52: Por portarse mal

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Durante los días adyacentes al fin de semana, varias situaciones se suscitaron; Krista se vomitaba con los acaramelados que estaban Sidney y Luna, quien no había dicho una sola palabra del ataque a su persona, preparando al mismo tiempo su visita a su padre

Neville estaba al borde de los nervios por Kelly, la hermosa muchacha en verdad no se le podía creer que fuera un fiasco en herbología, era muy distraída y las lecciones parecían que no se le quedaban… era exasperante hasta para él, se preguntaba cuando tiempo hubiese durado con Snape como profesor

En la mansión de los Malfoy, Draco palidecía al recibir la elegante misiva de sus padres, rompiendo el sello de la familia para poder leer la carta, sintió la garganta seca y se volvió a ver a Hermione que dormía semidesnuda en su cama, Adrien jugaba en el piso de abajo con los elfos que hacían todo lo posible por entretenerlo…

“Querido hijo:

 

      Hemos decidido regresar a Londres, creo que es suficiente vivir estos años fuera de nuestro país, finalmente sabemos que nos necesitas cerca y sin duda, si te enamoras y sientas cabeza, aunque se que eres muy joven, queremos estar ahí para darte todo nuestro apoyo.

 

    Dicho de más, que tu madre y yo te extrañamos y queremos verte, por lo que hemos decidido adelantar nuestro viaje, pero no te puedo dar una fecha exacta, aunque cuando estemos llegando sin duda te enterarás.

 

                                                                                          Atte. Lucius y Narcisa Malfoy”

Draco arrugó la carta y la echó al fuego, se mordió los labios y se alisó el pelo, era necesario decirle a Hermione que sus padres regresaban y que enfrentarse a la realidad no sería nada agradable. Regresó a la cama y contempló a la castaña en su cama…

Su cuerpo alargado, lucía sexy en la alcoba, con el cabello achocolatado desparramado en la almohada, en ese momento Draco tuvo miedo, miedo de la reacción… porque aparte de que Hermione era impura, tenía un hijo de otro hombre y su padre era un hombre tan orgulloso…

Ellos no aceptarían a Hermione ni por un lado ni por otro, indudablemente, no es que el necesitara el oro de sus padres, podría vender los caballos que Adrián le había dejado y con eso sería suficiente para invertirlos

Se recostó a un costado, acarició el rostro de la castaña, sus hombros desnudos, su talle, sus caderas y sus muslos con ese tono casi dorado de su piel, la contempló mientras dormía y una horrible idea se le formó en la mente… Perderla… Perderla… ¿Podría soportarlo?

Lentamente Hermione parpadeó y abrió sus ojos, sonrió levemente al mirar a Draco frente a ella, un estremecimiento recorrió su cuerpo y se estiró un poco, como una felina, sin dejar de mirar al rubio, fue un momento de un largo silencio, a decir verdad, no hubo necesidad de palabras, sus ojos decían mucho más que eso.

Cuando Luna y Sidney se fueron a visitar a Xenophillius Lovegood, las gemelas se vieron libres de las miradas inquisitorias de su hermano mayor, así que esa noche, sería de parranda y ambas se alistaron para largarse del departamento, finalmente, de noche Nuba no las vigilaba

-Esta noche necesito quitarme el asco – rumiaba Krista

-¿Qué asco hermanita?

-¡El de ver a Sidney y a la lunática derramando miel por todos lados! ¡Que horror! Quiero quitarme esas imágenes de sus arrumacos

Mi Pasión Por La ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora