Yo porque escribo tanta maricada JAJAJAJA que horror este capítulo 🫦
La tarde estaba cayendo, y el parque donde solíamos ir con Marcela cuando éramos pequeñas estaba casi desierto. Habíamos ido allí para charlar y pasar un rato fuera de casa, pero ahora Marcela estaba ocupada hablando con alguien por teléfono. Me quedé sola, paseando entre los árboles, perdida en mis pensamientos.
Había un viejo columpio en la parte más alejada del parque, uno de esos que rechina cada vez que te sientas en él. Decidí caminar hacia allí, sintiendo cómo el frío de la noche empezaba a filtrarse en el ambiente. Me senté en el columpio, balanceándome ligeramente mientras miraba al cielo, tratando de aclarar mi mente.
Los últimos días habían sido extraños. Había intentado dejar atrás todo lo que sentía por Richard, pero él seguía apareciendo en mi vida de una manera u otra. Como si el destino insistiera en cruzar nuestros caminos, a pesar de todo.
Perdida en mis pensamientos, no me di cuenta de que alguien se acercaba hasta que lo vi parado frente a mí. Era Richard.
—¿Qué haces aquí? —pregunté, tratando de sonar casual, aunque mi corazón comenzó a latir con fuerza.
—Vi que estabas sola y quería asegurarme de que estabas bien —respondió, su voz firme pero con una suavidad que siempre me desarmaba.
Nos quedamos en silencio por unos momentos. Él se inclinó contra uno de los postes del columpio, mirándome con esa intensidad que siempre me hacía sentir expuesta.
—No deberías seguir viniendo aquí sola, Jessi —dijo, rompiendo el silencio.
—Y tú no deberías seguir buscándome —respondí, tratando de sonar desafiante, aunque sabía que era inútil.
Él soltó un suspiro y se acercó. Se colocó detrás de mí y, sin decir nada, comenzó a empujar suavemente el columpio. El roce de sus manos en las cadenas del columpio me puso nerviosa, pero no me aparté. El balanceo suave, casi rítmico, se sentía extraño y reconfortante al mismo tiempo.
—Richard... —comencé a decir, pero me interrumpió.
—Esto no puede seguir así, Jessi —susurró, su voz apenas audible—. No es correcto...
Sus palabras colgaban en el aire, pero el tono de su voz sugería lo contrario. Mi corazón latía desbocado, y antes de poder pensar en lo que hacía, me detuve y me giré hacia él.
Nos miramos a los ojos, y en ese momento, todo el mundo desapareció. Solo éramos él y yo, el parque vacío, el columpio chirriando ligeramente con la brisa. Sin pensarlo, me acerqué a él, y él no se apartó.
—No deberíamos... —susurró nuevamente, pero esta vez, su voz sonaba derrotada.
Lo siguiente ocurrió en un parpadeo. Nos encontramos atrapados en una urgencia que ninguno de los dos podía controlar. Me aferré a él, sintiendo cómo su cuerpo respondía al mío. Su respiración era pesada, igual que la mía, y en un impulso, me levantó y me sentó en su regazo, sobre el columpio.
El balanceo se volvió más rápido, pero no me importaba. Estábamos envueltos en una pasión que no tenía sentido pero que nos consumía por completo. Sus manos se deslizaron por mi cuerpo, y en ese pequeño rincón del parque, todo lo demás dejó de importar.
Lo que comenzó como un susurro de indecisión se convirtió en un frenesí de emociones, un rapidín que desafió cualquier lógica. El columpio rechinaba bajo nosotros, y cada movimiento parecía llevarnos más lejos de la realidad. No había más preguntas, ni dudas, solo la necesidad de sentirnos, de estar juntos, aunque fuera solo por ese breve y ardiente instante.
Cuando todo terminó, el columpio se detuvo lentamente, y el silencio volvió a instalarse entre nosotros. Nos quedamos allí, sin decir una palabra, ambos sabiendo que lo que acababa de suceder complicaría aún más las cosas.
Richard se apartó primero, mirándome con una mezcla de confusión y deseo. Quise decir algo, pero no encontré las palabras. Simplemente lo miré, aún recuperando el aliento, mientras él se ponía de pie y se alejaba lentamente.
Me quedé en el columpio, balanceándome ligeramente, tratando de procesar lo que acababa de pasar. Sabía que esto no podía continuar, pero al mismo tiempo, sabía que no sería capaz de detenerlo.
Porque no pueden culiar como la gente normal en una cama 😔