Aurora:
La casa de Adrián y Eric se ha convertido en mi nuevo hogar, y cada rincón de ella parece estar tomando vida con el tiempo. La transición de mudarme aquí, junto con mi tía y mi hermano, ha sido más fácil de lo que imaginé, especialmente con la calidez y la amabilidad que hemos recibido de ellos. Me alegra decir que la integración de mi familia en esta casa ha sido mucho más suave de lo que esperábamos.
Esta mañana, mientras me preparaba para el trabajo, mi tía y mi hermano estaban ocupados organizando sus cosas en las habitaciones que les asignamos en la mansión. Adrián me había presentado con su equipo y había estado mostrándome cómo manejar mis nuevas responsabilidades como secretaria. Eric, por otro lado, se había asegurado de que estuviera cómoda
La casa estaba en completo ajetreo, pero en el mejor de los sentidos. La mansión se ha convertido en un lugar de acogida y calidez, y estoy emocionada por la cena que tenemos planeada para esta noche. Es una oportunidad perfecta para que nuestras vidas se entrelacen aún más, para conocer a fondo a la familia y crear un ambiente familiar más sólido.
Cuando llegó la hora de la cena, me aseguré de estar lista con antelación. Elegí un vestido sencillo pero elegante, el tipo de prenda que dice "estoy lista para una cena especial, pero no demasiado arreglada". Mi tía y mi hermano estaban igualmente preparados; mi hermano estaba vestido con una camisa blanca y pantalones oscuros, mientras que mi tía llevaba un conjunto sobrio pero elegante. Todos queríamos hacer una buena impresión, no solo para ellos, sino también para nosotros mismos.
La cena comenzó con una sensación de entusiasmo en el aire. La mesa estaba bellamente arreglada, con velas y flores frescas que aportaban un toque de sofisticación y calidez. Adrián había organizado todo con tanto esmero que me sorprendió cuánto se preocupaba por hacer de esta noche algo especial. Eric, con su carácter reservado, se encargó de la parte culinaria, asegurándose de que todo estuviera perfecto.
Mientras nos sentábamos en la mesa, Adrián tomó la iniciativa de romper el hielo.—Me alegra mucho que estemos todos aquí juntos —dijo con una sonrisa genuina—.
—Quiero que esta casa se sienta como un hogar para ustedes, así que por favor, siéntanse libres de hacernos saber si hay algo que necesiten.
Mi tía sonrió y asintió.—Gracias, Adrián. Apreciamos mucho esto. Ha sido un cambio grande, pero estamos agradecidos por la oportunidad.—
Mi hermano, que solía ser más reservado, comenzó a relajarse a medida que avanzaba la cena. Con la calidez de la conversación, incluso él se animó a compartir algunas historias de su vida en la casa de mi tía. Había algo en la forma en que Eric y Adrián interactuaban con él que hacía que mi hermano se sintiera más a gusto. Eric se mostró interesado y comprometido, haciendo preguntas sobre la escuela y los pasatiempos de mi hermano, lo que permitió una conversación fluida y natural.
Mientras comíamos, la conversación giró hacia temas más personales. Adrián y Eric hablaron sobre sus experiencias de vida y cómo habían llegado a donde estaban hoy. Hablaron de sus pasiones y desafíos, y fue revelador verlos abrirse de esa manera. Mi tía, por su parte, compartió anécdotas de su vida, historias que nunca había contado antes, y todos en la mesa escuchaban con atención.
Lo que más me impresionó fue la manera en que Adrián y Eric demostraron interés genuino en nuestras vidas. No solo estaban haciendo una cena, estaban construyendo relaciones, lo cual era algo que realmente valoraba. Me hizo sentir que no solo estábamos compartiendo una casa, sino que estábamos construyendo una familia.
Al final de la noche, cuando las luces se atenuaron y la cena llegó a su fin, me sentí abrumada por una sensación de felicidad y pertenencia. Había pasado mucho tiempo desde que me sentí realmente parte de algo, y ahora, al mirar alrededor de la mesa, me di cuenta de lo afortunada que era por tener una nueva familia que me aceptaba tan completamente.
Mi tía y mi hermano también parecían contentos. Mi tía, con lágrimas en los ojos, agradeció a Adrián y Eric por todo lo que habían hecho por nosotros.—No sé cómo agradecerles —dijo con sinceridad—.
—Nos han dado una oportunidad que no sabíamos que necesitábamos tanto. Esto ha sido un verdadero regalo.—Adrián se acercó y le dio un abrazo a mi tía.
—No hace falta que agradezcas, estamos felices de tenerlos con nosotros. Queremos que se sientan en casa.—
A medida que la noche avanzaba, comenzamos a limpiar la mesa y a preparar todo para el día siguiente. La atmósfera en la casa era cálida y llena de risas. Me sentí completamente integrada en este nuevo capítulo de mi vida. Adrián y Eric, con sus formas de ser tan diferentes, habían logrado crear un ambiente en el que nos sentíamos acogidos y valorados
ESTÁS LEYENDO
Trilogía del Deseo
RomansaEn la ciudad de New York, Adrián y Eric, una pareja esposos exitosos , buscan a alguien para unirse a su extenso equipo de personal doméstico en su elegante hogar. Aurora, una joven en necesidad urgente de empleo, es recomendada por un amigo y acept...