Aurora:
Regresar a casa después de unas vacaciones tan memorables y emotivas en Vermont fue agridulce. Aunque las montañas nevadas y la cálida chimenea de la cabaña ya eran un recuerdo, estar de vuelta en nuestra casa en la ciudad traía consigo una sensación de normalidad reconfortante.
La mañana después de nuestro regreso, desperté sintiéndome más descansada de lo que había estado en semanas. Eric y Adrián se habían levantado temprano y, al bajar a la cocina, los encontré desayunando. Sonreí al verlos, recordando cuánto había cambiado nuestras vidas desde la Navidad.
—Buenos días, hermosa —dijo Adrián, acercándose para darme un beso en la frente.
— ¿Cómo te sientes hoy?—
—Mejor, gracias. Creo que el viaje me hizo bien —respondí, abrazándolo.
Eric me sonrió desde la silla, donde estaba desayunando uno huevos revueltos que me revolvieron el estómago.
—Aurora, he estado pensando.—
—¿Qué te parece si hoy llamamos al ginecólogo para programar tu primera cita? Creo que es importante saber qué tan avanzado está tu embarazo.—
Asentí, sabiendo que era lo correcto. Hasta ahora, solo había hecho pruebas en casa, pero necesitábamos una confirmación médica y un seguimiento adecuado.
—Sí, me parece una buena idea. Quiero asegurarme de que todo esté bien con el bebé —dije, tomando un sorbo de jugo de naranja.
Después del desayuno, me dirigí al estudio para hacer la llamada. Conseguí una cita para la próxima semana, lo que me dio tiempo para prepararme mentalmente para la visita. La emoción y los nervios se mezclaban en mi estómago al pensar en la primera ecografía y en escuchar el latido del corazón de nuestro bebé.
Mientras tanto, la vida continuaba con su rutina habitual. Pablo estaba de regreso en la escuela y parecía más feliz que nunca. La alegría que había mostrado al enterarse de que sería tío seguía brillando en sus ojos, y verlo tan emocionado me llenaba de felicidad.
Eric y Adrián estaban ocupados con el trabajo, pero siempre encontraban tiempo para estar conmigo y asegurarse de que me sintiera bien. Sus atenciones y cuidado eran constantes, y me sentía increíblemente afortunada de tenerlos a mi lado.
Una tarde, mientras estaba en el jardín, sentí una suaves manos rodear mi cintura. Eran las manos de Adrián las que me rodeaban.
—Te amo, Aurora—Me susurró al oído
—Gracias por estar con nosotros—
—Gracias por aceptarme en sus vidas—Le dije sonriendo ampliamente.
Adrián asintió, sus ojos brillando de emoción.
—Nuestro bebé —dijo, su voz llena de amor mientras acariciaba mi abdomen.
—No puedo esperar para conocerlo.—
Los días pasaron rápidamente, y antes de que nos diéramos cuenta, llegó el día de la cita con el ginecólogo. Estábamos todos nerviosos y emocionados mientras nos dirigíamos al consultorio.
Adrián:
Estar en el consultorio de la ginecóloga me hizo sentir una mezcla de nervios y emoción. Mientras esperábamos, tomé la mano de Aurora y le di un apretón tranquilizador. Eric estaba sentado al otro lado de ella, con una mano en su hombro, brindándole apoyo.
Finalmente, nos llamaron y entramos en la sala de exámenes. La ginecóloga, una mujer amable y profesional, nos saludó con una sonrisa cálida.
—Hola, Aurora. Es un placer conocerte. Vamos a realizar una ecografía para ver cómo está tu bebé y determinar qué tan avanzado está tu embarazo.—
Aurora se recostó en la camilla y levantó su camiseta, revelando su vientre. La doctora aplicó gel frío y comenzó a mover el transductor por su piel. La pantalla a nuestro lado mostró imágenes en blanco y negro hasta que finalmente, vimos a nuestro bebé.
—Ahí está —dijo la doctora, señalando la pantalla
—Todo parece estar en buen estado. Estás aproximadamente en tu quinta semana de embarazo.—
Justo cuando pensábamos que la emoción no podía ser mayor, la doctora hizo una pausa y ajustó el ángulo del aparato . Frunció el ceño por un momento antes de sonreír ampliamente.
—Bueno, parece que tenemos una pequeña sorpresa aquí —dijo, señalando dos pequeños puntos en la pantalla
—Aurora, estás esperando mellizos.—
El shock y la emoción se mezclaron en nuestros rostros. Miré a Eric y luego a Aurora, con los ojos llenos de lágrimas de felicidad. Estos pequeños seres dentro de ella eran nuestro futuro, y el amor que sentíamos en ese momento era indescriptible.
—Mellizos —dijo Eric, incrédulo pero con una sonrisa inmensa
—No puedo creerlo.—Aurora sonrió, sus ojos brillando con lágrimas de felicidad.
—Todavía son muy pequeños, así que no podemos determinar el sexo aún. Pero todo parece estar bien —agregó la doctora.
Nos abrazamos, sintiendo una mezcla de alegría y asombro. Dos pequeños milagros estaban creciendo dentro de Aurora, y nuestro futuro parecía más brillante y lleno de amor que nunca.
Nota:
😱😱😱😱😱😱😱
Reinasssss les gustaría que los capítulos sean más largos ?? 🤔
Aprovechando que no falta mucho para el final. 🫣
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Trilogía del Deseo
RomantikEn la ciudad de New York, Adrián y Eric, una pareja esposos exitosos , buscan a alguien para unirse a su extenso equipo de personal doméstico en su elegante hogar. Aurora, una joven en necesidad urgente de empleo, es recomendada por un amigo y acept...