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La escena comienza con un eco distante, como si alguien estuviera golpeando una puerta metálica, el sonido resonó en un ensordecedor eco en el vacío. Jaekyung está de pie en medio de un almacén desolado. La luz se filtraba por unas ventanas altas, creando haces que apenas iluminaban el lugar. Todo parece abandonado, salvo por el ring improvisado que domina el centro. 

Miró hacia abajo y noto que estaba vestido como en los días de sus peleas clandestinas: el traje de baño rojo de su escuela y vendas ásperas envolviendo sus manos desnudas.

Su cuerpo era más joven, sin las marcas de tinta que decoran sus brazos ahora, pero siente el peso de quién es hoy, como si una parte de él estuviera fuera de lugar. 

Lentamente caminó por el almacén y subió al ring, el rechinido de las cuerdas tensándose bajo su peso lo tenía en estado en alerta.

Cuando alza la vista, lo vió: Ahí estaba él, pero diferente. Este llevaba puesto su característico short de pelea, rodilleras, y vendas en las manos, pero estas están cubiertas con guantes de alta calidad. Los tatuajes adornaban sus brazos.

— ¿Quién eres? — pregunta el Jaekyung sin tatuajes, aunque en el fondo ya lo sabía. 

— Soy lo que tú solías ser — dijo el otro, con una sonrisa arrogante que le resultaba terriblemente familiar — Y lo que desearías no haber dejado atrás, sensible de mierda.

Ambos avanzaron hacia el centro del ring, la tensión entre ellos palpable. No había campana ni árbitro, solo el silencio opresivo del almacén. 

La pelea sin más comenzó, brutal y rápid

El Jaekyung tatuado golpeaba con una fuerza despiadada, su estilo era agresivo y calculador, como si supiera cada movimiento antes de que el otro lo hiciera.

— ¿De verdad crees que ser emocional te hace fuerte? — se burló mientras lanzó un gancho al costado de su oponente — Antes, éramos impenetrables... No necesitábamos a nadie... ¡Y ahora lloras por un puto abrazo!

El Jaekyung sin tatuajes retrocedió rápido, el golpe impactó con fuerza, pero su mirada permanecía siempre firme. 

— ¿Y a qué nos llevó eso? ¿Eh? — respondió mientras lanzaba un golpe que rozó la mandíbula del otro — A la soledad. Al odio. ¡No éramos fuertes! ¡solo cobardes escondiéndonos tras una coraza que no dejaba entrar ni salir nada!

El intercambio de golpes continuaba, la sangre, sudor y esfuerzo emanaban manchanddo el aire. Cada ataque físico iba acompañado de un enfrentamiento verbal. 

— ¿Y qué ganaste al abrirte? — dijo el Jaekyung tatuado, conectando un uppercut — ¿Un novio? ¿Un poco de paz?... No puedes confiar en eso para siempre... ¡La gente te traiciona! ¡Te deja!.. ¡Tú eres quien los debe de usar!

El Jaekyung sin tatuajes tambaleó, casi cayendo. En lugar de eso, lo miró con una expresión desafiante. 

— Hijo de perra, abrime no me hizo débil, me hizo real — dijo Jaekyung sin tatuajes, lanzando una pata que parecía desestabilizar al otro — Y sí, Kim Dan me enseñó que no necesito cargar todo yo solo... Él no me hace menos fuerte, me recuerda que está bien ser humano. 

El Jaekyung tatuado frunció el ceño, lanzándose con un rugido furioso.

El Jaekyung actual lo esquivó con la agilidad y velocidad de una gacela, aprovechando el momento para contraatacar.

Con un último golpe certero al centro del pecho, el Jaekyung sin tatuajes envió al otro al suelo. 

— Es fácil ser fuerte cuando no sientes nada — dijo el sin tatuajes, jadeando con dificultad mientras mira a su contraparte caída — Pero no hay nada más valiente que dejar que alguien entre en tu vida... Kim Dan no me debilitó... Me salvó.

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO II (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora