Capítulo 38 : Hogar

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Adrián:

La ausencia de Aurora se sentía cada vez más pesada en nuestra casa. Era como si un rincón vital de nuestras vidas estuviera vacío. Eric y yo habíamos hablado mucho al respecto ,
Habíamos planeado un almuerzo en nuestra casa, un encuentro que debía servir para hablar con Aurora sobre una propuesta que teníamos en mente. El ambiente era informal, pero la tensión estaba en el aire. Cada vez que miraba el reloj, me preguntaba cómo recibiría la propuesta.
Aurora llegó puntual, con una presencia que siempre había sabido cómo iluminar la habitación. Su elegancia natural estaba acompañada de un aire de timidez, algo que sólo acentuaba lo importante que era para nosotros. La invité a pasar y la recibimos con una cálida bienvenida. La conversación empezó con temas triviales, charlas sobre el clima, la vida diaria, y pronto se relajó en la atmósfera tranquila que habíamos creado.
Cuando sentí que el momento era el adecuado, decidí iniciar la conversación que habíamos estado esperando. Me incliné hacia Aurora con una sonrisa que trataba de transmitir la sinceridad de nuestras intenciones.

—Aurora —empecé, tratando de sonar tan natural como fuera posible—,

—Hemos estado pensando en algo importante. La verdad es que hemos notado tu ausencia más de lo que imaginamos. La casa no ha sido la misma sin ti.—

Aurora levantó la vista de su plato, sus ojos curiosos y algo sorprendidos. Eric, siempre el más reservado, se unió a la conversación con una mirada que denotaba tanto seriedad como calidez.

—Hemos discutido mucho sobre cómo podríamos solucionar esto —dijo Eric—.

—Queremos ofrecerte una oportunidad para que vuelvas a estar cerca de nosotros, pero de una manera diferente. Hemos pensado en un puesto en una de nuestras empresas. Serías secretaria, y eso te permitiría estar cerca sin volver exactamente a tu anterior rol.—

Me detuve para observar su reacción, esperando que las palabras de Eric hubieran tenido el impacto positivo que esperábamos. Aurora parecía pensativa, y me di cuenta de que necesitaba tiempo para procesar la propuesta.

—No sé qué decir —murmuró finalmente, su voz cargada de una mezcla de sorpresa y preocupación.

—Lucas ha sido un buen jefe, y no quiero dejarlo en una mala posición.—

La preocupación en su voz era palpable. Sabía cuánto valoraba a Lucas y cómo se sentía por él. Era importante que supiera que entendíamos sus sentimientos y que estábamos dispuestos a hacer todo lo posible para no causar inconvenientes.

—Aurora —dije con sinceridad

— No queremos que te sientas mal por esta decisión. Hablaremos con él para asegurarnos de que no quede en una posición incómoda. Queremos que estés feliz y cómoda con tu decisión.—

Eric asintió, su mirada firme pero amable. Sabía que era crucial que Aurora sintiera nuestro apoyo incondicional en este momento.
Después de una breve pausa, Aurora parecía estar tomando una decisión. Finalmente, una sonrisa de alivio apareció en su rostro. La aceptación de nuestra propuesta nos hizo sentir que habíamos tomado el paso correcto.
El almuerzo continuó con una sensación renovada de optimismo. Aurora aceptó nuestra oferta, y me sentí aliviado al ver que se había decidido a volver a formar parte de nuestras vidas de una manera que, esperábamos, fuera beneficiosa para todos.
Aprovechando el momento, también decidí mencionar algo que había estado pensando durante algún tiempo. La mansión en la que vivíamos era enorme, con habitaciones más que suficientes para acomodar a muchas personas sin que nadie sintiera ni un suspiro. Era evidente que Aurora había estado lidiando con mucho estrés debido a la situación de su hermano, y sentí que podría ser un buen gesto ofrecerles a ella y a su familia una mayor estabilidad.

—Aurora —dije con cuidado

—También queríamos ofrecerte algo más. Si te parece bien, podríamos considerar que tu tía y tu hermano se muden a nuestra casa. La mansión es grande, y habría espacio suficiente para todos. Podría ser una forma de hacer que todos estén más cerca y te sientas más segura.—

Aurora parecía conmovida por la oferta. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y pude ver el alivio en su rostro. La idea de tener a su familia cerca le proporcionaba una sensación de tranquilidad que había estado buscando durante tanto tiempo.

—No sé qué decir —murmuró

—Eso sería increíble. No esperaba algo así.—

Nos dirigimos a Lucas para explicar la situación. Quería asegurarme de que entendiera que no había ningún deseo de causarle problemas. Lucas recibió la noticia con una actitud comprensiva, y se mostró dispuesto a facilitar la transición de Aurora y su familia.

—Lucas, quería hablar contigo sobre Aurora —empecé, con un tono que buscaba transmitir respeto y consideración

—Ella ha decidido aceptar una oferta de trabajo en una de nuestras empresas. Queríamos asegurarnos de que esto no te causara inconvenientes, ya que apreciamos mucho todo lo que has hecho por ella.—

Lucas asintió, entendiendo la situación. Su actitud abierta y comprensiva hizo que el proceso fuera mucho más fácil. Agradecí su disposición para colaborar y nos despedimos en buenos términos.
De vuelta en casa, preparé todo para recibir a Aurora y a su familia nuevamente. La preparación para su regreso me hizo reflexionar sobre lo importante que era para nosotros. Habíamos aprendido mucho durante este tiempo y valorábamos su presencia más de lo que habíamos imaginado.
El día siguiente se llenó de actividades y ajustes para hacer la transición lo más fluida posible. Aurora se instaló en su nuevo puesto, y la casa comenzó a recuperar la vibrante energía que habíamos echado de menos. Verla de nuevo en su entorno habitual nos llenó de alegría, y sentíamos que las cosas estaban volviendo a la normalidad.

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