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"Estas ebrio"
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TN Potter
Había llegado al colegio desde hace un buen rato pero no quise ir mi habitación o a la sala común, necesitaba pensar o procesar lo que estaba pasando. Quería tener la fuerza necesaria para alejarme del señor Riddle pero cada momento lo tenía en mi mente.
Desde que lo conocí no sabía porque me sentía diferente a todo lo que los demás decían. Su mirada había tenido un impacto en mí y siempre pensé todo menos que él y yo pudiéramos estar... ni siquiera lo quiero decir.
Me sentía tan avergonzada por haberlo besado y de haberlo disfrutado, esos besos fueron más que especiales y me asustaba reconocer que disfruté más de ese esos besos que el que me dio Matheo.
Tom y Matheo son mis amigos y con el hecho de pensar en su padre constantemente ya es una traición, peor con dos besos que me enloquecieron a un nivel extremadamente alto. Mierda.
Recibí llamadas de los chicos pero las rechacé, mandaron mensajes diciendo que irían a las tres escobas pero no estaba de ánimos para ir. Aprovechando que se fueron, volví a mi habitación y me encerré. No quería dar explicaciones de mi vida y los chicos siempre me están preguntando. Son metiches. En especial Lorenzo y Blaise.
...
Me desperté de golpe al escuchar que algo se había roto en el pasillo, vi mi celular para checar la hora;era la 1am. Ni siquiera supe en que momento me había quedado dormida.
Me puse una sudadera porque no llevaba sosten y se marcaban mis pezones. Me asomé al pasillo y al fondo vi a Tom, estaba intentando abrir la puerta de un dormitorio. Estaba desorientado ya que su habitación queda del otro lado, precisamente al fondo. Ahora estaba tratando de abrir la puerta que pertenecía a alguna chica.
La chica abrió la puerta y se sonrojó al ver a Tom fuera de su habitación. Tom se iba de lado y yo me acerqué a él para sostenerlo.
—Hey Potter llegó a mi habitación no a la tuya —me reclamo molesta— Ven Tom.
Yo rodeé los ojos. Estúpida. Tom miró a la chica confundida.
—¡Fuera de mi habitación! —estaba ebrio. Su voz era graciosa así.
—Tom te equivocaste —le dije— Tu habitación es del otro lado.
Tom miró hacia el pasillo de enfrente y miró a la chica. Ella estaba sonrojada sonriéndole a Tom, el me miró y sonrió.
—Si quieres puedes quedarte Tom —dijo la chica en tono coqueto— O puedo llevarte a la tuya.
