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"Marido y mujer " • • •
T/N Potter.
Me desperté al sentir los besos de Tom por mi rostro, por más que traté de odiarlo no puede. Mi amor por él es tan grande que ni siquiera su secreto me hizo dejar de amarlo.
Me di vuelta para verlo a la cara, era tan guapo que me hacía pensar que el era una alucinación. Tocó mi vientre y dejó la mano ahí, unió nuestros labios y disfrute de ese tranquilo momento. Nos separamos por la falta de aire y se dedicó a darme besos por todo el rostro.
—Te extrañe mucho —susurró— Creí que te haba perdido para siempre.
—Yo también creí que lo nuestro se había acabado— le confesé. —Pero no puedo y no quiero estar lejos de ti y más ahora que un personita depende de los dos.
—¡Mi hijo! —sonrió y acarició mi vientre— Eres mío y tu mamá también es mía.
Sonreí y mi corazón se llenó de alegría al escucharlo, tal vez hizo cosas malas y posiblemente él sea el criminal más peligroso del mundo pero yo lo amaba y él conmigo solo me enseñó el paraíso. Sacó algo del buró y era el anillo que me había dado.
—Cásate conmigo —pidió— Se que hice cosas terribles pero siempre fui sincero contigo y lo que siento por ti es fuerte y real.
Anhelaba poder estar con él siempre y ver a nuestro hijo crecer, quería una familia con el. Ya no me importa lo que los demás dijeran de si estaba bien o no. Solo importamos nosotros tres.
—Si quiero —le dije y él sonrió, me coloco el anillo— Pero quiero que mates a Nataly. Me seguirá haciendo daño y no quiero que nuestro hijo corra ningún riesgo.
—Dalo por hecho amor —me dio un beso en la mano.
—Quiero casarme en la playa, donde solo estemos nosotros dos —sonreí.
—En la playa será, en cuanto la doctora diga que puedes pararte nos vamos a la playa. —me dijo y lo abracé.
...
Tom y yo nos fuimos a la playa sin avisarle a nadie, este momento solo tiene que ser solo de nosotros. Compré un vestido sencillo pero elegante. Afortunadamente solo tenía dos meses de embarazo y apenas se iba notando.
Tom conocía a alguien que podía casarnos, Tom iba con traje negro y era realmente atractivo. Cuando caminábamos a la parte privada donde se llevaban las ceremonias, muchas mujeres lo miraban e incluso escuché varios halagos.
