23: Un breve recorrido por la residencia Malfoy

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La mansión era enorme y fría, toda de piedra, era como un laberinto de habitaciones, de echo Hermy podría perderse entre los pasadizos y cuartos, jamás hubiera imaginado que los Malfoy tuviesen algo así, lo único que le pareció rescatable era el enorme vivero y tenía a un costado, una piscina con una cascada simulada

Un elfo doméstico les mostró sus habitaciones, no era desagradable, pero extrañaba su pequeño departamento, tanto lujo y comodidad la hacía sentirse “incómoda” consigo misma, agradecía simplemente que tenía una habitación contigua con una puerta que los separaba que estaba habilitada con cosas para un bebé

Ella recorrió lo que había, en medio una cuna, la cuna más excelsa, hermosa y elegante que hubiese visto jamás ¿Acaso estaba revestida en oro y plata? ¿Las piedras brillantes que había a su alrededor eran reales o de fantasía? La madera era quizás de la más fina que había

Las telas que revestían el colchón, o las que cubrían la cuna que eran transparentes parecían ser tan finas que no se atrevía a tocarlas, a un costado, en un buró habían otras cosas para bebés, ella por un momento se preguntó si todo eso había sido de Draco cuando era bebé, por un momento pensó en deshacerse de todo, pero, se contuvo, tenía que comportarse

Regresó a su parte de la habitación, acomodó todo su guardarropa en el enorme clóset, apenas y ocupó apenas la octava parte, recorrió el espacio y salió para conocer un poco el resto de la mansión aprovechando que Draco había salido, encontrando la habitación de Sidney el cual descansaba

Ella siguió su camino y encontró a Luna, dando vueltas en aquella casona

-Increíble ¿verdad? – le dijo

-Si… definitivamente

-Creo que necesitaremos como una semana para memorizar los caminos

-¿Seguimos explorando?

-Malfoy salió, así que podremos hacerlo sin toparlo y que haga sus gestos típicos

-Solo hay que procurar no tocar nada, no sabemos que tipo de objetos tenebrosos podremos encontrarnos, aún recuerdo cuando llevó el collar de ópalos… cuando entregó la botella de vino envenenada…

Las dos llegaron al vivero de nuevo, a Luna le fascinó la diversidad de plantas y flores, según le comentó la doncella de un cuadro, ese vivero había pertenecido a la abuela y la madre de Draco, se suponía que la futura esposa de Draco continuaría con los cuidados del vivero, ahora solo un elfo doméstico jardinero se hacía cargo de él

-Que hermoso lugar – Dijo Luna con ojos brillantes – hay una cantidad de flores y plantas normales y mágicas conviviendo entre sí – Y comenzó a decirle un montón de nombres exóticos - ¿Cómo Malfoy puede tener un paraíso aquí?

-Es perfecto

-Creo que ya tengo mi lugar preferido – susurró Hermy mirando a los alrededores, las paredes de vidrio del vivero eran tan limpias y transparentes que se veía el paisaje que lo rodeaba, imaginaba que de noche se vería mas hermoso aún

-Nuestro – Aclaró Luna – Ahora será mejor que regreses a descansar, tanta tensión podría afectar tu embarazo

A partir de ese momento, Hermy y Luna se amigaron con el elfo que cuidaba los jardines, y les enseñaba el cuidado de cada planta y las flores. Supieron de inmediato que ese era el lugar menos favorito de Draco, odiaba los insectos, gusanos o algunos aromas de las hierbas.

Al menos Hermione decidió concentrarse en ese sitio, ahí podría leer, relajarse y esperar la llegada de su bebito, así también comenzaron sus primeros días, evitando ver a Draco, comía en su recámara, otras con Sidney, quien siempre tenía un gesto raro para con Luna y daban ganas de darle un zape, caminaba por los alrededores y de pronto acicalaba los caballos pura sangre de las caballerizas.

Mi Pasión Por La ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora