Capítulo 35: Verdades

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Adrián:

Cuando llegamos al hospital, la noche ya se había instalado con su manto de oscuridad. Aurora y yo nos apresuramos a entrar, buscando la sala de emergencias donde estaba su hermano. Los pasillos del hospital se sentían fríos y vacíos, una especie de vacío que aumentaba mi preocupación por ella. Finalmente, encontramos la sala de espera, y un médico se acercó para darnos la noticia.

—Su hermano está estable, pero tendrá que permanecer aquí hasta mañana —nos dijo el médico con un tono calmado

—Le haremos más pruebas para asegurarnos de que esté completamente fuera de peligro.—

Aurora asintió, y una mezcla de alivio y agotamiento cruzó su rostro. La noticia, aunque no era la mejor, al menos significaba que su hermano estaba recibiendo la atención que necesitaba.

—Gracias, doctor —dijo Aurora con voz temblorosa.

Cuando el médico se alejó, me volví hacia Aurora.

—Voy a quedarme contigo esta noche. No quiero que estés sola en esto —le ofrecí con sinceridad.

Sabía que era un gesto pequeño comparado con lo que ella había pasado, pero sentía que era lo menos que podía hacer.
Ella me miró, sorprendida pero agradecida.

—Gracias, Adrián. No sé cómo habríamos manejado esto sin tu ayuda.

Ella me miró con gratitud en los ojos, y su voz tembló mientras decía:

—Adrián, lamento mucho todo esto. Sé que esto ha sido un desastre , siento mucho lo que pasó, y espero que puedas perdonarme jamás intentaría hacerte daño.—

La sinceridad en su voz era inconfundible. La miré con empatía y respondí:

—Aurora, no tienes que disculparte, yo te creo.

—Lo importante ahora es que estás aquí para tu hermano y que estás haciendo lo mejor que puedes. La situación es seria, pero vamos a superarla.—

Mientras la noche avanzaba y nos acomodábamos en la sala de espera, observando cómo Aurora se acomodaba en una de las sillas con un libro en las manos.

Eric:

En la casa, la inquietud era palpable. Adrián había salido apresurado con Aurora, y yo me encontraba en mi oficina, tratando de procesar la situación mientras hacía algunas llamadas para resolver los asuntos pendientes. El sonido de la puerta me hizo levantar la vista, y allí estaba la señora Martínez, su expresión seria.

—Eric —dijo con un tono grave—. Necesito hablar contigo.

—Claro, señora Martínez. ¿Qué sucede? —pregunté, invitándola a entrar.

Ella tomó asiento, su rostro reflejando una mezcla de preocupación y determinación.

—Lo que voy a decirte no es fácil. Está mañana, mientras hacía el oficio de la casa, pasé por la habitación de Juan y escuché algo que no debería haber oído —comenzó.

—Juan estaba hablando por teléfono y mencionaba algo sobre echar a Aurora de la casa. Dijo que le había funcionado agregarle las nueces a Adrián para que la despidieran.—

Mis ojos se agrandaron mientras escuchaba sus palabras. El enojo y la indignación se acumulaban dentro de mí.

—¿Qué dices? —pregunté, mi voz dura

—. ¿Juan hizo esto para echar a Aurora? ¿Por qué?—

—Sí —respondió la señora Martínez—.

—Juan siempre ha tenido celos de Aurora. No le gustaba el trato que ella recibía y quería tomar represalias. Esto no solo fue cruel, sino que puso en riesgo la salud de Adrián.

Sentí cómo la furia me invadía. Juan había jugado con la salud de Aurora solo por celos y resentimiento. Era algo inaceptable.

—Gracias por informarme de esto, señora Martínez —dije, tratando de mantener mi calma

Lo primero que haré será hablar con Adrián y asegurarnos de que Aurora esté bien. Lo siguiente es tomar medidas contra Juan.
La señora Martínez se marchó , aliviada de que la verdad finalmente saliera a la luz.

Mi mente estaba en un torbellino. La traición de Juan era una violación profunda de nuestra confianza. Le escribí inmediatamente a Adrián:

—Quiero que vengan a casa. Debemos hablar sobre un tema importante.—

Aurora:

Mientras Adrián y yo salíamos del hospital, sentí un nudo en el estómago, una mezcla de alivio y angustia. Sabía que la situación no estaba completamente resuelta, y las palabras de los médicos aún resonaban en mi mente.
Al llegar a la casa de Adrián y Eric, me sentí abrumada por el cansancio y la preocupación. Adrián, con su calma característica, intentaba tranquilizarme. Le agradecí por haberme acompañado y me aseguró que todo saldría bien.

Eric:

Había pasado toda la noche pensando en la situación, y al ver a Adrián y a Aurora llegar a la casa al día siguiente, supe que debía actuar con determinación. No podía permitir que la traición de Juan quedara sin respuesta.

—Gracias por venir —dije, al recibirlos en la entrada—

—Quiero hablar con ustedes sobre algo muy serio.—

Los conduje a la sala de estar, donde tomamos asiento. El ambiente estaba cargado de una tensión palpable. No quería andarme por las ramas, así que comencé de inmediato.

—La señora Martínez me informó que escuchó a Juan hablando por teléfono sobre cómo había manipulado la situación para que despidieran a Aurora. Según ella, Juan estaba celoso y resentido, y planeó todo para perjudicar a Aurora.—

La revelación cayó como un peso pesado en la sala. Adrián frunció el ceño, claramente afectado por la noticia, mientras Aurora se veía abatida. Pude ver en sus ojos que, aunque entendía la situación, el daño estaba hecho.

—No puedo creer que Juan haya hecho algo tan bajo —dijo Adrián, su voz dura

— ¿Qué vamos a hacer al respecto?

—Lo primero es asegurar que esto no quede impune.—Respondí.

—Aurora, quiero disculparme sinceramente por la falta que se mostró en ti. No es que no creyéramos en ti, sino que la situación me hizo actuar de manera precipitada. Lamento mucho el dolor que esto te ha causado. Queremos que sepas que esto no refleja en absoluto lo que pensamos de ti.—

Aurora se quedó en silencio por un momento, y la tensión en el aire era palpable. Finalmente, respondió con voz temblorosa:

—Agradezco que se haya aclarado todo, pero me dolió mucho la falta de confianza. No era justo que se me tratara así cuando todo lo que quería era ayudar—

Eric asentí , reconociendo la validez de sus sentimientos.

—Entiendo, y lamento profundamente que hayas tenido que pasar por esto. Queremos corregir esta situación y asegurarnos de que esto no vuelva a suceder.—

Miré a Aurora, notando su expresión de dolor pero también de alivio al saber que la verdad había salido a la luz.

Trilogía del Deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora