Capítulo 25 : La Invitación

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Aurora:

El sol apenas comenzaba a asomarse por la ventana cuando abrí los ojos. La habitación estaba en silencio, solo el suave sonido de la respiración de Adrián y Eric rompía la quietud. Me sentía envuelta en una mezcla de emociones: satisfacción, confusión y un deseo de entender mejor lo que había pasado.

Miré a mi alrededor y los vi, dormidos a mi lado, sus rostros relajados y serenos. La noche anterior había sido intensa y mágica, pero ahora necesitaba un momento para procesarlo todo. Con cuidado, me deslicé fuera de la cama, tratando de no hacer ruido. Suspiré al ver que no se despertaron, y lentamente me dirigí hacia la puerta.

Abrí la puerta con suavidad y salí de la habitación, cerrándola con cuidado detrás de mí. Mis pensamientos corrían mientras caminaba por el pasillo hacia mi habitación. Necesitaba tiempo para pensar, para comprender lo que significaba este nuevo paso en nuestra relación.
Entré en mi habitación y me dejé caer en la cama, mirando el techo mientras trataba de ordenar mis pensamientos. La noche anterior había sido algo que nunca había imaginado, una conexión tan profunda y apasionada con Adrián y Eric. Sentí una mezcla de excitación y vulnerabilidad al recordar cada detalle.
Mientras reflexionaba, mi mente viajaba entre los momentos compartidos con ellos, las miradas, los toques, los besos. No podía evitar sonreír al pensar en cómo Adrián me había hecho sentir tan deseada y querida, mientras que la intensidad de Eric había encendido una llama dentro de mí que no sabía que existía.

Adrián:

La mañana era tranquila, pero mi mente estaba llena de pensamientos sobre la noche anterior. Desperté lentamente, sintiendo el calor residual del cuerpo de Aurora y la presencia de Eric a mi lado. Había sido un sueño hecho realidad, y no podía evitar sentir una oleada de felicidad.

—Anoche fue... increíble —pensé, recordando cada detalle.

La conexión con Aurora había sido más intensa de lo que había imaginado, y ver cómo ella respondía nuestras caricias y besos había sido más que gratificante.
Giré la cabeza y vi a Eric aún dormido. Sabía que para él, esto también había sido un gran paso. Eric siempre había sido más reservado, pero la forma en que había participado la noche anterior mostraba un lado de él que rara vez dejaba ver.

Eric:

Desperté unos minutos después, sintiendo la ausencia de Aurora. Abrí los ojos lentamente y vi a Adrián observándome. Le devolví la mirada y ambos intercambiamos una sonrisa cómplice.

—¿Dónde está Aurora? —pregunté en voz baja, notando la falta de su presencia.

Adrián se encogió de hombros ligeramente.

—Se habrá levantado temprano. Necesitaba un momento para pensar, supongo.—

La noche pasada había sido increíble, pero ahora la prioridad era hablar con Aurora y asegurarnos de que entendiera completamente lo que significaba estar con nosotros.

—Necesitamos hablar con ella —dije finalmente.

—Debemos asegurarnos de que esté dispuesta a aceptar el estilo de vida que tenemos, especialmente en lo que respecta a la forma en que nos complace y cómo se ajusta a sus deseos y límites.—Adrián asintió, comprendiendo la necesidad de abordar el tema con tacto.

—Sí, lo sé. Creo que invitarla a cenar sería una buena idea. Así podríamos hablar en un entorno más neutral, lejos de la intimidad de la noche pasada.—

—Me parece una buena idea.—

Decidí prepararme para el día con calma, sabiendo que la noche traería una conversación importante. Mientras me arreglaba, mi mente no dejaba de pensar en lo que sucedió anoche.

Aurora:

Salí al jardín y me senté en uno de los bancos, disfrutando de la calma de la mañana. El sol estaba más alto en el cielo ahora, y el aire fresco me ayudaba a despejar la mente. Más tarde, cuando Adrián y Eric me encontraron en el comedor, noté una mezcla de determinación en sus miradas.

—Aurora, queremos hablar contigo esta noche, fuera de la casa. Pensamos que sería mejor ir a un restaurante para tener una conversación tranquila sobre lo que pasó anoche.—

Le miré, sintiendo una mezcla de sorpresa y alivio. La invitación al restaurante me parecía una oportunidad para abordar la conversación con el espacio y la privacidad que necesitábamos.

—Me parece una buena idea —respondí, con una sonrisa que reflejaba mi agradecimiento—. Estoy dispuesta a hablar sobre todo esto.

Eric, con su mirada intensa, agregó:

—Queremos asegurarnos de que entiendas completamente lo que implica estar con nosotros. La cena será una oportunidad para hablar sobre nuestras expectativas y escuchar tus pensamientos sobre el estilo de vida que compartimos.—

Sentí un nudo en el estómago, pero también una sensación de alivio. La conversación que tendríamos esa noche era necesaria para todos nosotros. Sabía que debíamos abordar el tema con franqueza para asegurarnos de que todos estuviéramos en la misma página.

La anticipación de la cena en el restaurante crecía mientras me preparaba para salir. Sabía que la conversación sería esencial para definir el futuro de nuestra relación. El ambiente en el restaurante, lejos de las paredes de la casa, ofrecería el escenario perfecto para abordar nuestras expectativas y deseos.

Cuando finalmente salimos hacia el restaurante, me sentía lista para enfrentar la conversación que se avecinaba. La noche prometía ser reveladora y determinante para nuestra relación . La invitación a cenar en un lugar neutral era el primer paso hacia la claridad y el entendimiento que todos necesitábamos

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