41: Hasta en las mejores familias

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Draco aún convalecía en el pequeño hospital, encantado de tener a Hermy a su lado, mimándolo, adorándolo y mirándolo como si éste fuera el último bombón de chocolate en una confitería, aparte, tenía chance de mimar a Adrien quien parecía haber crecido más desde su accidente…

A pocos meses de cumplir un año, el mismo día del cumpleaños del rubio, seguramente los dos harían tremenda fiesta entre los tres… porque nadie más estaba contemplado. Nuba esperaba el momento de cuestionar a Draco sobre Sidney, pues ansiaba saber en que nuevos líos andaba su hijo mayor

Ella había dejado en América a sus alocadas hijas gemelas de l8 años, de nombres tan raros y compuestos, Kelly Mery y Krista Molly. Pero claro que también para Hermione terminaría una preocupación más, sobre todo cuando en la puerta aparecieron los que no andaban muertos, andaban de parranda…

¡Bueno, si andaban muertos de cansancio! Si nada más de contarles sobre las ojeras que Sidney tenía y la carita de inocente satisfacción que tenía Luna ¡Es que su esposo le había salido rete cumplidor! Y le había cumplido todas esas fantasías que Luna tenía… ehhh ¡Me pregunto cuales serían!

Nuba que estaba apoyada en la ventana, se petrificó de ver a su hijo en la puerta, con una muchachita rubia un poco insignificante, no respiró, hacía muchos años que no lo veía pero, siempre tenía fotos que un informante secreto le enviaba, ella siempre le escribía cartas a Sidney, pero él se las devolvía sin responder.

Ese informante había sido Adrián, pero con el muerto… ella tenía que ver a su hijo aunque fuese a escondidas.

-¿Se puede? – Entraron a la habitación, el tampoco había visto a Nuba

-Si claro – dijo Hermione y advirtió esa mirada asustada de Sidney y de Luna al ver a Draco muy lastimado – Yo no lo golpeé – Advirtió Hermione

-Nos acabamos de enterar – Dijo Luna - ¿Cómo estás Malfoy?

-B-bien…

-Dicen que estuviste inconciente dos días, la verdad me sentí mal cuando me enteré, por Hermione, Adrián me había pedido que la cuidara y me le desaparecí

-Son accidentes que suceden Sidney

Draco no fue el único que lo notó, también Hermy, pues Luna sostenía con firmeza de la mano a Sid… al otro extremo, Nuba ahogó un gemido al notar algo en la mano libre de Luna… dos anillos, uno, el primero, conocido, el cisne de diamantes, señal de un compromiso, el otro, parecía una argolla de matrimonio

¿Acaso ella se había casado con… el?

-Eh… Sidney – Alzó las cejas Draco señalando a un costado

El muchacho se volvió y se quedó mudo por un momento, ahí estaba ella, de todas las mujeres, a la que menos quería ver, entonces Nuba salió de las penumbras, estaba nerviosa pero… no se le notaba, con ese gesto serio, de elegancia, de superioridad, de auténtica sangre limpia.

-Buenas tardes, Sidney

-Nuba – Respondió Sidney entre dientes… Hermione notó que por lo visto, ni “mamá” le decía.

Luna iba a saludar pero… pero la mirada de Nuba la enmudeció, aparte que ella apenas le llegaba al hombro y tenía que alzar la cabeza para mirarle a los ojos, esa mujer la recorrió desde la punta de su cabello rubio, largo, despeinado, desparpajado y algo maltratado de las puntas

Su rostro tan… tan común, cierto que tenía unos ojos grandes e intensos, de un color claro y transparente, enmarcado por sus largas pestañas, pero el resto de ella, simplemente, finalmente, no era, no era ni remotamente la mujer que ella hubiese esperado que eligiera Sidney

Mi Pasión Por La ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora