"Mi secreto"

Cap 44 "Batalla final"

Narra Helen:
Me concentro en evitar que los hipidos abandonen mis labios que, temblando, intentan buscar palabras que no salen. Las expresiones de los otros eran un poema, una maldita gama de expresiones intensa. Kaira está cabreada-celosa, Ayumi está en shock, Lin sorprendida y Roy es otro que se ha quedado pasmado, más tieso que un cubo de hielo pegado al suelo del congelador.

Cuando Azura se aparta de Raku este abre los ojos, lo cual me deja en dudas de si ha estado o no consciente. Puedo verla a ella sonreír, y se esfuma de mi todo tipo de sensación de tristeza.

Me recorría la rabia de las orejas a los pies, apretaba las manos en puños y me veo a mí misma lanzándome al ataque, presa de la ira, del dolor...

Presa de la adrenalina que empezaba a embargarme y por cual podía moverme...

Presa hasta de mis pensamientos más paranoicos.

Cuando sintió mi presencia rápidamente se giró usando su cetro de granate que tenía más forma de un bastón de bruja antiguo con el cual mis uñas se encajaron pero sin hacerme daño.

- Hola de nuevo a ti también rata de orejas peludas - dijo ella, con esa sonrisita burlona en la cara.

- ¡Cierra la boca o darte de galletas será lo menos que haré contigo zorra del infierno!

- Uy, que miedo - dijo, con tono sarcástico mientras intentaba atacar aún más por lo que tanto mi mano como su cetro se movían incesantemente.

Luego me empujó hacia atrás y con una vuelta mortal logré caer en pie.

Empezamos un mini combate, ella me atacaba usando magia negra o lo que fuera ya que segundos después había hecho desaparecer su cetro.

Yo estaba rabiosa, faltara más.

Kaira lanzó su bumerán intentando apartarla de mi en un momento en el que pudo haberme llegado a causar una herida y tanto Lin como Roy se lanzaron a rasgarla con sus garras.

Ella soltó un grito que fingió desgarrador y sonrió maléficamente observándolos antes de atacarlos para hacerles perder el control.

Roy se estralló contra la pared y Lin sobre él, golpeando su espalda con su pecho y una mueca de dolor surcó el rostro del chico a pesar de sostener a Lin.

- ¡Maldita, te vas a enterar!

- Jaja, no me hagas reír, eres una ilusa si crees que puedes vencerme en mis dominios.

- ¡Cállate! Libera a Raku en este instante.

- ¿Y si no quiero que harás?

- Te sacaré hasta los intestinos sin duda alguna - respondo, en tono mordaz.

Ella reía nuevamente antes de lanzarme más ataques, algunos los esquivaba, otros los devolvía o pasaba a la contraofensiva.

Kaira y Ayumi preparaban una secuencia de ataques continuos de los cuales la Blancanieves odiosa también se salvaba.

Me molestaba grandemente que aún con todos nuestros esfuerzos nos tratara como si no representáramos un peligro, era frustrante.

Los ataques venían de todas direcciones, tanto nuestros como suyos, un combate bastante desigual, y no precisamente por la cantidad de miembros en un bando y el otro, sino por el descomunal dominio de poder que tenía sobre las sombras, las artes oscuras y todo tipo de hechizos macabros cuya "invocación" llevaba palabras en ese idioma suyo tan... Incomprensible para mi persona.

Ayumi, que en pocos segundos logró comprender gran parte del idioma nos comandaba a todos, dándonos coordenadas por uno de esos auriculares que se usaban en nuestra época del futuro. Jamás me hubiera imaginado que los tenía, pero servían de mucho... Aunque pensándolo bien, sus padres eran locutores de un programa de televisión y Hiro, su hermano mayor, hizo algunos trabajillos para una emisora de radio como práctica...

Lástima que se halla suicidado por lo ocurrido con Kaira antes de que pudiera siquiera llegar a terminar sus años de carrera como periodista o el entrenamiento aparte que tenía como locutor... De hecho, dudaba que Kaira supiera algo al respecto sobre los trabajos que llegó a hacer.

Volviendo a la realidad en que se habían convertido nuestras vidas, la batalla continuaba intensa, compleja, nadie daría su brazo a torcer.

Lin peleaba como toda una sin cordura, usaba sus garras y tenía una definición de la precisión demasiado acertada.

Azura había creado unas sombras que tomaron la forma exacta de cada uno de mis amigos quienes luchaban incesantemente contra ellas, aunque Ayumi aún seguía dándome órdenes e indicaciones. Era increíble como podía concentrarse en dos cosas al mismo tiempo... Esa chica era un prodigio, ya veo porque su coeficiente intelectual era más alto que el del promedio.

Sin embargo, me descuidé, y en esos instantes en los que casi creí que tenía a Azura a punto de emigrar al otro mundo sin boleto de regreso, una daga me causó una herida que provocó que me alejara de ella tras un grito desgarrador.

Mis ojos se dirigieron hacia el origen del ataque mientras me sostenía el hombro intentando que la sangre no se decante por salir de la herida y mis pupilas se inquietan al tiempo que mis ojos se agrandan...

Insólito.

Horroroso.

Doloroso.

Destructivo.

Eso era él... Raku...