EMILY - Capítulo 9

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Al bajar del auto aún sentía la adrenalina por mis venas, fue una experiencia increíble, esto se sentía cada vez más real, faltaba poco para comenzar la temporada y estaba ansiosa por hacerlo. Carlos estaba en el box, viéndome fijamente mientras tomaba agua de su termo.

— Al menos no chocaste — dijo levantando una ceja y dejando su termo en una repisa.

— Tenía subviraje, ten cuidado cuando inicies las curvas — respondí mientras me quitaba el casco.

— Lo sé, te escuché por la radio. Pero gracias por la advertencia.

— Para eso están los compañeros. Que te diviertas.

Alzó ambas cejas y me vio un poco desconcertado.

Esperé a que se pusiera el casco y antes de montarse al auto me dio una mirada aguda. Lo vi de manera neutral mientras levanté mi mano y moví mis dedos en forma de despedida. Él subió al auto y salió a la pista.

— Ya era hora — murmuré.

Cogí su termo y desenrosqué la tapa. Bebí un poco de agua, estaba muerta de sed. Luego tomé un buche de agua y lo volví a escupir en el termo. Cerré la tapa y lo dejé en el mismo lugar.

Me senté frente a los monitores al lado de Nick el ingeniero de Carlos y me puse los audífonos. Él sintió lo mismo que yo acerca del auto, eso era bueno, significaba que teníamos un estilo de manejo similar, era una ventaja para el balance y ajuste del monoplaza.

Cuando Carlos bajó del auto lo esperaba en el box.

— ¿Qué tal te pareció? — Por una parte, me interesaba saber y por otra quería presenciar cuando bebiera mi saliva.

— Sentí lo mismo que tú, al menos no hice un trompo.

Me reí un poco.

— Frank me dijo que demorarán al menos una hora para hacer los ajustes del auto - mencioné casi ansiosa mientras Carlos alcanzaba su termo.

— No es mucho tiempo — respondió y bebió un trago largo del termo. Luego lo miro un poco confuso - pensé que tenía más agua.

Estaba dando todo de mí para no reírme en su cara.

— Podría traerte más — ofrecí cortésmente.

— ¿Por qué estás siendo amable conmigo? — Preguntó confundido.

No dije nada solo levanté los hombros. Me vio con ojos entrecerrados y luego los abrió por completo como si hubiese atado cabos.

— ¿Hiciste algo con mi agua? — Su tono era algo peligroso. Me pareció un poco sexy.

— ¿Yooo? — Pregunté pareciendo no tan inocente y llevándome una mano al pecho.

— Emilia si le echaste algo a mi... — Hizo una pausa y cerró sus ojos por unos segundos y los abrió lentamente — ¿Escupiste en mi agua? — Preguntó con resignación.

Levanté la comisura de mi boca y le di una mirada maligna.

— Te veo en una hora compañero. — Guiñé un ojo y salí del box. 

DESENFRENADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora