Capítulo 12: Enfrentando la Realidad

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Aurora:

Había pasado una semana desde aquella noche en la que vi a Eric y Adrián en su momento más íntimo. Aún no podía quitarme esa imagen de la cabeza, y mis emociones estaban en constante conflicto. Me sentía intrigada, curiosa y, para mi sorpresa, algo excitada. ¿Qué significaba todo esto? ¿Por qué no podía sacarlos de mi mente?
Un día, mientras limpiaba la cocina, mi teléfono empezó a vibrar insistentemente. Era una llamada de mi tía. Mi corazón dio un vuelco.

-¿Hola? - contesté, con la voz temblorosa.

-Aurora, es Mateo - dijo mi tía, su voz era urgente y angustiada

- Sus niveles han bajado y está muy débil. Lo llevé al hospital. Necesitas venir.

Sentí que el suelo se desmoronaba bajo mis pies. Mi hermano, mi pequeño Mateo, estaba en problemas de nuevo.

-Voy para allá de inmediato - respondí, ya corriendo hacia la oficina de Adrián y Eric para informarles.

Entré sin detenerme a golpear, encontrándome con Adrián y Eric en medio de una conversación. Ambos me miraron sorprendidos.

-Necesito irme - dije, intentando mantener la calma

- Mi hermano está en el hospital y necesito estar con él-.
Adrián se levantó inmediatamente, la preocupación evidente en su rostro.

-¿Quieres que te llevemos? - preguntó, acercándose a mí.

-No, puedo ir por mi cuenta. Gracias - respondí, agradecida pero sabiendo que no podía esperar.Eric, en cambio, solo asintió.

-Que todo salga bien - dijo, su tono era indiferente.

Salí apresurada de la oficina y me dirigí al hospital. Durante el trayecto, mis pensamientos iban y venían, una mezcla de temor y esperanza. Mateo era todo lo que tenía, y la idea de perderlo me aterrorizaba.
Cuando llegué, corrí hacia la sala de urgencias. Mi tía estaba allí, con el rostro lleno de preocupación.

-¿Cómo está? - pregunté, casi sin aliento.

-Está débil, pero los médicos están estabilizándolo. Tuvieron que ponerle una transfusión,respondió mi tía, tratando de calmarme.

Nos sentamos en la sala de espera, el tiempo parecía detenerse. Finalmente, un médico se acercó a nosotras.

-Aurora, tía de Mateo - dijo, leyendo de su tabla

- Su hermano está estable ahora, pero necesitaremos monitorearlo durante la noche. Ha tenido una recaída seria.
Sentí un alivio momentáneo, pero sabía que esto no significaba que estaba fuera de peligro.

-Gracias, doctor - respondí, intentando mantener la compostura

- ¿Puedo verlo?-

-Por supuesto, pero solo por unos minutos - dijo el doctor, guiándonos a la habitación.

Al entrar, vi a Mateo en la cama, su pequeño cuerpo conectado a varios monitores. Me acerqué y tomé su mano.

-Mateo, estoy aquí - susurré

.-Aurora... - murmuró, sonriendo débilmente

- Sabía que vendrías.-

Pasé un rato con él, intentando mantener su ánimo alto. Hablarle de cosas triviales, como si nada grave estuviera pasando. Cuando el tiempo de visita terminó, regresé a la sala de espera.

Adrián:

Estaba preocupado por Aurora. Sabía lo importante que era su hermano para ella, y la sola idea de que él estuviera en peligro me inquietaba. Quería hacer algo para ayudar, pero sabía que tenía que darle su espacio.
Decidí enviarle un mensaje para asegurarme de que estaba bien.

-Aurora, ¿cómo está tu hermano? - escribí, esperando que respondiera pronto.

Unos minutos después, mi teléfono vibró.

-Está estable, pero aún necesitan monitorearlo durante la noche. Gracias por preguntar, Adrián - respondió.

Sentí un alivio al leer su mensaje. Quería hacer más por ella, pero sabía que necesitaba tiempo y espacio.

-Si necesitas algo, no dudes en llamarnos. Estamos aquí para ti - le escribí de vuelta.

Eric entró en la habitación, con su habitual expresión seria.

-¿Noticias de Aurora? - preguntó.-Su hermano está estable, pero necesitan monitorearlo durante la noche - respondí.

Eric asintió, su rostro no mostraba muchas emociones, pero sabía que él también estaba preocupado.

-Debemos asegurarnos de que esté bien cuando regrese - dijo finalmente.

Asentí, sabiendo que, aunque Eric no lo demostrara, también se preocupaba por Aurora. Teníamos que encontrar la manera de apoyarla, de mostrarle que no estaba sola en esto.

Aurora:

Pasé la noche en el hospital, asegurándome de que Mateo estuviera bien atendido. Al día siguiente, su condición había mejorado ligeramente, y los médicos nos dieron un poco más de esperanza.
Decidí regresar a la mansión para cambiarme de ropa y recoger algunas cosas. Necesitaba estar cerca de Mateo, pero también sabía que tenía responsabilidades en mi trabajo.
Al llegar, fui directamente a mi habitación. Mientras me cambiaba, escuché un golpe en la puerta.

-¿Sí? - pregunté, abriéndola ligeramente.

Era Eric, con su habitual expresión seria.

-¿Cómo está tu hermano? - preguntó, aunque su tono no era del todo cálido, pude notar un leve interés.

-Mejor, gracias. Necesitaba venir a recoger algunas cosas - respondí.

-Entiendo. Si necesitas más tiempo, podemos arreglarlo - dijo, su tono era firme pero no hostil.

-Gracias, Eric. Aprecio mucho su comprensión - respondí sinceramente.

Eric asintió y se alejó, dejándome sola con mis pensamientos. Sabía que este era solo el comienzo de un nuevo desafío, pero sentía que, de alguna manera, no estaba completamente sola

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