Trilogía del Deseo

Capítulo 33 : Una Semana de Cambios

Aurora:

Ha pasado una semana desde que todo cambió. Desde que Eric me despidió y mi mundo se vino abajo. Pero también ha pasado una semana desde que comencé a trabajar en esta nueva casa. Lucas, mi nuevo jefe, es amable y siempre está pendiente de que me sienta cómoda. A pesar de la tristeza que arrastraba, su actitud y el ambiente tranquilo de la casa me ayudaron a adaptarme rápidamente.

Me sentía agradecida por tener un lugar donde trabajar y por la oportunidad que Lucas me había dado. Sin embargo, no podía evitar pensar en Adrián y Eric. Los extrañaba, extrañaba su presencia, sus miradas, sus caricias. La nueva casa era hermosa y el trabajo no era difícil, pero algo en mi interior seguía deseando volver a la mansión donde había comenzado todo.

Lucas siempre me trataba con respeto y simpatía. Se aseguraba de que no me faltara nada y de que me sintiera bien en mi nuevo entorno. Era un buen jefe, y por primera vez en mucho tiempo, comencé a sentir una leve sensación de esperanza. Quizás esta nueva oportunidad era lo que necesitaba para seguir adelante, aunque mi corazón todavía estuviera dividido. A pesar de que mi nuevo trabajo con Lucas iba bien, no podía dejar de pensar en Adrián y Eric. Lucas era un buen hombre, y siempre estaba pendiente de que me sintiera cómoda. A veces me preguntaba si él sabía lo que había pasado en mi anterior trabajo, pero nunca me lo mencionó.

Esta semana, Lucas me había mostrado la casa y me había presentado al resto del personal. Era un ambiente mucho más relajado, y todos eran amables. Me sentía bienvenida, pero en el fondo de mi corazón, seguía sintiendo esa punzada de tristeza y añoranza.
Una tarde, mientras limpiaba una de las habitaciones, mi teléfono vibró en el bolsillo. Era un mensaje de la señora Martínez.

—Hola, Aurora. Espero que estés bien. Solo quería decirte que te extrañamos aquí. La casa no es la misma sin ti. Cuídate mucho, querida. —Las lágrimas brotaron de mis ojos al leer el mensaje. Saber que me extrañaban me daba una mezcla de consuelo y tristeza.

Adrián:

La casa se sentía vacía sin ella. Aurora había traído una chispa de vida que todos notamos y, desde que se fue, el lugar parecía más oscuro, más frío. Habían pasado siete días, pero cada uno de esos días había sido un recordatorio constante de su ausencia.
Eric estaba más distante, más irritable, y yo no podía dejar de pensar en Aurora. Mi corazón se retorcía al recordar lo que había pasado. Sabía que Eric había actuado impulsivamente por miedo, pero eso no disminuía el dolor de perderla. La casa estaba en silencio, y cada rincón me recordaba a ella. Cada vez que pasaba por la habitación donde solía ver a Aurora, sentía un vacío en mi corazón. La casa estaba más silenciosa y, a pesar de los esfuerzos por mantenernos ocupados, no podíamos ignorar su ausencia. Decidí enviarle un mensaje a la señora Martínez para ver cómo estaba Aurora. Necesitaba saber que estaba bien, aunque no estuviera con nosotros.

—Señora Martínez, ¿Sabe algo de Aurora? ¿Cómo está? —pregunté, con la esperanza de recibir buenas noticias.
Su respuesta llegó rápidamente.

—Está bien. Trabajando con Lucas y adaptándose. La extrañamos aquí, Adrián. Todos la extrañamos.

Sabía que Eric estaba tan afectado como yo, aunque no lo mostrara de la misma manera.
Una noche, mientras estábamos en la sala, Eric finalmente habló.

Eric:

El mayor miedo que tengo es perder a Adrián. Y ese día, cuando Adrián tuvo esa reacción alérgica, me asusté más de lo que quería admitir. Verlo en el hospital, me hizo darme cuenta de lo frágil que puede ser todo.
Despedí a Aurora porque no podía soportar la idea de que algo le pasara a Adrián por su culpa. Fue una decisión impulsiva, lo sé, pero no podía arriesgarme. Ahora, una semana después, la casa se siente vacía y fría sin ella. Adrián está más distante, y aunque trato de concentrarme en el trabajo, no puedo evitar sentir que algo falta.
Lo único que sé es que extraño a Aurora. Extraño verla en la casa, su sonrisa, su energía. Pero debo proteger a Adrián a toda costa, aunque eso signifique tomar decisiones difíciles