77: Cero abstinencia

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En la noche, Hermione estaba en los brazos de Draco, contemplando el anillo de compromiso con la insignia de los Malfoy, había estado olvidado, pero ahora con todos los recuerdos de la castaña, de nuevo lo lucía en su dedo, como señal de que muy pronto unirían sus vidas

Se estremeció al sentir que Draco estaba excitado, recordó las palabras de Piedad, por aquello de la motosierra (*o*) y soltó una risita un poco jocosa y sus mejillas le ardieron levemente.

-¿Que pasa amor?

-Nada... solo recordaba... nuestra primera, noche juntos... en el suelo de los viveros...

-¡Ah! Lejos de mi cama ¡Me provocó una dorsalgia que para que te cuento! aunque aquí también tengo sábanas de seda

-¿Me estas deseando ahora mismo, señor Malfoy?

-Me estoy quemado, señora Malfoy...

-Tómame entonces - susurró seductoramente - Que muero por ser tuya

-Siempre serás mía, Hermione...

Después de dos meses de arduo trabajo, en el que cuidar a tres bebés era tiempo completo, Luna temía una sola cosa, debido al agotamiento físico que ello le provocaba, y es que Sidney le ayudaba, pero finalmente el tenía sus negocios en las mañanas y en la noche, terminaban dormidos, por lo que era urgente hacer algo...

-Mamá - le dijo Luna a Nuba - ¿Tú crees que yo ya pueda... estar con mi esposo?

-¡Ah!

-Ya son dos meses, no quiero que me pase lo que a otras mujeres... porque Sidney

-El te adora y jamás te faltaría...

-Quizás, pero dado tu temperamento...

-Tengo una idea cariño, Kelly ya regresó de América con Neville, le diré que nos ayude, también convocaré a Krista, para que entre las tres cuidemos a tus hijos mientras tú te das un respiro con tu esposo... tienes razón, no lo puedes descuidar y debes atenderlo también, así que planearemos esto perfectamente

-Pero ¿Y si los niños dan mucha lata?

-¡Claro que la darán! Sobre todo al no tener tu presencia o la de su padre, pero tendrán que  acostumbrarse y dejar que lloren un poco no les hará daño, así que niña... no te preocupes por nada, además mañana es fin de semana

-¡Gracias! - Sonrió Luna alegremente, en el fondo, ella también moría de ganas por estar descansada y estar con su esposo.

Sidney llegó como todas las tardes, almorzó, y se dedicó a descansar un rato, en lo que esperaba su turno por cuidar a los niños, pero claro que ya todo estaba preparado

Luna se desocupó de los bebés al medio día, se metió a la bañera para bañarse y perfumarse, quería estar muy guapa y llamativa, así que se puso su mejor vestido...

Su esposo estaba en la cama, leyendo el periódico, había dormitado un buen rato y después de la ducha ya estaba fresquecito, no le extrañaba no ver a su mujer, la pobre se la pasaba encerrada en el cuarto de los niños pero no deseaba importunarla hasta que llegara su turno... Claro que Luna apareció en la puerta sonriente.

-Hola amor - saludó Luna

-¿Listo? - Dijo Sidney sin mirarla, permanecía recostado en la cama - Dame unos minutos

Ella rodeó la cama y se recostó a su lado, fue que el se volvió a verla y se quedó azorado... El aroma a perfume, a agua de jazmines y sales perfumadas llegó a su nariz, estaba perfectamente bien peinada, al estilo de los 50’s, su vestido ceñido a su cuerpo, era hasta extraña no verla con el pelo atado, con el olor a bebé impregnado en su cuerpo.

Mi Pasión Por La ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora