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"Algo maravilloso" • • •
T/N Potter.
Tom y yo llegamos a la casa empapados, se había soltado la lluvia. Queríamos un momento a solas antes de hablar con Matheo y Tom. Sabíamos que esto sería complicado.
Así que antes de enfrentarnos a ellos y posiblemente al mundo entero, queríamos pasar el tiempo juntos y disfrutar de nuestra compañía. Tom me dio una toalla para que me secara.
—Voy a prepararte el baño —me dijo— No quiero que te enfermes amor.
—Tengo una mejor idea —lo tome de la chaqueta y subimos a la habitación.
Llegamos a la habitación y le quite su chaqueta, cayó al piso y escuchamos como algo de vidrio se rompía pero no nos importó. Yo también me quite la chaqueta y lo jale hasta el baño.
Tom me ayudo a desvestirme y viceversa. Su piel estaba fría al igual que la mía. Abrió la regadera y me metí con el. El agua caliente nos baño a los dos y sentí como mi cuerpo empezaba a tomar calor.
—Hagamos algo maravilloso —dijo Tom y yo asentí contenta.
Tom me tomó de mis piernas y me cargó, enrollé mis piernas en su cadera y mi espalda quedó pegada al mármol frío. Su miembro entró en mí y solté un jadeo, Tom unió nuestros labios y y dio unos cuantos mordiscos en mi labio.
Enrollé mis manos en su cuello y me sujete con fuerza para no caer, sus embestidas estaban siendo lentas pero fuertes y profundas. Perdía el control de todo al sentirlo adentro de mi, mi corazón estaba latiendo rápido y era como si estuviera completa, éramos dos personas que encajaban a la perfección. Como piezas de rompecabezas.
Mire a Tom a los ojos mientras me embestía, su aliento era candente y esos ojos que son azules ahora eran más de color negro. El agua caía en nuestros cuerpos y solo se escuchaba el sonido de nuestros cuerpos y los gemidos que soltábamos.
Siempre me dio pena hacer esto con el pero ahora quería hacer cosas nuevas con el, que nuestro amor y nuestro deseo se intensifique más y no muera. Quiero todo con el. Quiero morir morir en sus brazos después de toda una vida juntos.
Mi cuerpo perdió fuerza cuando el clímax llegó. Solté gemidos y Tom soltó gruñidos. Sentí como se deslizaba su semen entre mis piernas, su cuerpo se relajó y salió de mi con cuidado, me bajo y me sentía mejor, estaba feliz y nada podía arruinar eso.
—Eres maravillosa —me dijo Tom mientras enjabonaba mi cuerpo— De luna de miel quiero que nos vayamos a la playa y estemos solos.
