48: Día de amor, lujo y ternura

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Muy temprano, Hermy despertó en aquella extraña habitación, era enorme y se levantó de inmediato ¡Adrien! Buscó papel y pluma, enviando un mensaje a Jenny y salió de ahí… observó todo el lujo que imperaba y la cristalería, recordó que alguna vez Adrián le dijera que le llamaban “El palacio de Cristal” por sus exageradas cristalerías

¡Caprichos de Narcisa para con esa mansión!

A su paso, buscando a Draco, se sintió tan mal, aunque la habían limpiado, tenía la ropa sucia y rota, su mano vendada y estaba echa un desastre, hasta el pelo tenía revuelto y el solo pisar ese fino mármol y las alfombras la hacían sentirse muy mal por ello.

Al llegar al final del pasillo, dio con unas escaleras que bajaban en una vuelta de caracol y abajo había una alberca, muy similar a la que estaba en la otra casa, pero ésta tenía una cascada simulada, Draco se bañaba en ese momento…

Hermione se quedó mirándolo largamente, se sintió tan pequeñita, tan poca cosa con toda esa magnificencia, aparte que su aspecto físico no era nada favorecedor en ese momento, dudó, pensó en dar vuelta y meterse en la habitación y en las sábanas…

Pero fue demasiado tarde, Draco alzó la vista y la vio ahí, pegada a la pared y al barandal… ella no tuvo otro remedio, alisando el cabello con la mano buena, bajó, pero no se sentía muy bien de hacerlo en esas condiciones…

-Hola – Saludó con cierta timidez y mirando a su alrededor, demasiado lujo, sentía que si tocaba algo, se rompería – Le envié un mensaje a Jenny, necesito ver a Adrien ¿Seria posible si mandas a uno de los elfos para buscarlo y traerlo, no te molestaría?

-Cariño – Sonrió Draco – Pensé que despertarías más tarde… ya mandé a buscar a Adrien, y en este momento lo están entreteniendo, juegan con el y al parecer está muy a gusto ¿Lo quieres ver? Te digo como…

-Si claro – Murmuró pero sin dejar de verlo ¡Es que parecía un tritón en el agua, luciendo hermoso!

-¿Me acompañas?

-No tengo traje de baño

-Yo no traigo puesto nada – Dijo muy seductor – Estaremos igual, ven aquí amor, aparte que necesitas un baño, te dormiste luego y no se me hizo correcto cambiarte de ropa

-Está bien – comenzó a quitarse la ropa, de forma tímida, puesto que se descubría algunos moretones y raspones que la noche anterior se había echo al “ingresar” voluntariamente en aquella mansión, mientras que los ojos del muchacho brillaban al verla quedar desnuda lentamente

-Le pondré en el agua algunas sales para que te cure el resto de las heridas – Murmuró el rubio al tiempo que ella se metía en las tibias aguas de la alberca, Draco se acercó a ella a la parte baja y la castaña se ruborizó cuando el agua apenas y le ocultó al rubio sus partes nobles

La piel de Draco a esas horas de la mañana era más blanca que el frío mármol de los pisos de la mansión, pero cálida al tacto, esa era la única diferencia, la boca se le secó de solo tenerlo así de nuevo, se sintió culpable de desearlo tanto en ese momento

Draco sostuvo la mano herida y lentamente le quitó la venda, ella hizo un gesto cuando miró la yema de sus dedos, no se veían muy bien, pero al menos estaban cicatrizando y ya no le dolían

-Esto tardará un par de días más, pero al final, quedarán como nuevos… ya lo verás – y levantó la mano herida y comenzó a besarle los dedos, la palma y el dorso, ella solo sintió que algo le recorría de arriba abajo a toda velocidad al sentir los tibios y húmedos labios de Draco sobre su piel

-Te amo – Dijo de pronto Hermione, como en un reflejo involuntario, como si fuera algo tan común entre ellos… Los grises ojos del rubio, brillaron de un modo diferente, su corazón vibró de gusto ante las palabras sencillas de esa muchacha a la que alguna vez odió… y que ahora amaba, que lo había atrapado en sus redes y de las cuales él ya no quería zafarse…

Mi Pasión Por La ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora