[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO II (Jinx)

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Ya en la oficina, Dan cerró la puerta detrás de él y dejó escapar un largo suspiro.

Sin pensar demasiado, tomó su chamarra del respaldo de la silla, la hizo una bola y la llevó a su rostro, ahogando un grito en ella. La adrenalina del momento anterior todavía corría por sus venas, y no podía evitar sentirse un poco avergonzado por su reacción.

— ¡Por Dios, Kim Dan! ¿Qué estás haciendo? — se regañó a sí mismo, hablando en voz baja, todavía con la chamarra contra su cara — Pareces un omega a nada de entrar en celo por el mínimo roce de un alpha... Arghh, dios, ¿por qué leí tantos manhwas omegaverse?

Se dejó caer en la silla, soltando la chamarra, y comenzó a abanicarse con la mano, tratando de calmarse. Sentía sus mejillas ardiendo y su corazón latiendo con fuerza. A pesar de todo, no podía evitar pensar en cómo Jaekyung lo había mirado, lo que hacía que su sonrojo se intensificara.

—Tienes que controlarte... —murmuró, respirando profundamente—. No puedes reaccionar como un adolescente cada vez que te mira así.

Dan se pasó una mano por el cabello, todavía abanicándose con la otra, intentando recuperar la compostura.

Sabía que no podía ceder tan fácilmente al coqueteo de Jaekyung, aunque las muestras de cariño lo tomaran por sorpresa.

Este tipo de situaciones eran nuevas para él, y aunque estaba claro que sus sentimientos a Jaekyung eran intensos, estaba decidido a no dejar que las cosas avanzaran demasiado rápido sin estar completamente seguro.

Finalmente, con un último suspiro y su corazón comenzando a calmarse, Dan se enderezó en su silla y se obligó a concentrarse en su trabajo. Pero incluso mientras escribía su informe, no pudo evitar sonreír ligeramente, recordando la breve pero intensa interacción que acababa de tener.

— Concéntrate, Dan... Todavía tengo dos pacientes hoy, así que cálmate y concéntrate —se dijo Dan a sí mismo, dejando su chaqueta a un lado.

Unas horas después...

Jaekyung llegó a su casa en Liverpool sintiendo una mezcla de satisfacción y cansancio. La sesión había sido intensa, pero gratificante, sobre todo porque pudo poner nervioso a Dan.

Sabía que estaba mejorando, y que el camino todavía era largo, empezaba a recuperar la confianza en su cuerpo.

El peleador se quitó la chaqueta, y llegando a su habitación, comenzó a desvestirse, preparándose para una ducha, cuando su teléfono vibró con la notificación de un nuevo correo.

Jaekyung puso los ojos en blanco, y solo tenía puesta su ropa interior, un boxer rojo ajustado, que bordeaba su miembro abultado en el medio, y gruñendo un poco, se acercó a su tablet, que estaba sobre el escritorio, desbloqueándola y abriendo la aplicación de correo.

Al revisarlo, vio que era del entrenador Park.

El asunto del correo era simple: Agenda para los próximos meses.

Jaekyung abrió el archivo adjunto con curiosidad, sabiendo que sus próximos compromisos serían cruciales para su carrera y su vida fuera del ring.

— Me alegro de que no haya tanto compromiso —dijo el ojigris mirando los párrafos, con fechas y lugares en el Reino Unido.

Mientras revisaba el contenido, sus ojos se detuvieron en algunas sesiones de fotos para revistas de moda, un evento de las marca en la que es embajador, y una conferencia para deportistas.

Todo parecía normal hasta que llegó a la última parte del archivo: las primeras juntas para la organización del combate de desempate contra Baek Junmin.

Baek Junmin.

Baek Junmin.

Ese puto nombre

El peleador sentía perfectamente cómo una ola de furia y resentimiento se levantaba dentro de él.

Cerró el correo de inmediato, dejando a un lado, con cuidado, la tablet, mientras se apoyaba contra el borde del escritorio.

Su respiración se aceleró, y sin darse cuenta, su mente lo llevó de vuelta al sueño que había tenido esa misma mañana, el recuerdo de la noche en que su hombro fue brutalmente lastimado.

Como si de una película se tratase, el sueño volvió a reproducirse en su cabeza...

Él, completamente débil, arrastrándose por la calle oscura y lluviosa, su brazo colgaba inútilmente a su lado, el dolor era tan real que lo hizo llevar una mano al lugar, como si esperara sentir de nuevo ese punzante malestar. Recordó cómo la ambulancia se acercaba, sonidos distantes, y el pensamiento final que lo atravesó antes de perder la consciencia: Kim Dan.

Jaekyung apretó los puños con fuerza, tratando de calmarse, pero la frustración seguía ahí. Junmin no solo le había quitado el título, también le había arrebatado meses de su vida, llenándolos de dolor y dudas.

Pero más allá del rencor por la derrota, había algo más profundo, un odio que se había arraigado desde sus días en las peleas clandestinas, un odio que solo se había intensificado después de todo lo que había sucedido.

Sabía que el combate de desempate no sería solo por el título. Para él, era una oportunidad de redención, de reclamar lo que le había sido arrebatado, pero también de enfrentar los demonios que Junmin representaba. Y la oportunidad perfecta para finalmente dejar caer su sonrisa burlona, destrozando sus dientes con sus puños uno por uno.

Respiró hondo, tratando de enfocar su mente. El camino para recuperar su título sería arduo, y necesitaba estar preparado, no solo físicamente, sino también mentalmente.

Aunque el simple pensamiento de ese peleador tramposo hacía hervir su sangre, Jaekyung sabía que debía mantener la calma, concentrarse en su recuperación y en cada paso que lo llevaría de vuelta al ring. No podía permitirse cometer errores.

Había mucho en juego, pero no permitiría que el pasado dictara su futuro. Con ese pensamiento en mente, terminó de cambiarse, preparándose para la ducha, dejando que el agua caliente intentara aliviar no solo su cuerpo, sino también la tensión acumulada en su mente.

— Maldita sea... solo me quedan 6 meses aquí... ¿Qué diablos debería hacer?... Tengo que calmarte, estás en rehabilitación Jaekyung, cálmate, por una vez en tu vida, hazlo — se dijo Jaekyung a sí mismo, pasándose la mano por la nuca, el pecho, y deteniéndose en sus abdominales — Es raro sentir esta calma... A veces aborrezco la fama.