40: Regresando a tí

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-¿Usted es pariente del joven Malfoy?

-No, pero lo conozco de pequeño… yo estaba buscando a otra persona, me dijeron que se alojaba en su mansión, fui a buscar cuando me enteré, por eso estoy aquí, preocupada… se que los padres de Draco están en Alemania, pero con gusto me puedo hacer cargo de lo que el requiera…

-No es lo usual pero… en vista de que no haya nada pues… ¿Cuál es su nombre?

-Nuba… Nuba Spencer…

-¿La conozco de alguna parte señora? – Preguntó la enfermera preguntando con interés

-Quizás – Dijo brevemente. Mientras la enfermera se iba a hacer el papeleo, Nuba se miró al espejo, era una mujer alta, esbelta, demasiada guapa para estar entrada en años, su pelo rubio entrecano y su mirada altiva

Sin duda, Nuba Spencer era una mujer sangre limpia de muy alto linaje, vestía con elegancia y llevaba joyas finas encima, su educación se le notaba, muchos le miraban de reojo y notaban que esa señora, tenía clase

-Sra. Spencer – Le dijo de pronto el sanador a Nuba – el señor Malfoy está en apariencia fuera del peligro, pero aún no despierta, usted ha firmado como responsable ¿les avisará a sus padres?

-Esperaré un día más… en cualquier momento puede despertar, Draco Malfoy es un muchacho fuerte, superará esto… además, yo necesito que despierte

Hermione regresaba ese mismo día a la mansión, no había señales de nadie, una nota de Luna llegó a sus manos diciéndole que no se preocupara con ella, que cuando volviera le diría que pasaba…

-¿Estará con Sidney? – Murmuró Hermione, pero no encontró a nadie, buscando por todos lados, fue a la recámara de Draco después de dejar a Adrien en su cuna, acarició las sábanas con mucha ternura, pasando las manos por las almohadas, todo aquello olía a Draco

-¡La señora Hermione! – apareció de pronto un elfo

-¡Oh! ¿Y Draco?

-El amo no nos ordenó buscarla ni decirle nada…

-¿Qué pasa?

-El amo está en el hospital – Dijo el elfo, haciendo que Hermione palideciera terriblemente

En ese mismo rato, Hermy fue al hospital, buscando información, el sanador le informó que tenía fracturado el fémur y aunque estaba reparado ya, necesitaba reposo, también la muñeca izquierda estaba lesionada, su estado era delicado, pues estaba inconciente

No despertaba y no respondía a ningún estímulo, Hermy se desesperó, se sentía culpable ¿Cómo se le ocurría a Draco lastimarse, ahora como la iba a cuidar a ella y su hijo? Draco había despertado en ella el amor, la persona que había comenzado a ama ¿Acaso se le estaba yendo de las manos? Y sufría en exceso

-¿Eres la esposa de Draco? – Se acercó Nuba horas después al verla llorando sobre su cama, con el pequeño Adrien a un costado, jalando las sábanas que tapaban al rubio

-¿Qué? – Se volvió Hermy a verla, esa dama le recordó a alguien pero no supo a quien

-¿Eres… su esposa? – Nuba dudó al mirarla detenidamente

-N-no… yo… estoy… en su casa…

Nuba miró al pequeño, pese a que era rubiso, con enormes ojos azules e intensos, no se parecía a Draco, un poco a ella y a alguien más

-Entonces el niño no…

-No es hijo de Draco, es mío…

-Eres una impura – masculló Nuba mirándola con seriedad absoluta

Mi Pasión Por La ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora