72: El calor de tus besos

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-¿Cómo te ves? – Sonreí mientras que ella se contemplaba en el espejo poco convencida

-¿No está muy ajustado? – Gruñó

Yo la miré detenidamente, en esa ocasión le había puesto un elegante vestido de color borgoña que se le veía bien, le había peinado su cabello de modo que luciera elegante y genial, le había salpicado su pelo de brillo

Tengo que decirlo que Hermione Granger lucía sensacional, con esos atuendos al estilo de las sangre limpia. Estaba nerviosa ¡Y quien no! Estaba siendo invitada a una cena con sus “suegros”, no iba a ser sencillo, pero ella sabía que era necesario sobre todo si quería andar acosando sexualmente a Draco

-Si quieres parecer una muñeca guanga – le dije de modo suspicaz – pero creo que debes estar muy presentable y mostrarle a los Malfoy todo lo que le ofreces a su hijo por las noches…

Hermy hizo un gesto pero al final, acudió a la cena, con ese hermoso vestido y bueno, no es por nada, pero esa chica en su vida se había visto más bella, también llevo a Adrien, envuelto en una simpática y pequeña túnica de gala, en cierto modo, eso le daba más valor

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A Draco se le seco la boca al verla con esos atuendos, pero se controló y no la llevó arrastrando a su recámara… La cena si fue un poco… seria, pero casi toda la atención estaba centrada en lo que Adrien hacía y en lo curioso que se veía llamando “Má y Pá” a Lucius y Narcisa, porque claro, nadie le había dicho la palabra correcta

-¿Y no recuerdas nada más? – Preguntaba Narcisa

-Solo veo sombras

-¿Ni al padre de tu hijo?

-N-no

-Padre – murmuró Draco

-Tranquilo, solo quiero saber como evoluciona. Debes reconocer que los hemos respetado, nos pediste absoluto silencio y discreción y lo hacemos, aunque me extraña que no se lo comentes a Potter…

-No la queremos exponer

-Ya interrogaron a todos los de nuestra estirpe

-Pues alguien miente – Gruñó Draco

Cuando la cena terminó, Hermione estaba por retirarse al castillo cuando Draco la detuvo, llevándose a Adrien a dormir a la habitación de siempre, mientras que él la abrazó con fuerza pegándola a su cuerpo con sensualidad

-Suéltame – Murmuró Hermione

-¿Sabías que luces muy sensual esta noche? Este vestido está exquisito

-No querrás romperlo – Masculló

Cuando ella se percató, ya estaban dentro de la habitación del rubio, bueno, es que ella reconocía que su sola cercanía hacía que caminara entre nubes y no sintiera el suelo, pero al mismo tiempo, ya le estaba dando miedo el descontrol

-Es que toda tú me enloqueces – Sonrió Draco – Y tu aroma me esta volviendo loco querida, no me puedo resistir a poseerte

-¡No! – Gimió, pero de pronto ya estaba sobre la cama, con el rubio sobre ella, alzando el faldón del vestido, acomodándose entre sus piernas, era notorio que desde el inicio de la cena, estaba terriblemente excitado y deseoso por poseerla, aunque esa noche ella estaba de remilgosa

-Claro que si mi amor – sonrió Draco mientras la besaba con intensidad y lograba sus negras intensiones, sus hábiles manos masculinas ya habían bajado el escote hasta liberas su pecho y había logrado también, quitar las bragas y entrar en el paraíso

Mi Pasión Por La ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora