24: Si tan solo yo pudiera poseerte

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Sidney y Draco bebieron largo rato, solo whisky, finalmente tenían razón, los dos eran hombres “solteros” y compartían también su pequeño problema con las mujeres, porque eran “selectivos” y “fáciles” bueno, excepto Draco que era el que más se daba a desear

Sidney salió del despacho caminando de un lado a otro, bien ebrio, Draco se quedaba en su despacho, durmiendo sobre su escritorio, con la botella vacía, mientras que Porter hacía todo lo posible por llegar a su habitación, pegándose a las paredes y sintiendo un mareo terrible

Luna salió de su habitación en ese momento, para sacar una arañota patona, no tenía corazón para matarla, justo cuando Sidney llegó a unos metros y se apoyó en la pared, casi durmiéndose

-¿Sidney?

-¿Ah? – Gimió el muchacho con los ojos entrecerrados e hizo el intento de caminar, trastabillando

Ella negó y se acercó a él, a pesar de que era pequeña, él muy alto, pasó su pesado brazo por sus delicados hombros y comenzó a conducirlo hacia su habitación que estaba al fondo… Suerte para él que llegaron y lo dejo caer en la cama

Luna dio la vuelta para irse pero…

Algo la detuvo

Se dio la vuelta y contempló a Sidney, ocupaba casi toda la cama a lo largo, el joven profesor era delgado, pero no mucho, su rostro era tan hermoso que parecía haber sido tallado y pintado por serafines… el tipo de hombre que Luna jamás hubiera esperado tener nunca

Como autómata se acercó al pie de la cama, entrecerró los ojos… su corazón comenzó a palpitar con frenesí, no supo ni que la movió a quedar a un costado del cuerpo del muchacho, buscando su rostro…

Una cosa era cierta… Luna Jamás había besado a nadie

Y los labios entreabiertos de Sidney le indicaban una cosa “¡Pruébame!” quizás sabía a whisky, dado su aliento, pero no era escandaloso, era una mezcla entre dulce y agria, no desagradable, se atrevió a acariciar su lozano rostro, delineando sus pómulos, los ángulos de su rostro

Con las suaves yemas de sus dedos, delineó los contornos, la suave piel, no encontrando imperfecciones en ella, la nariz era recta, afilada, sus labios delgados y masculinos, invitaban claramente a un beso, ella que nunca había besado, se dejó llevar por la pasión dormida

Pequeños besos depositados en su rostro, pequeños besos sobre la comisura de sus labios, sus labios y su mentón, las sienes, sus ojos, todo de Sidney era tan tierno, tan salvajemente sexual a la vez, dentro de su interior, la mujer dormida parecía despertar a gritos, pedir salir, pedir experimentar

Tener así de cerca el rostro perfecto de Sidney no era cualquier cosa, era un deseo puro, era como si ese hombre exudara sexo por todos lados y al mismo tiempo ternura… Al igual que Draco, Sidney no tenía nunca una relación estable, porque no había amor en sus relaciones, solo sexo desenfrenado…

Luna no resistió esos labios, se inclinó hacia el rostro del muchacho e inexpertamente pegó sus labios a los de Sidney, saboreando el labio de arriba, el de abajo, primero como si mordisqueara, tratando de acomodar su boca ¡Ella no sabía besar! Así que había que practicar

-MMMM – Se quejó Sidney que estaba medio dormido y al abrir más los labios ella procuró centrarse más en atrapar toda su boca, había visto a gente besarse ¿Qué tan difícil podría ser?

Ella se separó un poco porque de pronto sintió la necesidad de respirar y es que no tenía nada de práctica, pero viendo que Sid estaba más que noqueado, volvió a inclinarse, a pegar sus labios y seguir con el beso

Quizás era la posición… porque no le hallaba muy bien, ladeaba su rostro de un lado a otro mientras se apersonaba esa boca, pero nada. Tuvo que subirse a su cuerpo, quedando pecho con pecho, así prácticamente sobre él, se sintió tan pequeña ¡Y lo era en verdad!

Mi Pasión Por La ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora