49: Segundo día: enfrentamiento, vino y rosas

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Draco miró emocionado y a la vez alarmado a Hermione, pensando que quizás eso no le podría gustar, a lo mejor para ella era demasiado pronto, que el asumiera una paternidad que no le correspondía, en la que a lo mejor a ella le hubiese gustado que su hijo se lo dijera a Adrián

-¡Má! – Se volvió Adrien a Hermione - ¡Má!

Los ojos de Hermione se llenaron de lágrimas y apretó los dientes

-Lo lamento – Dijo Draco en voz baja

-¿Por qué? – Susurró Hermione – De pronto me siento un poco mal

-Yo no pretendía que Adrien me llamara… así…

-No es por eso Draco… es porque… porque me ha gustado que Adrien te quiera tanto, el piensa que eres su padre

-El es mi hijo Hermione… no lo concebí, pero lo siento mío, desde que nació… los dos cumpliremos años el mismo día, el su primer año y yo mis veintitantos

-Te amo – susurró la castaña y el se acercó para abrazarla y besarla mientras que ella sentía que la toalla se resbalaba - ¡No tengo ropa Draco! Tengo que regresar a mi departamento

-MMM… No – Negó el rubio – quédate aquí… a mi no me importa si estas desnuda todo el día

-¿Y si tienes una visita?

-Enviaré a un elfo por ropa tuya y por las de Adrien, en tanto, puedes ponerte una de mis camisas – Alzó una ceja – Apuesto que te verías mucho más sensual de lo que te ves ahora

-Adulador…

Draco volvió a pegar su boca a la de Hermione, al tiempo que Adrien miraba con atención lo que hacían sus padres y sonreía, por lo menos así ya perdonaba a su mami de no estar con el en la noche, porque al menos estaban los tres juntos como una bonita familia

A las once en punto, Neville llegaba al departamento de Luna, esperando comenzar con las asesorías, ya tenía dispuesto un pequeño despacho en donde estarían libres de cualquier ruido que los distrajera, solo serían dos horas al día por seis días, y estaba bien pagado.

A regañadientes, Kelly se levantó es mañana, después de la cruda ¡Y eso que a la que se le había ido la bocaza era a Krista! Un dolor de cabeza se apoderó de ella y pese al baño, no le hizo nada… era tarde, así que bajó directamente al despacho, la resaca era tremenda

-Buenos días señorita Kelly Mery Spencer… me llamo Neville Longbotton, seré tu asesor por estas semanas en la herbología

-Aja – Masculló la chica mirando apenas al muchacho, el cual se sintió un poco cohibido con la indiferencia de Kelly

A pesar de su crudeza, Neville observó que era una muchacha demasiado bonita, de esas que estaban a mil años luz de sus manos, se sintió culpable con algunas que gustaban de él y le habían echo alguna insinuación, como Susan Bones o Hanna Aboutt…

Quizás pedía demasiado, ese tipo de niñas como Kelly, eran de las que no se casan con muchachos como el… suspiro y decidió olvidarse de tonterías, por la actitud de la muchacha, era obvio que eso era un fastidio… Una hora pasó, por más amena que le intentara hacer la asesoría, Kelly bostezaba, hacia muecos, gestos y el pensaba que gastaba su saliva en balde

Lo más increíble era que la herbología, materia más fácil del curso, lo reprobara esa muchacha, había pasado todas menos esa… claro que lo comprobó cuando comenzó con la instrucción y ella era bastante muy lenta para aprender cosas tan simples, aunque Neville quería creer que era por la resaca

Luna estaba leyendo en la sala cuando Neville salió del despacho rascándose la cabeza y con un aire compungido, ella negó y se acercó a el para darle su apoyo al tiempo que veía a Kelly salir de mala gana y subir a su recámara

Mi Pasión Por La ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora