78: Por tí, me casaré

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Ella estaba hermosa…

No había duda alguna para el complemento final… Hermione se miraba al espejo, luciendo un elegante vestido en color blanco, con un adorno en el pelo, quería que su atuendo fuera sobrio, nada vistoso, una mezcla de lo muggle con lo mágico y como los Malfoy eran casi de la realeza, su modelo no era ni vistoso, ni llamativo ni nada vergonzoso.

La boda en realidad si había sido muy convocada, pero por parte de los dos bandos, había habido una selección de los invitados, porque como los familiares de Hermione irían, por ser la única hija de los Granger los que se casarían, a los asistentes les harían un pequeño “lavado de cerebro” antes de entrar…

¡Para que vieran las cosas extrañas como las más naturales del mundo!

-No vayas a llorar o se te corre el maquillaje querida – Decía su madre mientras le terminaba de arreglar el cabello

Una diadema de flores con diamantes salpicados era el complemento final, había sido de la abuela de Draco, pero nunca más vuelta a usar, porque Narcisa había usado la de su madre.

-Estoy bien – aguantó el suspiro y pensaba que su rostro lucía mas delgado que de costumbre ¿Sería porque últimamente andaba medio nauseosa y con mareos, luego que no podía sostener los alimentos?

Pero finalmente, esa noche Draco y ella unirían sus vidas para siempre… De los Sangre Limpia que asistieron, también fueron pocos, muchos por vergüenza, sobre todo por lo acontecido por las hermanas Sylver Mosby que ya estaban en Azkaban, en tanto que Pansy, Ximena y Minnie, como su delito era menor, tenían que hacer seis meses de servicio comunitario.

El resto de los invitados, eran los amigos de Hermione y los pocos fieles que le quedaban a Draco, finalmente, la boda estaba como ellos deseaban, los amigos más íntimos, celebrando su inusual unión, porque dentro de lo que cabía, aún se les hacia rara la idea de que Hermy y Draco fueran a ser esposos…

¡Pero finalmente eso había pasado!

La boda se llevaría a cabo en un lugar neutral, en donde habían levantado una carpa, por dentro, era toda exquisitez y elegancia, en una de las meses, estaban Justin con su madre y su esposa, la que hubiese sido suegra de Hermione, quería ser testigo de su unión, su salud estaba más o menos mejor

Además, como Adrien estaba ahí pues todos lo cargaban y convivían con el pequeño, el cual se sentía a gusto con su tío y su abuelita, aparte que ya hablaba más, así que “platicaba” con ellos.

La ceremonia fue emocionante, sin duda alguna, cuando Hermione caminó hacia el altar, las lágrimas amenazaban con saltarle de emoción, sobre todo al llegar con el hombre amado… A su paso, todo estaba cubierto de flores y rosas blancas, las cuales soplaban polvitos brillantes que formaban corazones blancos.

Sobre el techo, se veían corazones, así como se proyectaban los nombres de los dos, primero una paloma holográfica volaba por toda la lona, luego una cintilla se dibujaba, lo tomaba por el pico y se leía “Hermione y Draco”

Aunque quizás el más nervioso era el rubio, ya que ¿Qué tal que Hermy le decía que no? Pero todas sus dudas se disiparon al verla entrar, con su vestido de novia, del brazo de su padre, tan hermosa y elegante, como una princesa… altiva y orgullosa, tan perfecta

Emitió un suspiro al tomarle la mano, sus ojos se encontraron y no pudieron dejar de verse, estaban tan enamorados, sonrieron, con un nudo en la garganta, llenos de emoción, finalmente, ambos, con sus varitas expuestas, formando un enlace, una unión de sus almas y de su amor.

Sus manos fuertemente entrelazadas, dispuestos a ser una familia y no separase nunca, se dieron el “Si, aceptamos” la magia hizo el resto, la unión quedó finalizada y terminaron con el “Yo los declaro señor y señora Malfoy”

Mi Pasión Por La ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora