, sobre todo cuando yo falte

-Papá…

-Señor Lovegood, queríamos saber si quiere hacer alguna celebración, un festejo por nuestro matrimonio…

-¡Oh, no, no! No es necesario… ¿sabe? No tenemos muchas amistades, así que pienso que un festejo íntimo será lo más indicado

-¿Le parece bien una cena y un vino?

-¡Perfecto!

-Pues no se diga más señor Lovegood – sonrió Sidney, quien al anochecer ya habían cenado, bebido y festejado las bodas, Sidney llevó a Xeno casi cargando a su habitación, mientras que después de limpiar todo, el junto con Luna volvieron a subir a la suya

Esa noche durmieron bajo los rostros de los amigos de Luna, pero sobre todo, juntos y abrazados, Sidney no sabía porque, pero se sentía a gusto entre tanta extrañeza, quizás porque el mismo lo era también. Aun no le decían a Xeno que sería abuelo, esa noticia era para el día siguiente, así que esa noche le acariciaba el cabello rubio y la contemplaba embelezado

PERO en el transcurso de ese día en el que Luna y Sid visitaban a Xeno, se daba otra situación, Kelly de nuevo, estaba en clases con Neville, sufriendo los estragos de la cruda y con un dolor de cabeza que lo que menos quería saber, era sobre las propiedades de las plantas

Neville se preguntaba como una chica tan bonita, se la pasaba de fiesta en fiesta, sin pasar algo tan simple como lo era la herbología, a decir verdad, el mismo estaba decepcionado y sentía que era un fiasco como profesor ¿Qué caso tenía estarse esforzando cuando el resultado era nulo?

Si no fuera porque el mirarla era como ver al sol, como una mañana iluminada, su rostro hermoso eran de esos que le encantaría ver todos los días a su lado, pero finalmente no se hacía ilusiones…

De pronto…

La puerta se abrió de golpe, era Krista, echa una mar de llanto, totalmente descontrolada, al borde de la histeria, Kelly se espantó mucho y como no se podía calmar por el ataque de nervios

-Será mejor que la llevemos a San Mungo – Sugirió Neville

-¡Si! ¡Mira a la pobre! ¿Será que le pasó algo? – Gemía Kelly

Como pudieron y debido al ataque de nervios (Y del coraje atravesado que Krista tenía por lo de su ahora flamante esposo pelirrojo) la llevaron a San Mungo, en donde la internaron para controlar sus nervios… Neville estuvo un buen rato ahí, esperándola, pero debido a donde estaba, decidió hacer un par de visitas, sin decir nada a Kelly…

Mi Pasión Por La ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora