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Era fin de semana, el clima en Richmond era perfecto para salir a correr. El aire fresco y el sol matinal ofrecían el ambiente ideal para despejar la mente. Yoongu, acostumbrado a salir a entrenar todos los días, había quedado de nuevo con Matthew para correr juntos, como lo habían hecho al principio de su visita.

Los dos corrían en silencio por las calles tranquilas, sus pasos sincronizados mientras el paisaje verde de Richmond pasaba junto a ellos. Después de unos minutos, Yoongu rompió el silencio, su respiración controlada, pero con un tono que denotaba cierta incomodidad.

— El chico del que te había platicado el otro día está aquí — dijo Yoongu de repente, sin preámbulos.

Sabía que con Matthew no necesitaba rodeos. Ya le había contado lo básico la última vez, y quería desahogarse un poco más.

Matthew lo miró de reojo, pero mantuvo el ritmo, dejando que Yoongu continuara.

— No sé qué espera — continuó Yoongu, con la frustración acumulada notándose en su voz — Apareció sin avisar, y yo... no quiero lidiar con esto ahora... No quiero verlo... Quería venir a Londres para despejarme, no para enfrentar esto.

Matthew asintió lentamente, tomando un respiro profundo mientras pensaba en lo que iba a decir. Finalmente, rompió su propio silencio.

— Te entiendo, de verdad lo entiendo... A veces solo quieres alejarte de todo, dejar que las cosas se enfríen, encontrar claridad... Pero... — Matthew lo miró esta vez con seriedad — Chico, tarde o temprano tendrás que hablar con él... Así como él mandarte una respuesta, no puedes seguir evitando esta situación para siempre.

Yoongu no respondió de inmediato. Sus pasos se ralentizaron un poco mientras procesaba las palabras de Matthew, que resonaban más de lo que le hubiera gustado admitir.

— Sé que no quieres enfrentarlo — continuó Matthew — Pero necesitas una respuesta, para ti mismo, no puedes seguir torturándote mentalmente con lo que podría ser o no ser... Si él no te da una respuesta clara, entonces al menos tú tendrás la paz de saber que hiciste lo correcto al enfrentarlo... Huir de esto solo va a prolongar el dolor.

Yoongu suspiró, claramente molesto, pero sabía que Matthew tenía razón. Lo último que quería era tener esa conversación con Heesung, pero al mismo tiempo, seguir evitando el problema no lo estaba llevando a ninguna parte.

—Quizás... tienes razón — admitió finalmente — No puedo seguir huyendo de esto para siempre

Matthew le sonrió levemente, un gesto de apoyo silencioso mientras ajustaban su paso y seguían corriendo.

— Solo piensa en lo que es mejor para ti, no para él — le dijo Matthew mientras continuaban — Al final del día, mereces una respuesta clara, sea cual sea.

Yoongu asintió, más decidido ahora. No le gustaba la idea de enfrentar a Heesung, pero sabía que era el único camino para seguir adelante, dejar de vivir en la incertidumbre y encontrar la paz que tanto necesitaba.

Y mientras tanto, en Liverpool...

En la sala de la casa de Jaekyung, el ambiente estaba relajado y enfocado en la sesión de rehabilitación, aunque esta vez, Dan había permitido que Jaekyung dejara descansar el hombro y se concentrara en ejercicios de calistenia para piernas y abdomen.

Jaekyung, sin camisa, nada sorprendente a este punto, aprovechaba cualquier oportunidad para llamar la atención de Dan, quien trataba de mantenerse completamente profesional. Sin embargo, no podía negar que el atractivo de Jaekyung hacía que fuera difícil mantener la compostura.

Mientras sostenía las piernas de Jaekyung durante sus abdominales, Dan intentaba no parecer distraído, manteniendo su enfoque en el ejercicio y en los ángulos de movimiento.

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO II (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora