27: Deseos indeseados

37 5 0
                                    

Hermione salió de inmediato de la habitación, con las mejillas sonrosadas ¡Demonios! ¿Que tenía que pensar lo sexy que se veía ese idiota? ¡NO! procuró no pensar más que en el bienestar del bebé, odiaba que su hijo, SU HIJO, necesitara los brazos de ese...

Cuando Draco salió de la habitación, estaba con una pulcra y hermosa camisa blanca puesta... dejando a su salida el aroma de su presencia, Hermy tuvo que aguantarse la respiración ¡Joder! ¿Es que también tenía que oler tan bien? Incluso le recordó a Adrián y se sintió culpable

-Está bien dormido - Le dijo el rubio con un aire de suficiencia y altivez

-¿Lo puedes dejar en la cuna? - Murmuró Hermy sin verlo y tragándose su orgullo, le daba pánico que se volviera a despertar y estallara en llanto, sus nervios de mamá primeriza la aterrorizaban

-Por supuesto

Draco caminó parsimoniosamente por el largo pasillo, dejando la estela de su perfume (incluso podría cerrar los ojos y dejar que el olor la transportara por todo ese camino elevándose y sin pisar el suelo) pero sacudió su cabeza y pensó que ESE TIPO lo que le debería de provocar son sentimientos de odio, porque eso se merecía

Unas horas más tarde ella arrullaba a su bebé, mientras pensaba seriamente en esa situación ¿Porque su bebé tenía que encariñarse con ese hombre? ¿Porque con el ser que ella más detestaba? ¿Qué podría tener Malfoy que le gustase tanto a Adrien? ¿Y como es que a ese odioso no le pesaba cargar con tanta maldita ternura al bebé?

Ni siquiera Sidney podía lograr que ese niño se quedara mucho tiempo con él o se durmiera en sus brazos, notaba que le simpatizaba, pero después de un rato estallaba en llanto y no había poder humano que lo calmara… Solo dos personas podían hacerlo en cierto momento, Hermione y Draco…

Esa semana estuvo enfurruñada, maldecía a cada rato, hasta que se decidió relajarse, finalmente entre más estresada estaba, más lo sentía su bebé y eso lo podía enfermo de igual modo.

Una idea brillante se le ocurrió una mañana en un día caluroso, mientras estaban en el vivero y Luna mecía al bebé mientras le cantaba, se acordó que Draco se había llevado a Sidney, imaginaba que habían ido en busca de mujeres y alcohol, aunque era temprano

-Luna

-Dime Hermione

-¡Nademos!

-¿Cómo?

-¡Nademos en la alberca, ahora no hay nadie!

-Yo no se nadar Hermione y además no traigo ropa adecuada

-¡Pero yo si! Digo, soy tan provisoria que cargué con dos bañadores, te presto uno y chapoteamos un rato en la alberca, finalmente nadie nos vería, está techada, anda, que llevamos a Adrien en su porta bebé

-Yo nunca me he puesto un bañador…

-¡Vamos Luna, será divertido!

-Bueno – suspiró Luna y siguió a Hermy hacia la alberca.

Ella se quedó unos momentos cuidando al niño hasta que Hermy llegó con los trajes de baño, le dio uno y sonrió mientras que Luna lo inspeccionaba, era de dos piezas y suspiró

-Es nuevo – Advirtió Hermy – Pongámoslos, nadie nos verá, lo que es Sidney y el odioso de Malfoy, no nos molestarán

-Pues últimamente ya no puedo ver tan odioso a Malfoy – Dijo Luna - ¿Lo has visto con el bebé? Es otro… Tiene buena pinta de papá

-¡Luna! No hablemos de ese… que me da coraje que a mi bebé le agrade mucho más que Sidney

Hermione se fue a cambiar de inmediato, mientras que Luna aún inspeccionaba el bañador, era de un color perla… Se metió al cambiador, mientras que Hermy se introducía a la alberca con su bebé en brazos,  al poco rato salió Luna, sintiéndose rara, casi desnuda…

Mi Pasión Por La ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora