Capítulo 24 : Primer Encuentro

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Aurora:

El ambiente en el vestíbulo estaba cargado de una energía diferente. La tensión entre nosotros era palpable, y mi corazón latía con fuerza mientras intercambiábamos miradas. Adrián y Eric se acercaron a mí, sus presencias imponentes y seductoras.

—Aurora —dijo Adrián, acercándose y tomando mi mano con suavidad. —

—Esta noche ha sido increíble, pero siento que apenas estamos empezando.—

Sus dedos acariciaban mi mano mientras hablaba, y su mirada intensa me hizo estremecer. Eric, a su lado, asintió.

—No queremos que nuestra primera vez juntos sea en el sótano —dijo Eric con su voz profunda y firme—.

Su mano se posó en mi cintura, atrayéndome hacia él. Sentí el calor de su cuerpo contra el mío, y un escalofrío recorrió mi espalda. Adrián y Eric intercambiaron una mirada, una especie de comunicación silenciosa entre ellos. Adrián me sonrió y dijo:

—Vamos a la habitación. —

Me sentí como en un sueño mientras nos dirigíamos hacia la escalera. Mis pensamientos se arremolinaban con anticipación y nerviosismo. Subimos los escalones en silencio, y cada paso aumentaba la tensión que llenaba el aire. Al llegar a la habitación, Adrián abrió la puerta y me hizo pasar primero. La habitación estaba iluminada con una luz suave y cálida, creando una atmósfera íntima y acogedora.
Eric cerró la puerta detrás de nosotros, y ambos se acercaron, rodeándome. Adrián me tomó de la mano nuevamente y me guió hacia la cama, mientras Eric se quedaba a un lado, observando con una mirada intensa. Me sentí como si estuviera flotando, la anticipación y el deseo mezclándose en una corriente electrizante.
Adrián se sentó en el borde de la cama y me atrajo hacia él. Sus labios encontraron los míos en un beso suave pero apasionado, y todo lo demás desapareció. Sentí sus manos recorriendo mi espalda, subiendo lentamente por mis brazos y bajando hasta mi cintura. Cada toque enviaba oleadas de calor a través de mi cuerpo, y me encontré respondiendo con igual pasión.
Eric se unió a nosotros, sus manos encontrando su camino hacia mi cintura, deslizándose con suavidad sobre la tela de mi vestido. Sentí cómo sus dedos trazaban líneas de fuego sobre mi piel, y el deseo creció aún más. Sus labios encontraron mi cuello, dejando besos ardientes mientras Adrián continuaba besándome.

—Eres hermosa, Aurora —susurró Adrián contra mis labios, su voz cargada de deseo

—. Queremos que esta noche sea especial para ti.—

Eric se apartó un momento para desabrocharse la camisa, revelando su pecho firme y bien definido. La visión de ambos hombres, uno tan expresivo y el otro tan enigmático, me llenó de una mezcla de emociones que me hicieron sentir viva como nunca antes.
Adrián deslizó las tiras de mi vestido por mis hombros, dejando que cayera al suelo. Me quedé en ropa interior, sintiendo el calor de sus miradas recorriendo cada centímetro de mi piel. Me sentí vulnerable pero poderosa, sabiendo que mis deseos y necesidades eran importantes para ellos.
Adrián me besó de nuevo, esta vez con más urgencia, mientras sus manos exploraban mi cuerpo con una mezcla de ternura y pasión. Eric, por su parte, se centró en mi cuello y mis hombros, dejando una línea de besos y mordiscos que encendían aún más mi deseo.
La sincronización entre ellos era perfecta, cada uno complementando al otro de una manera que me dejaba sin aliento. Sentí cómo sus manos y labios se movían en un ritmo perfecto, llevándome a un estado de éxtasis que nunca había experimentado.

—Dime qué te gusta, Aurora —murmuró Adrián contra mi piel, sus ojos llenos de deseo y atención.

— Queremos hacerte sentir bien.—

—Me gusta cómo me tocas, cómo me besas —respondí, mi voz entrecortada por el placer

—. Me gusta estar entre los dos.—
Eric sonrió, una sonrisa que era más una promesa que un simple gesto.

—Entonces vamos a asegurarnos de que disfrutes cada momento —dijo, su voz baja y seductora. En medio de ellos dos sentía como Adrián comenzaba a succionar mis pezones de una manera que me estaba volviendo loca , mientras Eric seguía a mis espaldas, sentía su mano recorriendo toda mi espalda hasta apretujar mis nalgas .

—Como me encantaría partirte el culo ya , nena. — Me susurró Eric al odio mientras pasaba su dedo desde mis clitoris hasta la entrada de mi ano.

Solo fueron mencionar esas palabras para volverme gelatina , sentía que mi cuerpo no iba a poder con tanta excitación , tener a estos dos hombres regalándome placer me volvería loca .

—Súbete encima de Adrián, mientras me chupas la verga — Me ordenó Eric con su voz llena de deseo.

Rápidamente me gire de frente a Adrián y comencé a subirme encima de él .

—Me voy a correr de solo verte Aurora, eres una puta obra de arte , princesa — Me dijo Adrián mientras dirigía su verga a mi entrada ,
Y lentamente  fui por todo su tronco.

Cuando por fin tuve la verga de Adrián completamente adentro de mi , comencé a moverme de arriba a bajo una y otra vez. Mientras Adrián me apretujaba y separaba mis nalgas para que la penetración se sintiera más profunda , yo me dedicaba a chuparle la verga a Eric. Me tenía agarrada del pelo mientras me obligaba a tragármela completa , podía ver en su cara la excitación que sentía.

—Trágatela toda Aurora , abre más la boca—Intentando cumplir su orden y abrí lo más que pude la boca para recibir  gustosamente su corrida.

Adrián, que ya tenía más de tres dedos en mi ano me hizo correr  por cuarta vez y en esta si nos corrimos juntos . Mientras Adrián se recuperaba de su orgasmo, Eric me agarró de los tobillos y me posición en cuatro al borde de la cama .

—Separa bien tus piernas y ábrete para mi —Con mi cara apoyada en el colchón y mis piernas abiertas , separé mis nalgas dándole lo que él quería, estar completamente abierta para el.

Sentí como me penetró de una sola vez , lo pude sentir hasta lo más profundo de mi útero pero se sentía increíble , no podía parar de gemir y gritar mientras Eric me penetraba con tanta rabia.

—Más duro Eric , por favor... — No podía creer que me encontrara en esta situación , siendo penetrada salvajemente por uno de mis jefes mientras el otro se masturba mientras no observaba.

—Córrete nena— y con solo esas dos palabras consiguió hacerme sentir el mayor orgasmo que he podido tener.

Mientras Eric terminaba de correrse, Adrián se acercó para besarme con demasiado pasión y ternura. Me sentí envuelta en una ola de placer mientras sus manos y labios continuaban explorando mi cuerpo. Me recosté, sintiendo el calor de sus cuerpos a mi alrededor, y me di cuenta de que esta noche había cambiado todo. La conexión entre nosotros era más profunda, más intensa, y sabía que este era solo el comienzo de algo mucho más grande.
Mientras me recuperaba, sentí la ternura de sus caricias, la suavidad de sus besos en mi piel. Adrián y Eric me abrazaron, sus cuerpos presionándose contra el mío en una muestra de afecto y conexión que me hizo sentir completa.

—Esto es solo el principio, Aurora —dijo Adrián, su voz suave pero llena de promesas.

Eric asintió, su mirada intensa pero cálida.

—Hay mucho más por descubrir, juntos —añadió.

Me sentí segura y querida entre ellos, sabiendo que estaba en un viaje que prometía ser increíblemente emocionante y gratificante. La noche había sido mágica, y emocionante.

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